Visitas

923 117 1
                                    

- He hablado con el medimago, dice que si sigues mejorando así antes de terminar la semana, podrás volver a casa

- Eso es genial, ahora tengo que decir que...- Llamaron a la puerta.- Adelante.- Dijo con curiosidad, Severus entró en la sala, para Regina fue una alegría todo lo contrario que para Sirius y Harry.- Severus, ya pensaba que no ibas a venir.- Dijo sonriendo.

- Bueno he tenido un par de semanas un poco intensas.- Dijo tenso, estaba feliz pero con esos dos ahí no iba a mostrarlo.

- Sí, lo siento por eso.- Dijo un poco apenada la chica.- Papa puedo tener un momento con Severus.- Dijo mirando a su padre que estaba en tensión.

- Lo que sea que vaya a decir que lo diga conmigo presentes no dejaré que comience a gritarte por lo que hiciste no me parece justo.- Comentó molesto.

- No he venido a eso, Black.- Dijo Severus molesto.

- No intentes engañarme, sé que no te preocupa que casi muriera hace una semana.- Respondió Sirius.

- Ya basta.- Dijo Regina.- Si quieres que mejore gritando no lo vas a conseguir, te he pedido yo que me dejes sola con Severus unos minutos si pasa algo te llamaré.- Dijo molesta. Harry sacó a Sirius para ayudar a su amiga.- Lo siento, nunca cambiará.- Dijo apenada.

- Por muy molesto que resulte, me alegro de que quiera protegerte, es la primera vez que queremos lo mismo.- Dijo sonriendo. Regina miró esa sonrisa y sonrió en respuesta.

- En verdad que siento haberte atacado pero no podía dejar a mis amigos y la orden en una trampa, espero que no...-

- No he venido a hablar de eso, conseguí que no quedase en nada. Ahora lo que importa es que te pongas bien.- Comentó Severus.

- Yo creía que estarías molesto.- Dijo la chica un poco confusa.

- Y lo estoy, no por haberme dejado inconsciente y haberte ido si no por haber recibido una maldición asesina. Me da igual que fuera por tu padre, no podría vivir sabiendo que tú ya no estás y no dejaré que vuelvas a poner tu vida en peligro. Entendido?- Preguntó serio.

- Sí.- Dijo mirando hacía algún lugar que no fuera la mirada inquisitiva de Severus, su mirada se topó con el ramo de flores.- Por cierto gracias por las rosas.- Dijo sonriendo volviendo a mirarlo, él se puso un poco nervioso.

- Cómo sabes que fui yo?- Dijo tratando de fingir indiferencia.

- Porque eres el único que sabe que prefiero las rosas negras, nadie me lo había preguntado jamás.- Dijo sonriendo.- Te costó mucho contener el problema?- Preguntó preocupada.

- Bueno, tengo un argumento infalible contra Bellatrix así que no la verdad pero puede que el señor Tenebroso esté un poco molesto.- Dijo un poco preocupado.- Pero preocúpate de ti misma, en eso ni pienses.-

- Vale como quieras. Me extraña que no tengamos que sufrir ninguna consecuencia.- Dijo confusa. Severus se tensó, pero consiguió esconderlo.

- Por lo que tengo entendido, todo por aquí va bien?- Preguntó aún algo tenso.

-Sí, papá ha sido absuelto y Harry vivirá con nosotros. Papá me ha comentado que iremos a vivir a nuestra casa en el Valle de Godric.- Explicó sonriendo.

- Segura que eso es buena idea?- Comentó el pelinegro algo preocupado.

- Claro. Quiero volver allí, será difícil para los tres, pero juntos seguro que podemos con ello. Para eso está la familia.- Dijo solemne.- Además quiero ser capaz de recordar a mamá con cariño y no solo con tristeza.-

- Se que ella habría querido que tú y tu padre fuerais felices allí.- Dijo Severus sonriendo con nostalgia. Regina tomó su mano y el profesor la miró. La forma en la que lo miraba estaba llena de cariño y comprensión. Severus se apartó casi al instante.- Será mejor que me vaya, descansa y haz caso de lo que te mandan por favor.-

- Lo haré. - Comentó Regina sin dejar de sonreír. Severus salió, en la puerta esperaban Harry y Sirius. Harry entró enseguida, Severus iba a irse.

- Espera.- Dijo Sirius serio, Severus se giró mirando al animago con exasperación.- Le has contado algo, sobre la reunión del otro día?- Preguntó preocupado.

- No. Lo último que quiero es empañar su recuperación con eso.- Replicó Severus.- Y te aconsejo que no le digas nada...-

- Tranquilo no tengo ningún deseo de explicarle a mi hija de 16 años, que puede ir olvidándose de la boda ideal.- Dijo Sirius con sorna.- Supongo que le ha venido bien verte.- El desagrado era obvio para Severus pero también sabía que estaba haciendo un esfuerzo por Regina.

- Y está claro que para ella es bueno teneros a ti y a Potter aquí.- Dijo antes de irse. Esa misma noche Regina estaba aburrida y sin demasiado sueño, cuando alguien llamó a la puerta. Sirius dormía en la silla al lado de su cama.

- Adelante.- Dijo algo confusa. Su confusión se transformó en alegría al ver a la jefa de Gryffindor.- Profesora McGonagall. Me alegro tanto de verla.- Susurró animada.

- Yo me alegró de verla también, Black.- Dijo animada.- Aunque no aquí.- 

- Sí no es la primera en decir eso.- Dijo mirando a su padre.

- Me alegra ver que todo se ha arreglado.- Comentó la profesora mirando a su antiguo alumno.

- Está bien? Qué dicen los medimagos?- Preguntó preocupada la pelirroja.

- Todo bien. Debería preocuparse por usted misma en este momento.- Comentó calmada.

- Tengo mucha gente que hace eso por mí.-

- Bueno yo me marcho, solo he venido para una revisión y quería comprobar que estaba bien.- 

Unos días más tarde le dieron el alta a Regina. Tubo un comité de bienvenida entero a la salida y fueron a comer a la madriguera.

- Seguro que no queréis quedaros?- Preguntó Molly.

- Si Molly.- Respondió Sirius.- Te agradezco la oferta, pero ya va siendo hora que volvamos a casa, juntos.- Dijo Sirius.

Lo sé he tardado y no es muy largo pero estoy teniendo demasiadas cosas en este momento. Espero que les guste intentaré volver pronto. Voten y comenten.

Herencia Maldita (Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora