¿Acaso.... eres tú?

|| • Capitulo 7 • ||

Domingo....

Narra Rosalie....

Abrí mis ojos debido a las placenteras caricias que alguien hacía en mi suave cabello, me proporcionaban tranquilidad, me sentía relajada, era nada más ni nada menos que Libardo, con una delicada sonrisa en los labios me observaba.

- Te ves.. increíblemente bien arriba mío ¿sabes? - Confesó Libardo con su voz ronca.

- Lo... lo lamento, Libi... no sé qué sucedió -

Me coloque de pie con ayuda de la cama, e intentando no posar mis manos ni tocar alguna parte de su cuerpo, me dirigí al clóset a elegir algo de ropa, soltó una pequeña risa burlona.

- No tienes porqué disculparte, los accidentes pasan -

- ¿Por qué no me despertaste?.. ¿acaso no pensaste en mí? -

- Estabas profundamente dormida, Rosie, no quise despertarte... bajaré a preparar el desayuno si no te molesta -

- ¿Por qué habría de molestarme?, me daré un baño -

Dentro de la ducha dejé que el agua fría cubriera mi cuerpo, aún estaba muy apenada por lo sucedido esta mañana, sé que ha sido solo un accidente, fue muy incómodo para mí, me coloque un vestido ajustado y un collar de cadena:

- Buenos días - Me encontré con un maravilloso desayuno sobre la mesa.

- Buenos días, Rosie - Respondieron al unísono.

- Huele exquisito - Tomé asiento - ¿dónde aprendiste a cocinar, Libi?, ¿estudiaste acaso? -

- Realmente no, dale las gracias a mi madre, ella me enseñó desde que tenía 5 años, espero sea de su agrado -

- Es perfecto, a propósito.. ¿qué habrá sucedido con Naim? -

- Seguramente no debe tardar, se debe estar duchando o desayunando en casa de los chicos - Opinó Violeta.

- Quizás -

- Chicas... ¿tiene en mente hacer algo hoy? - Consultó Libardo.

- En realidad no, nos daremos un descanso - Respondí.

- ¿Creen... que quizás... podríamos quedarnos un rato más con ustedes? -

- Claro que sí, Libi - Sonreí.

....

- Hola, Naim - Saludé nerviosa.