Un mundo en el que, curiosamente, muchos inodoros hablaban y hacían sus necesidades dentro de humanos un poco deformes, se encontraba el héroe de nuestra historia.
Ino, el inodoro. A su lado, posaba con unas maravillosas piernas su buen amigo Lavabo, a quien creyeron muerto en el año 6432 antes de Cristal. Ambos eran alabados (ba dum tss) por todo el pueblo como cortesía por haber salvado el destino del mundo. ¿Cómo lo lograron? Hmm... Sería curioso contarles. Pero primero, parece que Lavabo está diciéndole algo a Ino.
- Despierta ya, Ino.
- ¿Qué? ¿De qué hablas? -cuestionó Ino ante la repentina sugerencia de su compañero.
- Despierta o morirás. Sé fuerte. Fue bueno verte, amigo. Esto te servirá un poco.
Lavabo abrió su llave y... pueden elegir el verbo que ustedes prefieran, pero digamos que Ino ya no tenía sed.
Ino despertó.
¿Por qué el suelo se hace cada vez más grande? ¿Y todo este viento rebosante en mi cuerpo...?
- Aguas.
Como pude, me detuve. Tuve un buen aterrizaje. Como el de los superhéroes. Lo mejor de todo es que no tengo rodillas, así que es bueno en su totalidad.
Pero... La gente no se veía muy sorprendida por mi aterrizaje. Es decir, sí se ven sorprendidos ahora mismo pero...
- ¿Qué pasa? ¿No les gustó? -pregunté, extrañado.
Los gritos y el pánico de todo el mundo llenaron el lugar en un instante.
Ok... Eso quizás... No entiendo por qué reaccionan así. Así murió... Lavabo.
Por ahora será mejor encontrar la oficin...
Justo después del primer movimiento, varios disparos dieron en el blanco. Ino estalló después del sexto. Los disparos provenían de la policía.
¿Nuestro héroe pereció?
