Un azabache iba entrando a la casa de su amigo casi hermano. Pronto llevarían a cabo la última parte de su plan.
-Dobe- Dijo entrando por la puerta.
-Teme- Exclamó en forma de saludo.
-¿Cómo va ese asunto?- Preguntó sentándose en la mesa frente a su amigo.
-Bien, mi familia llegara en dos días, dattebayo- Respondió con una enorme sonrisa.
¿Dos días? ¿Tan pronto? Algo dentro de él estaba lleno de felicidad pero por otro lado algo le dolía mucho, ya casi tendría que separarse de Hinata y esa idea no le gustaba en lo absoluto. Pero bueno, al final ella era solo una de las fichas que tenía que mover para poner en libertad a su familia.
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-Hinata-sama, su padre la esperando en el salón- Dijo Ko a la joven princesa.-Ya voy- Dibujo una sonrisa en su rostro y salió casi corriendo para llegar al lugar.
-Padre, ¿me buscaba?- Pronuncio entrando a la sala.
-Sí. Hinata, ¿qué te he dicho de juntarte con ese Uchiha?- Dijo cansando.
Hace algún tiempo él se había enterado que ella y el Uchiha mantenían una relación de no solo amistad. No le gustaba para nada que su hija estuviera con ese rufián pero a la misma vez no le quería quitar la felicidad a su dulce nena.
Desde que la niña perdió a su madre se había puesto muy triste y por su parte también, tanto que llego a alejar a todos de él, incluso a su hija, que más lo necesitaba.
De alguna manera estaba dándole algo de permiso, tal vez por eso ya no tenía a toda la guardia real buscándolo, sin embargo, tenían órdenes de capturarlo si lo veían.
-Lo siento, oto-sama- Dijo algo impresionada, no sabía en que momento su padre se enteraba de las visitas nocturnas del hombre.
-Cuidate de ese tipo, no sabemos sus intensiones-
Para él no cabía duda de que ese vil hombre solo estaba buscando algo más que el amor de su hija, pero, él ya la había advertido, los hijos tienen que aprender por las buenas o bien, por las malas. Si ese idiota le rompía el corazón a su hija lo pagaría muy caro.
-Lo sé- Contestó tranquila aunque por dentro a veces le entristecia pensar en esa posibilidad, no era nada tonta y sabía que eso era posible.
-Bueno. Afuera está el rey Orochimaru con el príncipe Kabuto. Desean conocerte para desposarte-
-Oto-sama, sabe que por el momento no deseo casarme- Dijo algo preocupada.
-Lo sé, solo preséntate, sé cordial y les diremos que rechazamos su oferta- La azabache asintió y se sentó en la mesa para que permitieran entrar a los hombres.
Los dejaron pasar y se sentaron luego de presentarse de la manera correcta. A la ojiluna no le atraía nada ese príncipe, no era feo mas no era su tipo en ningún aspecto.
Tan solo si tuviera el cabello oscuro, ojos profundos, piel pálida... un momento, estaba describiendo a su azabache, bueno, era inevitable, él era perfecto.
-Hija- Dijo Hiashi llamando la atención de la misma. Por estar fantaseando con Sasuke se había olvidado de los invitados.
-Lo siento mucho, estaba algo distraída- Se disculpo con formalidad.
-No pasa nada. No deseamos interferir más en sus asuntos, así que vamos al grano. A mi hijo Kabuto le encantaría desposar a la joven Hyuga para entrelazar reinos-
-Agradecemos su oferta Lord Orochimaru, sin embargo, mi hija aún no desea contraer nupcias- Explicó Hiashi.
-Me imagino pero, recuerde que quien decide cuando se casé la princesa debe ser usted, rey- Pronunció algo molesto el príncipe.
-Yo he decidido que mi hija será libre de elegir cuando y con quien se quiera casar- Refutó firme ante semejante comentario.
-¿Qué pasá? ¿Le queda grande el título de padre?-
El gran Hiashi iba a contestar pero fue interrumpido por Orochimaru -Entendemos, agradecemos su tiempo- Dio una reverencia y se marcho arrastrando a su hijo fuera del lugar.
Al salir y entrar al carruaje el peliblanco no dejaba de quejarse. No entendía como era posible que esa niñita manipulara a su papá para casarse con quien ella quería.
Esto no se quedaría así...
-Ya te puedes retirar hija- Exclamó Hiashi al levantarse de la mesa.
-Sí padre- Sabia lo afortunada que era por tener a un padre como el suyo. No era usual que los reyes permitieran a sus hijas elegir su esposo, ella sí que tenía suerte.
Entró a su habitación y miro al Uchiha sentado en la cama mirando el atardecer por la ventana.
-Sasuke-kun- Pronunció para llamar su atención.
-Hola, ¿qué estabas haciendo?- Pregunto levantando una ceja.
-E-tto e-estaba con mi papá- Explicó juntando sus dedos indices.
-Seguro estaban discutiendo lo mucho que me aman- Bromeo y se puso de pie para tomar a la ojiluna por la cintura.
-Dice que no te gusta verte aquí- Dijo algo triste.
-Lo sé, y no importa- Tomo a la chica de la barbilla y despacio le dio un beso. Movió sus labios un poco para disfrutarla más, pero hasta el mismo se había dado cuenta que de un tiempo para acá eso no le bastaba.
Metió su lengua en la cavidad bucal de la chica para así saborearla más, mientras la pegaba más hacia el mismo.
Con cuidado se comenzó a mover en dirección a la cama y la acostó sin dejar de besarla ni un segundo, su instinto carnal no se lo permitía.
Se separaron un poco para tomar aire -Sa-sasuke-kun- Dijo la sonrojada muchacha debajo de él.
-Dime- Pronunció mientras tomaba aire.
-¿L-lo vamos a hacer?- Pregunto al mismo tiempo que su cara se ponía roja como un tomate.
-¿Quieres?- Consulto pidiéndole consentimiento y ella asintió.
El azabache estaba a punto de seguir en lo suyo cuando miro por la ventana un águila de su posesión hacer ciertas figuras en el cielo.
-Debo irme- Dijo poniéndose de pie.
-¿Pasa algo?- Preguntó preocupada.
-No, solo que alguien necesita de mi ayuda- Le dio un beso a su princesa y salió por la ventana en busca de quién necesitaba sus servicios
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Sasuke-kun
Fanfiction¡Es Sasuke-kun, roba a los ricos para darle a los pobres! La familia de Sasuke Uchiha ha sido encarcelada en las celdas del Palacio Real por robarle a los ricos para darle a los pobres. El único Uchiha libre ideara el plan perfecto para sacar a su...