Capítulo 6

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Ya en el cielo, Espejo e Ino junto a la Escoba estaban maravillados con la ciudad y todas sus luces encendidas tras anochecer.

— ¿Dijiste que fue un auto rojo el que te guiñó el ojo? —preguntó Espejo.
— Sí, pero fue gracias al reflejo del sol. Ahora no puedo verlo. —respondí.

Él hizo silencio y trató de enfocar su reflejo hacia el suelo para buscar el sitio al que debíamos ir. No lograba mucho, eran muchas luces y era muy difícil de encontrar las características que me atrajeron.

Y mi instinto... Parecía no estar.

Literalmente no estaba, la parte del Inodoro en la que estaba su instinto quedó en el sitio donde explotó.

— Lo mejor será que bajemos, Ino. —sugirió Espejo.
— ¿Y qué haremos ahí? —cuestioné—, soy un Inodoro y tú un Espejo. Llevamos a una Escoba con nosotros, las personas no comprenderán.
— Tienes razón pero... Conozco a alguien que quizás entienda. Bajemos justo aquí.

Le hice caso, Espejo conocía más personas por el frente que yo. Así que bajamos, ahora sin necesidad de un aterrizaje de superheroe forzado. Sino... Veloz y seguro.

Ino se chocó fuerte contra el pavimento ocasionando que estallara de nuevo al igual que Espejo.

El inodoro que habla (y vuela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora