Amnesia [JIKOOK]

11

Si ven errores, avísenme, porfa. 💖

Le conté todo lo que recordaba, lo cual era poco, mi mente seguía bloqueando la parte clave de todas.

El zeta me apuñaló con sus ojos, escudriñándome e intentando ver mis malditas entrañas. Al final, suspiró.

—Todo es gracias a la Diosa Luna —murmuró, dejando su taza en la mesa—. Si te soy sincero, Jungkook, cuando escuché de un omega hombre, pensé que era una broma. Un hombre omega, algo que ni siquiera está escrito en los libros, ¿cómo podía ser real? Pero, cuando tu existencia fue un hecho para mí, quise conocerte. Estaba molesto, furioso, por no ser notificado desde el principio cuando te presentaste y cuando te apareaste con el alfa Park. —Jimin se removió incómodo cuando el zeta lo miró—. Eso estuvo mal, quise castigarte, alfa, pero, el que Jungkook sea tu compañero, calmó cada molestia en mí.

Y era entendible. Muchos alfas, todos hombres porque, hasta el momento, no había ninguna mujer registrada, intentaban tomar a las pocas omegas y obligarlas a aparearse. Era repugnante, horroroso e indignante para cualquiera con medio gramo de cerebro. Y, para que eso no pasara, el zeta tenía que ser notificado desde el primer segundo cuando una omega se presentaba. Eso sí, el zeta solo protegía a las omegas. Si alguna mujer u hombre era obligado a aparearse, el alfa de cada manada tenía que hacerse cargo, no el zeta.

—Y ahora estás aquí, no me gusta la forma en la que tuvimos que conocernos, así que, te prometo, que pase lo que pase, Kang no vivirá más allá de una semana. —Después, simplemente, volvió a levantar su taza y le dio un sorbo a su té.

No supe si debía agradecerle, así que me metí más en el costado de Jimin.

—Ahora solo queda esperar a que recuerdes el momento clave tú solo, pero no te preocupes, ni te desesperes, nadie te está apurando. Todos aquí sabemos qué pasó, menos después de que desapareciste, claro.

Me sonrió.

Maldita sea.

Apreté mis manos en puños porque estaba comenzando a frustrarme.

—Mi omega agradece lo que está haciendo por él, zeta Min, también yo. Y lamento no haberle notificado desde el principio que un omega estaba en mi manada, pero mis instintos me ganaron.

El zeta Min hizo un movimiento de desdén con su mano.

—No te preocupes ahora, alfa Park. Valió totalmente la pena. —Sus ojos cálidos cayeron sobre mí, y supe a qué se refería con lo de que había valido totalmente la pena.

Sentí mi rostro calentarse, más específicamente mis mejillas y frente. El zeta sonrió, y Jimin tomó mi mano y le dio un suave apretón.

—Admito que, cuando el alfa Lee me avisó de un omega golpeado y sin memoria, lo primero que se me vino a la mente fue un alfa abusivo. Pero fue fácil darse cuenta de que esa no era la situación por la forma en que su omega reacciona hacia ti. Más después de que recordó todo, o la mayoría de las cosas —dijo—, pero siempre debo respetar las reglas, por lo que me veo en la obligación de decirle a su omega que, siempre que quiera, tiene un lugar en mi hogar, en mi vida y mi total ayuda.

O sea que, si me encontraba en peligro con cualquier persona, podía ir a sus brazos y él me defendería, incluso de mi alfa.

—Se lo agradezco —murmuré.

—No es nada. —Era mucho para una omega que siempre se encontraba en peligro—. Ahora, si me disculpan, ordenaré el arresto de Kang antes de que la rata se esconda. Tenemos una cena a las ocho, espero que asistan.