7

582 83 16
                                    

—Recordé algo —musité, apretando la foto.

¿Qué tan bueno debería de ser mi beta conmigo como para recordarlo a él para tener fuerzas? Mi omega vibró con anhelo de tocarlo.

—¿Qué recordaste?

La mano de Jin en mi muslo me hizo temblar. Lo miré suspirando.

—Recordé... No podía moverme —comencé—, estaba frío y, mmh, habían dos personas hablando.

Nadie dijo nada, nadie me quería preguntar nada. No querían presionarme y yo aprecié eso, porque estaba sintiendo todo a flor de piel.

—Era un hombre y una mujer, creo que eran hermanos... Y ellos ha-hablaban sobre alguien, sobre otro alfa.

—¿Sobre un alfa? —Taehyung susurró—, ¿dijeron su nombre?

—Mmm-hmm, lo llamaron alfa Kang. —Yo realmente debí de sentir el aire espeso y frío, pero no pude, mis dedos se estaban moviendo como locos alrededor de la foto—. Dijeron... Dijeron que me quería, eh, hacer su omega, solo eso. El chico me dijo que no me haría daño, él estaba asustado y... ¿avergonzado? por traicionar a su manada, pero su hermana, la chica, le seguía diciendo que ya no podían hacer nada. Creo que los amenazaron.

La mano de Taehyung se coló por mi cabello y jugó con mis mechones oscuros. Hasta ese momento noté lo mucho que estaba temblando, pero no tenía miedo, realmente dejé de sentir algo, solo estaba ahí, temblando como si el frío estuviera furioso.

—Está bien, Jungkook. Todo está bien ahora, estoy aquí, no me iré de tu lado ni por un segundo, nadie lo hará.

El susurro tenía como finalidad tranquilizarme, y yo lo hice, un poco, solo que Taehyung y Jin no eran suficientes para calmar al omega en mí. Necesitaba algo más, a alguien, quería a mi familia porque estaba empezando a sentirme solo, incluso teniendo a mi hermano a mi lado. Estaba comenzando a caer y mi omega se retorció, y jadeó, y gimió e imploró por su alfa y por su cachorro. El sentirse pertenecer a alguien era importante para un omega, necesitaba que mi alfa me tocara, me dominara completamente y me hiciera saber que nada de eso volvería a pasar, y que era suyo, solo suyo.

Estaba anhelando el toque de un alfa del que ni siquiera sabía su rostro.

—Shh. —Los brazos de Taehyung se cerraron como esposas a mi alrededor—. Todo está bien, estarás con tu alfa en pocos minutos, ahora respira.

Por poco lo olvidaba. Inhalé hondo y llené mis pulmones con aire cuando el ardor fue demasiado, inmediatamente noté que había empezado a soltar feromonas. Los soldados tenían muecas de dolor en sus rostros y algunos se aferraban al asiento, ¿qué tan poderoso podía ser un omega? mucho, demasiado para la manada a la que pertenecía. Incluso para los betas y alfas de otros lugares. Las feromonas que un omega soltaba podía hacer que hasta el más fuerte soldado se corra en sus pantalones, o se ponga a reír o a llorar a mares, incluso retorcerse del dolor.

Con eso en mente, me calmé. No quería herir a nadie. Y cuando todo comenzó a llevar su curso normal, me pregunté por qué Taehyung no se había visto tan afectado. Incluso pude ver cómo Jin apretaba los dientes y metía sus dedos en el asiento.

—Estarás con Jimin muy pronto, y con Kilian. Él te ha estado esperando con ansias. Nada volverá a separarte.

Y nadie dijo nada más, ni siquiera cuestionaron si recordaba otra cosa. Simplemente dejaron el tema a un lado.

El lugar donde paramos era enorme, era como una capilla, solo faltaba la cruz en lo alto.

—¿Dónde estamos?

—La casa de honor, aquí se hacen juntas, como reuniones de varios alfas con sus betas y gammas.

Para tratar temas de máxima clasificación, lo recordé fácilmente. No todo el mundo era cambiaforma, había humanos que desconocían nuestra presencia. Pero incluso sin ellos tener un lobo, a veces se veían hipnotizados bajo la mirada de un alfa u omega.

Bajé seguido de Taehyung y Jin, los guardias se amontonaron a mi alrededor y unos se alejaron para vigilar el perímetro. En cuanto la brisa fresca tocó mi rostro, pude oler algo fascinante. Inmediatamente, mi pene se encontró empujando contra mi cremallera. Di un paso al frente solo para saber que mis piernas eran de gelatina.

—Calmado, ¿puedes olerlo? —Jin me atrapó y me dio una mirada tierna—. Aquí está el alfa Jimin, lo hueles, ¿no es así?

Asentí sin poder entender la rápida reacción de mi cuerpo. Estaba temblando y sintiéndome caliente por todas partes. Mi entrada comenzó a lubricarse y estaba seguro que pronto el lubricante correría por mis piernas.

Jadeé cuando un aullido rompió el cielo. Mi lobo se desesperó, gruñó y arañó con ansias de salir. Había sido mi alfa, y estaba seguro de que ese aullido era para llamarme y atraerme.

—Joder, él también te olió.

Escuché a Taehyung reírse mientras caminaba en los brazos de Jin.

—Me pregunto si tendrá tiempo de tomarse un baño. —Escuché a Taehyung entre las nubes de excitación en mi mente.

—No lo creo, tendremos que ponerle nuestro olor, así no se volverá loco.

No sabía qué clase de relación tenía mi alfa con sus hombres, pero tenía que ser una muy buena para que no se molestara al detectar su olor en mí. Concretamente, el olor de Taehyung y de Jin, porque, por visto, el olor de sus guerreros no sería bien recibido.

Apenas escuché las palabras de mi hermano cuando ya estaba frente a mí, dejó salir su olor y pude por fin pensar más coherentemente. Miré a mi alrededor. El lugar podría parecer una iglesia por fuera, pero por dentro era como una mansión. Pero sin parecer realmente una mansión. El piso y las paredes parecían de mármol, habían pilares y ventanas enormes tapadas por cortinas, pero hasta ahí. La casa de honor estaba vacía, solo había unos bancos con cojines rojos y unos cuantos estantes. Y el sitio era malditamente enorme para solo tener eso.

Me di cuenta de que había una puerta doble al otro extremo y una más en uno de los laterales, pero esta no era doble.

Temblé y pude sentir la saliva amontonándose en mi boca como un perro a punto de comer. Me avergoncé por mi reacción, pero que los jodieran, era un omega oliendo a su alfa después de meses de no tenerlo. Puede que mi memoria esté muerta, pero no la del animal y mucho menos sus instintos. Y él reconocía lo que era suyo desde afuera.

Mi yo humano no se iba a interponer.

Y cuando las puertas enormes se azotaron, dejando ver al ser más delicioso que alguna vez pude ver, mi yo humano también estaba muy de acuerdo en babear.

Amnesia [JIKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora