Cuando Gaara terminó la sopa de verduras, se la llevó a Kiyomi que estaba durmiendo. La enderezó en la cama y la llamó gentilmente, quien abrió los ojos lentamente.
- Gaara-kun, ¿dónde estamos?
Gaara: En una cabaña. Te hice una sopa porque estás muy débil.
El pelirrojo comenzó a darle la sopa a Kiyomi quien le encantó el sabor. La uchiha se terminó toda la sopa, Gaara ya estaba más despreocupado, porque sabía que esa sopa la fortalecería. Gaara estaba a punto de levantarse de la cama, pero la morena tiró de él y dijo:
- Quédate aquí, hace frío...
La envolvió en sus brazos y comenzó a acariciar el largo cabello negro de la uchiha que se quedó dormida. Después de media hora, ambos se despertaron y corrieron hacia Suna. Kiyomi estaba bien de nuevo y súper animada. Gaara apreciaba la felicidad de la uchiha y la atesoraria a su lado para siempre.
Cuando llegaron a Suna, varias miradas de mujeres fueron al kazekage. Gritaron por él, pero él ni siquiera las miró. Kiyomi ya estaba roja de celos y cuando Gaara se dio cuenta de esto, simplemente pasó su mano por el cabello negro de la chica a su lado, quien se sonrojó aún más.
Llegaron a la casa del Kazekage
Gaara: Aquí es. Yo entraré y luego tu entrarás
Kiyomi: Prometo quitarle el espíritu maligno dentro de él - dice animada
Gaara: ¡Seguro!
El kazekague entra a la casa, luego entra Kiyomi, pero las luces estaban apagadas. Kiyomi se dirige al hombre que tenía una luz cálida reflejada a través de una puerta corrediza de vidrio en el frente. Al entrar a la habitación, la uchiha no creyó lo que tenía delante. Una mesita de café con una vela en el medio, platos vacíos a ambos lados de la mesa, cojines de seda blanca, pétalos de margaritas por toda la habitación, dos muñecos de peluche como Kiyomi y Gaara, botellas de sake entre otras cosas que requieren muchos detalles
Kiyomi: ¿Gaara-kun? - dice sonrojándose
Gaara sale de la cocina con un delantal y dos platos de Yakisoba en la mano. El pelirrojo, completamente sonrojado, dice:
- Se suponía que iba a ser una cena romántica, pero creo que esta vez fallé - dice sonrojándose y colocando los platos sobre la mesa
Kiyomi no creía lo que estaba viendo, ya había parpadeado varias veces y todavía no parecia real
Kiyomi: Todo es perfecto...- dice entrando a la habitación y sentándose en su lugar de la mesa
Gaara: Hoy han pasado 21 años desde que nos conocimos aquí en Sunagakure - se sonrojó - Te acababa de robar un hombre... - fui interrumpido
Kiyomi continuó:
-Y tu me salvaste...
Gaara se sentó frente a Kiyomi, abrió una botella de sake y llenó los dos vasos. La pareja empezó a comer y beber.
Los dos se rieron a carcajadas, hablaron en voz alta y recordaron el pasado. Astuta como siempre, Kiyomi se acerca a Gaara y lo tira del cuello, sus miradas se encuentran y Gaara la besa. La uchiha, está sobre la mesa que estaba baja mientras seguía besándolo. El kazekage se aleja, toma las manos de Kiyomi y los dos se miran el uno al otro (de pie). Gaara se inclina ante Kiyomi, saca una caja de su delantal, abre la pequeña caja roja aterciopelada y saca un anillo dorado. El corazón de Kiyomi se acelera, su cara se pone tan roja como la caja.
Gaara: Uchiha Kiyomi, acepta casarte ¿conmigo? - se sonroja
Kiyomi sonríe de oreja a oreja y responde:
- ¡¡SI!! - extiende su mano
Gaara pone el anillo en el dedo de su futura esposa y besa el dorso de su mano fría. Kiyomi besa a Gaara con tanto amor involucrado, mientras que el kazekage solo pensaba en lo afortunado que era.
Kiyomi: NO LO CREO - SONRÍE - ¡¡¡¡ME VOY A CASAR!!!!
La uchiha saltó de emoción mientras miraba su mano con el anillo. Gaara miró los pechos de su esposa que se movían mientras ella saltaba de emoción.
Gaara: Todos seremos Uchihas - sostiene su mano
Los ojos de Kiyomi brillaron de emoción.
Gaara: Los niños piensan que convertirse en uchihas es demasiado para ellos, así que creo que Uchiha's seremos solo yo, tú y Mitsuki.
Kiyomi sonríe y despeina el cabello rojo de su futuro esposo, dejándolo como hace 13 años
Gaara recuerda todas las veces que trató de declararse a Kiyomi, pero nunca lo hizo, porque su miedo era demasiado grande.
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