Un absoluto silencio los rodeaba en la pequeña sala del apartamento que compartían Hase y Keth. El menor esperaba paciente por una explicación mientras la castaña y el pelinegro extendían el silencio sin saber exactamente que decir.
Alex sostenía un cristal con un zumo de frutas que le habían ofrecido de forma cortés al llegar. Tomaba de este de vez en cuando a forma de tratar de evitar contacto visual con el pelimorado que parecía querer asesinarlo. No sabía exactamente como comenzar la conversación con él presente, no esperaba la persistencia del chico menor por saber que asuntos tenía con la castaña.
Keth evitaba la mirada de Hase con todas sus fuerzas. Lo conocía lo suficientemente bien para saber que quería respuestas y el que ninguno de los dos hablara después de aquella presentación en medio de la calle solo lo hacía más sospechoso para todos.
- ¿Y bien? - Se atrevió a decir Hase cansado del silencio - ¿Cuál es el asunto?
- De hecho, me gustaría hablar con Keth a solas - Respondió él por fin dejando el cristal vacío en la pequeña mesa de centro.
Hase arqueó una ceja cruzándose de brazos - ¿Por qué? ¿No tienes los huevos para pedirle una segunda oportunidad conmigo presente?
Tanto Keth como Alex miraron a Hase como si estuviera loco.
- ¿¡Pero qué dices, imbécil?!
- Creo que me estás confundiendo, amigo.
- Finjamos que os creo - Rodó los ojos el menor - Venga, eres su exnovio y vienes aquí para rogarle...
Hase fue callado por Keth al darle un golpe en la cabeza. No se sabía si estaba roja por la vergüenza o el enojo.
- ¡No confundas las cosas de esa forma, grandísimo idiota! - Le reclamó ella bufando con enojo.
- ¡Su silencio de casi dos horas no me dejaban mejor explicación que esa!
- Venga, venga, ambos... - Trató de calmarlos el mayor incómodo por la situación.
Ella suspiró volviendo a su lugar - Alex y yo no tenemos esa clase de relación.
- Entonces... - Trató de hablar Hase otra vez pero la mirada de Keth fue suficiente para hacer que sus palabras flotaran en el aire.
Alex aclaró su garganta para comenzar otra vez - En realidad, Hase, como dije antes soy un viejo conocido de Keth, nos conocemos de antes de haber quedado internada ella en aquel hospital.
Aquellas palabras llamaron la atención de Hase. Él y Keth se habían conocido en el hospital, la última vez que cualquiera de los dos estuvo internado entre aquellas paredes blancas con batas, médicos y el olor a gel antibacterial impregnado en el aire. Habían establecido amistad durante su estadía, primero le dieron alta a la castaña y se comprometió a visitar al pelimorado hasta que se recuperó, decidieron seguir juntos de ese momento en adelante pero nunca indagaron en gran medida sobre el pasado del otro. Sabían lo más básico.
- Ya veo... - Hase suspiró y levantándose de su lugar se dirigió hacía su cuarto.
- ¿A dónde vas? - Se extrañó Keth al verlo irse tan tranquilamente y por voluntad propia.
- Querían privacidad ¿no es así? - Al hablar señala su cuarto - Estaré en mi cuarto.
Keth asintió entonces. Sin necesidad de expresarlo en palabras se había entendido el mensaje.
Una promesa habían hecho hace varios años atrás. El pasado de ambos quedaba en el pasado, había cosas que realmente no deseaban recordar. No sabían cosas como su primer amor, como eran de niños, quienes eran sus padres o dónde se encontraban; y mucho menos tenían alguna idea del qué los había llevado a estar internados en el hospital dónde se conocieron. Solo eran ellos dos contra el mundo.
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Buscando lo perdido.
Narrativa generaleBuscar. Verbo infinitivo que expresa la acción del cuidadoso proceso para encontrar algo o a alguien. Eso estuve haciendo, buscando, a través de los edificios abandonados, de las plazas de mercado, de los tranquilos vecindarios, del cementerio, del...