Capítulo 4

15 6 2
                                    

Después del susto sobre el embarazo de Hanna, pensé que todo iba a mejorar. Pero no, todo empeoró. Así es damas y caballeros, lamentablemente, este día fue tentado por los demonios para ser quemada y arrastrada a su infierno. ¿Quieren saber por qué? 

1. Me quitaron las sábanas muy temprano. 

2. Falsa alarma sobre un posible embarazo.

3. Papá no vendrá después de una semana, cosa que el departamento que está en búsqueda va tener que esperar.

4. Me resbale de las escaleras por pisar el piso con los pies mojados.

Y me sigue doliendo el trasero. ¡Auch!

Definitivamente, hoy no es mi día.

¿Dios me estaba castigando? ¿Acaso es una señal por ya no asistir hace muchos años a la iglesia? o ¿Quizás es una maldición por comerme su deliciosa torta de tres leches que mi papá estaba guardando?

¿Qué? No me juzguen, yo lo vi solito en la refrigeradora. La torta apareció con ojos y boca diciéndome una y otra vez que sea probada por mi. Así que no tuve alternativa, me la comi. 

Además, él no aparecerá en siete días así que hay tiempo de sobra para prepararle uno igual antes de que se de cuenta. 

Ese mismo día en vez de salir a la calle, preferimos optar por estar en mi casa. Ya que no iba a estar nadie. ¿Qué más daba?

Mis amigos y yo hablamos por horas, Ángel nos contó de su ruptura con Nataniel y como me lo esperaba, no salió tan bien. 

Digamos que la pobre chica. — Espera, mencioné ¿pobre?. No, ella ni la palabra pobre se merece. — Ángel nos contó que andaba super rara los últimos meses, que están algo distanciados, no era la misma que solía ser con él. Sus cambios de actitud eran repentinos. Cada vez que él iba a invitarla a salir, ella decía que estaba ocupada, las tareas le tenían estresada o sus papás siempre andaban peleando, por lo tanto quería estar sola. 

Ángel no quería que el estrés le afectará, no quería que ella se sintiera tan sofocada, mucho menos que se sintiera sola. Sabía que la relación con sus padres andaba mal, pero él siempre le mimaba o hacía el ridículo por verla feliz. 

Ángel siempre fue un chico sumamente lindo, cariñoso, detallista, divertido y sobre todo inteligente. Demostraba siempre el gran amor que sentía por Nataniel. 

Y ahí es cuando toma la decisión de ir a verla, llevando dos potes de helado y galletas de chocolate, sus favoritos. 

¿Pero mejor por que no retrocedemos un poco el tiempo?

*

Unas horas antes..

Pov. Ángel

Saliendo del estacionamiento. Me dirijo a la casa de Nataniel. Ella no sabe que voy a verla, por lo tanto preferí que sea sorpresa llevando sus dulces favoritos.

Cuando me estaciono frente a su casa, vi a su mamá salir, ella me observa y sonríe falsamente, como siempre lo hacía.

Siempre le caí mal, no le agradaba muy bien. Nataniel me dijo que por la pelea que tiene con su padre, ella es así con todos los hombres. Desconfía de todos.

— Ella está arriba, cierra la puerta cuando entres. — Eso es todo lo que dijo, cogiendo las llaves de su cartera para abrir la puerta de su coche.

— Gracias señora Marcela. —  Le respondí con una sonrisa amable, antes de subirse a su carro me dio la última mirada y se fue.

Cerré la puerta y el sonido de la música retumbaba por todo el segundo piso.  Sonreí porque ella me decía que era la única manera para evitar los gritos que se daban sus padres. Una actitud un poco rebelde de su parte . — ¿Pero qué le vamos hacer? Todos pasamos por esa edad.

SENTIMIENTO INEVITABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora