CAPÍTULO 19 | RELATIVAMENTE EXTRAÑO |

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— Liz no está enamorada de mi  — comentó más serio de lo normal

— sabes qué si, esta loca por ti

— ella no me conoce como soy realmente

— ¿y? te adora igual

— bueno, pero... — hizo una pausa pensativo — de todas formas no me causa nada que ella sienta algo por mi

— deberías agradecerlo, te protegerá ante todo — dije irónica.

Él sonrió mirandome.

— ¿es en serio? — arqueó una ceja — prefiero que me expulsen

— eres un idiota — reí — yo aprovecharía y estaría con ella

— no, ella es muy...no sé como decirlo, muy Liz

— pues obvio y yo soy muy ______  — reí — y tú eres muy Tom

— no, no comprendes — rió — es muy rosada, se ama tanto a si misma qué parece una barbie de plastico

— los de F.A siempre estan con chicas así, sobre todo el capitán del equipo

— eso solo pasa en las peliculas — rió Tom — yo no estaría con alguien así

— creo que ella es muy linda

— si, es hermosa — aseguró — pero su personalidad no me agrada del todo ¿viste como inventó qué yo era novio? ¡esta loca!

— si — re mirándolo — ¿ves? te ama y no te dejará en paz

— quizás, tendre que matarla — comentó serio mirando hacia el cielo.

— ridiculo — reí.

El rió junto a mi.

Estuvimos hablando por mucho tiempo de estupideces y riendonos sin sentido. De hecho, hasta me contó unos chistes muy aburridos qué hicieron qué me riera a carcajadas. Estuvimos cambiando de posición a cada rato para qué no se nos durmiera el cuerpo, hasta qué quedamos tendidos uno al lado del otro.

— si en este momento pudieras pedir un deseo ¿qué pedirías? — preguntó mirando el cielo.

— si te lo digo no se cumpliría — respondí.

— de todas maneras no a pasado ninguna estrella fugaz — comentó sonriente.

— está bien... — pensé — pediría que se pausara el tiempo y qué este momento no acabara jamás — me arriesgue, si, lo dije ¿ahora qué hago? Definitivamente no voy a lanzarme del árbol.

Él se acomodó quedando de lado mirandome, apoyo su cabeza en su mano como esos modelos sexys que posan para el verano lo qué me causo risa, pero lo oculte.

No quería mirarlo, definitivamente me ponía los pelos de punta mirarlo.

— ¿y tú? ¿qué pedirías? — pregunté mirando el cielo tratando de ocultar mis putos nervios.

El tosió pensativo para luego buscar mis ojos, hasta que lo mire de medio lado.

— ¿sabes qué pediría? — sonrió haciendo que esos malditos hoyuelos aparecieran — pediría que esos ojos negros, fueran míos — dijo casi en un susurro y con su voz grave.

— pero si tu también tienes ojos negros — ¿de verdad ______? ¿por qué siempre cago todo?

Demonios, que sexy era cuando se lo proponía. Con ese tono de voz, esa mirada y esos malditos hoyuelos, no tan solo mis ojos serían de él, si no todo mi cuerpo...mierda ¿qué estoy diciendo? ¡ya callate conciencia!

Ganar perdiendo | Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora