#1 When everything falls apart, I will still be yours • (G)I-DLE •

Chapter 1: What my body knows

Los ojos de Soojin se abrieron de golpe cuando la alarma sonó con fuerza desde su mesita de noche. Sintió que le picaban los ojos ya que dos horas de sueno no eran suficientes, lo sabía, pero preferiría vivir su último día de verano al máximo, que arrepentirse una semana después de no haberlo hecho.
Sus manos temblaban cuando con ellas se llevó el teléfono a la cara, para ser recibida con un mensaje matutino de su novio y un mensaje de texto de su prima enojada, quien también resultó ser su transporte a la escuela que llegaría en ... ¡¿10 MINUTOS?! ¡Mierda!

Soojin se puso de pie rápidamente y tiró la ropa de su armario, vio camisas que no había visto en años y jeans que no había usado desde octavo grado. Pero luego se topó con una camiseta roja, que seguramente mostraría un poco de su escote, y no tuvo que pensarlo dos veces antes de ponérsela. Al salir del baño, en el piso, justo al lado del montón de ropa sucia, y junto a su escritorio lleno de papeles usados ​​y bolígrafos viejos, encontró un par de jeans holgados, tomó el de color celeste y se lo puso, pero no sin caerse sobre la alfombra blanca. Su cabeza golpeó cuando se encontró con el suelo, pero no tuvo tiempo para hacer pucheros. Rápidamente se puso de pie y se acercó al espejo. Pintalabios rojo. Hecho.

Justo cuando terminó de pasarse el maquillaje por los labios, escuchó los bocinazos del exterior. Rápidamente, tomó una sudadera con capucha que era demasiado grande para ella, porque no era de ella, y una bolsa que ya estaba preparada con todo lo que necesitaba. Incluyendo el lápiz labial que acaba de ponerse y un cepillo.

"¡Adios cariño!" dijo su madre mientras Soojin pasaba corriendo por el comedor donde comían su madre, su hermana de trece años, sus dos medio hermanos y su nuevo padrastro.
Ella puso los ojos en blanco sin decirles una palabra.

El césped irrealmente verde estaba recién cortado mientras rodeaba la gran casa blanca. Puso color a sus zapatos blancos, eso no era algo que realmente apreciara, pero en realidad no tenía tiempo para preocuparse.

"¿Llegarás alguna vez a tiempo?" preguntó su prima desde el asiento del conductor con un tono, para ella, molesto.

Se parecía mucho a Soojin con una camiseta roja, pero no se atrevía a mostrar sus curvas. Su cabello castaño estaba peinado hacia atrás en ambos lados, mostrando su notable rostro.

"Supongo que Hui no te dejó ir anoche". Dijo la pasajera de cabello rosado desde el asiento al lado de la prima, mientras la conductora arrancaba el vehículo. "Ese tipo realmente no tiene línea de meta".

"Estábamos ... en una fiesta-", explicó Soojin, completamente sin aliento por su carrera.

"¡Oye! ¿Y no nos invitaste?" Miyeon hizo un puchero.

"- con el equipo de baile".

"Oh, entonces es mejor que no hayamos sido invitadas". Minnie dijo y puso su mano sobre el muslo de Miyeon.
Miyeon miró a Minnie y se sonrojó cuando miró hacia atrás.

Soojin puso los ojos en blanco desde el asiento trasero, pero no pudo evitar sonreír. Realmente estaban tan enamoradas.

Cuando el coche se detuvo de nuevo, subió una mujer pequeña y rubia. Llevaba un pantalón cargo y una sudadera con capucha de gran tamaño, como lo había hecho durante todo el verano, aunque el sol brillara alto y cálido.
Si Soojin tenía mal genio por la mañana, entonces no había palabras para describir a Jeon Soyeon. Llevaba la capucha sobre la cabeza y los auriculares en los oídos, tocando música que probablemente ella misma escribió.

"Te ves atractiva, como siempre". Miyeon la saludó y rápidamente se puso en marcha.
Soyeon simplemente la fulminó con la mirada antes de levantar su teléfono y comenzó a trabajar en el mismo programa de edición de música que siempre usaba.