[RE EDITANDO]
Esta historia comparte el mismo universo que ☆𝑬𝒏𝒄𝒂𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐𝒔☆ por si les interesa leerla.
⚠️ADVERTENCIAS⚠️
Contenıdo +18
▪︎Hαbrά mucho sexo entre los protαgonıstαs ч demάs personαjes.
▪︎Se αbordαrάn temαs...
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Escuché una serie de pasos por el corredor, los cuales se intensificaron cada vez más hasta detenerse en la puerta.
—¡Buenos días, miembros de las fuerzas especiales!— saludó el Comandante Smith ingresando a la sala —, Hoy se integrarán a nuestro equipo tres agentes del FBI.
Fruncí el ceño cuando mi mirada se cruzó con la de Helena, ahora que la veía detenidamente me resultaba familiar, ayer estaba demasiado molesto como para percatarme del gran parecido que tiene con aquella mujer, con la mujer que conocí en Euphoria Night Club el año pasado. Los recuerdos de esa noche incendiaron mi cabeza, pero me forcé a mantener la compostura y concentrarme únicamente en resolver el caso.
—Buenos días, estamos muy orgullosos y complacidos de poder trabajar con ustedes y el resto del Departamento— dijo ella esbozando una sonrisa.
Inevitablemente acabé recorriendo su cuerpo con la mirada. Vestía formal y a la vez provocativa; con una falda negra ajustada, una blusa blanca de oficina y un par de medias que apretaban sus muslos. Mis ojos se concentraron en ese trozo de tela, me preguntaba qué tan lejos llegaban esas medias.
—Ellos son, Eren Jaeger, Armin Arlett y Helena Campbell... fin del anuncio— concluyó Smith abandonando la sala.
Me levanté de mi puesto para darles la bienvenida y mostrarles las instalaciones, no obstante, Galliard prácticamente se abalanzó sobre Helena y se la llevó. Me disgustó verlo coqueteándole, pero tampoco era mi asunto.
Mikasa en cambio, se quedó como estatua cuando el agente Jaeger se le acercó para pedirle instrucciones, tuve que intervenir y tomar el control de la situación. A los dos agentes los guie por toda la sede.
Proximo a finalizar el recorrido, mis ojos se encontraron con los suyos, no podía apartar la vista de ellos, tan intensos y vibrantes que me producían una extraña sensación de familiaridad.
—Capitán Ackerman, un gusto verlo de nuevo— comentó ella ofreciéndome su mano, el tacto de su piel me produjo un escalofrío por todo el cuerpo.
—El gusto es mío, Helena. Gracias por tu confianza y espero grandes contribuciones de tu parte para investigaciones futuras— respondí de manera cortés, sin quitarle la vista de encima.
Helena era muy hermosa, de doler los ojos. ¿Cómo no me había percatado?
—Le aseguro que puedo darle más que contribuciones, General— su expresión era indescifrable. Una extraña mezcla entre seguridad y nerviosismo.
—Será interesante ver qué tiene en mente, Campbell. Más interesante aún, descubrir lo que es capaz de ofrecerme— su rostro se ruborizó y por algún motivo no podía dejar de mirar sus labios. La tensión aumentaba a cada instante, por ello, me atreví a acercarme un poco más a ella —. Entonces... ¿Podrías decirme qué tipo de contribuciones estás pensando en ofrecer?
De pronto, el agente Jaeger se acercó peligrosamente a su cuello y le susurró al oído. Acto seguido, Helena se despidió de mí y los otros dos agentes la imitaron.
—Levi...— intervino mi prima —. ¿Qué fue todo eso?
—Nada... solo estábamos hablando del caso— sentencié enfocándome en Mikasa —. ¿Qué quieres?
Ella me miraba con desconfianza. —No te creo... ¿Por qué estás tan enfadado? ¿Es por la nueva agente?
Me puse tenso al escuchar la palabra "la nueva agente", pero tenía razón, me incomodó demasiado cuando Jaeger se acercó tanto a ella —. ¿Por qué no te callas?— rugí frustrado.
Mikasa parecía preocupada.
—Sé que es por Helena. Desde que llegó, no le quitas los ojos de encima y hace un momento se comían con la mirada— rio ella —. ¿Acaso se conocen de algún otro lugar?
—Eso... no importa. Solo me interesa resolver este caso y ella simplemente está haciendo su trabajo como yo lo hago.
—¿Y qué hay de Jaeger?— preguntó ella. No podía dejar de pensar en la manera en que se acercó a ella y le susurró al oído...
—Es solo... algo en su manera de mirarla que me molestó. Deja el interrogatorio, son cosas de hombres— finalicé apartándome de Mikasa y sus cuestionarios.
Mikasa no me creyó y me siguió hasta la oficina —. Con Eren en medio es caso perdido, no te digo que tengan algo formal, pero es obvio que son muy cercanos.
Me detuve frente a la puerta de mi oficina y me giré para encararla —, Y si es así... y si Eren se la está tirando, ¿Qué importa? No podemos hacer nada al respecto.
Se quedó en silencio así que di por terminada la conversación. Odiaba la idea de que todo lo que decía ella fuera real y que Helena estuviera en una relación con él, sería extraño e inclusive incómodo que ambos pertenecieran a mi equipo.
Para complicar la situación, el Comisario Smith reabrió el caso 104 y ahora tendría que enfrentar mi pasado; aquellos recuerdos, aquellas promesas que no cumplí y el remordimiento que me aquejaba. Abriría una vieja herida que apenas comenzaba a sanar.
Pero tenía que hacerlo.
Debía asumir las consecuencias de mis decisiones.
Ya no se trataba de mí, sino de la promesa que le hice aquel día bajo la lluvia. Debía hacer justicia para que Petra pudiera descansar en paz.
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