Te enviaba mensaje todos los días a las seis.El día que me aceptaste en Facebook fui la chica más feliz el mundo, aunque los nervios por hablarte me carcomían.
Tomé tanta soda que sentía la espuma en la parte de atrás de la garganta. Imaginaba que era un Whiskey o un trago de cerveza que me daría valentía.
Di el primer paso, te hablé.
Nuestras conversaciones fueron honestas y abiertas.
Esas semanas hablando fueron las mejores.
Hasta el día que dijiste que te irías.
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sadness
General Fiction« 𝘌𝘴𝘵𝘢 𝘷𝘢 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘭 𝘥𝘦𝘴𝘢𝘴𝘵𝘳𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘪𝘤𝘪𝘮𝘰𝘴 » 𝘎𝘢𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘞𝘰𝘸𝘈𝘸𝘢𝘳𝘥𝘴 2016. 𝘔𝘶𝘤𝘩𝘢𝘴 𝘨𝘳𝘢𝘤𝘪𝘢𝘴. Una chica cuenta al aire su primera experiencia amorosa cuando tenía catorce años, narrando el...