Nos cuesta ceder

10 3 0
                                    


A veces esperamos que Dios mueva algo físico para que sea una señal para nosotros cuando el desde adentro nos habla. Una vez un hermano de la iglesia se había incomodado conmigo y  se había alejado de mi, desde adentro Dios me decía que tenia que reconciliarme con mi hermano, lo veía en la iglesia y Dios me lo repetía, mientras que yo le decía que si viene de él que sea yo la que me humille que se mueva algo físico para que me sea de señal. 

Un día después de un retiro de damas maravilloso donde el señor nos ministro a todas, tocamos el tema de como Dios nos coloca en diferentes lugares para que hagamos su voluntad, al salir del retiro y dirigirme hacia mi hogar, el transporte en el que iba se averió frente a la casa del hermano con el que estaba mal. Era el momento de entender que tenía que haber una reconciliación como hermanos, tenía que poner en práctica el mensaje aprendido en el retiro.

En ese momento a pesar de que Dios me estaba diciendo que era el momento, por orgullo no lo hice y deje que pasara el tiempo. Mientras que en la iglesia esperaba una señal para que fuera yo a pedir perdón, pero no pasó, después un día decidí obedecer  la voluntad de Dios y humillarme, dejar el orgullo a un lado y arreglar las cosas.

Me preguntaba porque no había pasado la señal que yo esperaba de Dios, si su voluntad era que me reconciliara con mi hermano, un día en un culto me lo dijo, y fue lo siguiente:

—No tienes que esperar algo físico cuando yo desde tu interior te lo digo, tienes que confiar mas sin ver —

En pocas palabras es eso. A veces sabemos lo que tenemos que hacer, pero nos cuesta ceder, a veces decimos que no damos un paso de fe porque esperamos por la confirmación de Dios, pero ya Dios no la había dado, solo que no la escuchamos o a veces la ignoramos, obviando el propósito que Dios tiene en medio de este. 

Siendo bendecida y de bendiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora