Días de lluvias y ceguera | Byron x Edgar | Brawl Stars

Día 4.

— Deberían ponerle un paro a Bull, dejan entrar a personas ebrias al edificio y gracias a ello ¡TODO MI JODIDO TRABAJO SE FUE A LA MIERDA! — Reclamaba Byron al jefe.

— Lo sentimos mucho señor Byron — Decía el jefe nervioso, Byron era muy intimidante cuando estaba enojado

— ¿Lo sientes? ¡NO LO SIENTES! Ahora quiero mi pago — Dijo Byron señalandolo de forma amenazante

— P-pero Byron, ¿Y los informes donde quedaron? — El jefe cada vez sentía que se hacía muy pequeño al lado de Byron

— ¿Mis informes? Oh.. mis informes — Dijo Byron con una voz tranquila y sonriendole — ¡BULL LOS HIZO MIERDA! ¡Estuve trabajando como un esclavo toda la semana, soy el mejor trabajador aquí y gracias a mi esta compañía no se va a la mierda de una vez! Si no me das el pago, voy a renunciar a este trabajo tan estúpido

El jefe saltó de su asiento del susto que le dió Byron, y rápidamente dijo

— ¡E-esta bien, esta bien! Se que tu eres el único que ha trabajado aquí muy duro durante años y yo realmente te lo agradezco Byron, ya le daremos una advertencia a Bull, pero por favor no renuncie. — Dijo el jefe sacando dinero y entregándole a Byron

— Gracias. — Dijo Byron por último agarrando el dinero, su abrigo y un paraguas para luego irse del edificio

Su enojo se había disminuido, sin embargo si alguien más le molestaba no dudaría en golpearlo

Caminó yendo al parque, y se sentó en la misma banca de siempre.

Sacó pañuelos y un poco de medicamentos y comenzó a curar de nuevo su herida, tenía un ojo morado y aun le salía sangre de la nariz.
No fué al hospital, el sabía que debía hacer, además, odia los hospitales, son muy.. enfermizos.

Mientras ponía un pañuelo en la nariz, un ruido lo sacó de su trance

Era el chico de siempre nuevamente, se sentó a su lado.

— Hola — Saludó Byron mirándolo, mientras su pañuelo se teñia de rojo

El chico dió un saltito en el asiento

— H-hola.. — Dijo el chico mirando al lugar en donde escuchó la voz

Byron lo miró raro, el chico por fin había sacado la vista de en frente, pero pareciera como si el chico estuviese mirando otra cosa que a él mismo.

— Y.. ¿Como te llamas? — Preguntó Byron, mientras seguía atendiendo su herida

— Me llamo Edgar, señor — Respondió Edgar

— Yo Byron, un gusto — Dijo Byron levantando su mano, con intención de estrecharla con la suya, pero el chico no hizo nada, se quedó quieto y Byron mantenía su mano alzada, se sintió ignorado

— Un gusto igual — Respondió Edgar sonriendole

— ¿Vas a dejar mi mano así? — Preguntó Byron

Edgar hizo una mirada de confundido, pero después lo entendió.

— L-lo siento mucho señor — Dijo Edgar avergonzado, comenzó a tocar la banca, subió su mano para ver si alcanzaba algo, y logró agarrar la mano del mayor para así luego estrecharla con la suya

— Si... — Dijo Byron mirándolo de forma rara, y después separo su mano de la mano del contrario, y siguió atendiendo su nariz

— Oye señor Byron, ¿Usted es el mismo de anoche? — Preguntó Edgar con curiosidad

— ¿Qué? — Dijo Byron extrañado, pensó que ya había notado que Byron anoche estuvo con él.

— S-si, es que anoche un señor con la misma voz que tú, me preguntó que hacía, entonces pensé que eras el mismo

— ¿Pero por que preguntas algo tan obvio? Claro que fui yo, tu mismo me viste ¿No me reconoces? — Dijo Byron riendo

— Oh es que.. yo no puedo ver... — Respondió Edgar avergonzado, bajando la mirada

Byron estaba sorprendido — Con razón... ¿Como no lo pensé antes?— Dijo Byron dentro de si mismo

— Pensé que era obvio — Rió Edgar, sabiendo que el mayor no se había dado cuenta de su discapacidad

— Que idiota soy. — Dijo Byron avergonzado, dándose una palmada interna

— Jaja, no te preocupes — Dijo Edgar sonriendo

Byron miró su reloj

12:00 PM

Ya debía irse

Comenzó a guardar los medicamentos en su maletín, y se paró del asiento, Edgar escuchó eso y levantó la mirada

— ¿Que estas haciendo? — Preguntó Edgar

— Ya debo irme, tengo que seguir trabajando

— Oh.. esta bien, señor Byron, ojalá poder encontrarnos de vuelta — Dijo Edgar sonriendole tiernamente

— Como sea.. cuídate, adiós — Dijo Byron, yéndose del parque

Aun que antes de alejarse más, miro hacia atrás para ver si Edgar estaba bien, y allí estaba, sentado aún, mirando hacia quien sabe qué.
— ¿Le gustará estar solo todo el día? — Pensó Byron, y siguió su camino hacia el edificio