📿12📿

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Hay pocos días en los que Donghyuck puede evitar su obligación de trabajar en la caja registradora de la tienda de su familia, de dos pasillos, ubicada en el piso de abajo. Sus ojos siguen teniendo los bordes rosados, caídos, y la voz se le atasca en la garganta. Aun así, se sienta desplomado detrás del mostrador.

Mark finge examinar las diferentes marcas de salsas.

— Te he visto al segundo que entraste, perdedor — bromea Donghyuck por encima de la estantería, frustrando el plan de Mark de sorprenderlo.

Donghyuck desaparece en el fondo de la tienda. Vuelve a aparecer con un pequeño banquillo que coloca detrás del mostrador para que Mark se siente. Mark dobla las piernas. Sólo la parte superior de su cabeza, desde los ojos hacia arriba, es visible por encima del borde del mostrador.

Mark va por la mitad de sus deberes de biología cuando entran dos jóvenes. Donghyuck se tensa y deja escapar una pequeña sonrisa, abandonando su revista sensacionalista, obviamente esperando que el par se acerque a la caja.

— Cadete Lee — dice el más bajo -pero más alto que Donghyuck- cuando le llevan sus bocadillos elegidos a Donghyuck. Los tres se mantienen erguidos como vigas, reprimiendo las sonrisas. Mark endereza la espalda para mirar por encima del mostrador.

— Teniente Jung, capitán Seo — responde Donghyuck, haciendo incluso un saludo militar.

Mantienen sus posiciones y fingen caras serias hasta que, finalmente, el más alto no puede contener más la risa y se acerca al mostrador para despeinar a Donghyuck, saludándolo con ternura:

— Hola, Duckie —

— Hola, Youngho — dice Donghyuck — ¿Qué estan haciendo ustedes  aquí? —

— Nos hemos enterado de que te han convocado por primera vez — responde Youngho por encima de las protestas de Donghyuck ( —¡Llegas muy tarde, eso fue hace siglos!—). Se fija en Mark y la comisura de su boca se curva.

El otro chico estira el cuello para mirar a Mark.

— ¿Quién es? —

Mark se pone de pie.

— Soy Mark — se presenta. Cuando Youngho y el otro chico se quedan mirándole como si esperaran una explicación, entra en pánico y añade: — ¿Tengo diecisiete años? —

Donghyuck cierra los ojos en señal de vergüenza mutua. El chico responde riendo:

— Me llamo Jaehyun y tengo diecinueve años —

— Tengo veintiuno — le dice Youngho a Mark una vez que se ha acercado a estrechar su mano y le ha dicho su nombre. Mark cree que se le van a derretir las orejas.

Hay una larga charla sobre lo que ha hecho cada uno de ellos en las pocas semanas que aparentemente no se han visto y Mark vuelve a sus deberes. El padre de Donghyuck lo llama para que venga a ayudarlo con algo en el piso de arriba. Donghyuck se va. Mark se queda solo con Youngho y Jaehyun.

Youngho abre la bolsa de papas fritas que aún no ha pagado.

— ¿Cómo conoces a Donghyuck? —

— Lo invoqué por accidente — explica Mark.

Youngho y Jaehyun se inclinan hacia delante con interés.

— Ah, ¿tú eres el que lo convocó? — pregunta Jaehyun, con las papas fritas a medio masticar entre los dientes. Él y Youngho llevan chándales adidas, similares a los que Donghyuck suele llevar cuando aparece por su cuenta. Mark empieza a estar seguro de que, después de todo, se trata de un genio.

— Sí, soy yo — afirma Mark con dudas.

Mark contempla si debe preguntar por qué es tan importante. Jaehyun le ahorra el esfuerzo y continúa:

— Nunca se sabe cómo es el invocador. Normalmente, la mayoría de los dispositivos sólo se entregan a personas dignas o destinadas a tenerlos, pero a veces hay brechas y acaban en manos equivocadas. Justo el año pasado hubo un tipo que fue apuñalado por su invocador en el centro. Absurdo, ¿verdad? —

— Estábamos muy preocupados por Donghyuck — retoma Youngho donde lo dejó Jaehyun — así que es un alivio ver que pareces amable —

— Oh — dice Mark. Recuerda el entonces extraño alivio de Donghyuck cuando Mark abrió la puerta por primera vez, sin saber cómo sentirse al ser descartado inmediatamente como inofensivo.

Youngho se ríe.

— No te preocupes, es muy raro que alguien salga herido. Y Donghyuck es amigo de todo un gremio de dragones... —

— Y de nosotros — aclara Jaehyun.

— Cierto, y de nosotros. Y el más temible de todos, Renjun y su mentor Doyoung. Habría que tener ganas de morir para meterse con él —

Mark tararea. Un minuto después Donghyuck está de vuelta.














Mark está tumbado en su cama. Las paredes de su habitación están llenas de poemas pegados. Hay agujeros aquí y allá donde se han arrancado los trozos de papel.

Recuerda una noche -la última antes de que cerrara el cine favorito de sus padres- que pasó al cuidado de la vecina con chándal.

Los respaldos curvados e incómodos de las sillas de la cocina y el parqué brillante, las encimeras blancas y granuladas. La alfombra de trapo y los vasos de plástico y los platos con adornos de flores.

Mientras Mark se sentaba sobre tres almohadas para alcanzar bien su plato de tarta de manzana, ella le había preguntado qué era lo que más quería en el mundo. ¿Cualquier cosa? había preguntado él y ella había dicho con una risa:

— Cualquier cosa menos más Legos. Ya tienes demasiados de esos —

— Quiero casarme con alguien a quien ame — contestó Mark, con palabras que se apresuraban a salir del camino de la cucharada de tarta de manzana que estaba a punto de meterse en la boca.

Su vecina rió.

— Por eso la gente suele casarse, tonto. Por supuesto que te vas a casar con alguien que amas — pero ella ya había chasqueado los dedos bajo la mesa sin que Mark se diera cuenta.

Unos once años después, Mark se pregunta si Donghyuck se ha dado cuenta y, si lo ha hecho, por qué no ha dicho nada al respecto.



































¿¿Entendieron la última parte??

Tienes que leer entre líneas

La vecina de Mark era una genio/bruja idk
Y le otorgó un deseo ༼;´༎ຶ ۝ ༎ຶ༽

Y supongo que ya saben cual fue el resultado -c va a llorar-


sim sala bim || markhyuck || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora