🌹ONE🌹

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Un suspiro salió de sus labios, no sabía cuanto tiempo había estado caminando, chocando con gente y girando cuadras, pero si sabía que estaba lejos de casa, con frío en su cuerpo y dolor en su corazón, tenía hambre, la cena que estaba preparando se había dañado gracias a la pelea, quedando batida en el frío suelo de loza blanca de la cocina, donde todavía reposaba junto algunos cristales y gotas de sangre, no se había vendado las heridas y se lamentaba de eso, pues el abrigo le comenzaba a raspar.

Caminó media hora más hasta que su panza le volvió a reclamar que necesitaba alimento, a lo lejos divisó un pequeño local que se veía cálido, se abrazaba a si mismo mientras caminaba y tiritaba por el frío, palpo los bolsos de su suéter sintiendo dos bultos lo que suponía que era su teléfono y su cartera, en lo que se iba acercando al establecimiento sintió aquel olor que su antigua pareja desprendía, a dulce y amargo...

CAFÉ

El lugar estaba casi vacío, del bolsillo derecho sacó su teléfono y reviso las hora 12:04 am, era extraño ver gente ahí y que el pequeño local estuviera abierto, al abrir la puerta de vidrio con un cartelito de "Abierto" un rico y acogedor calor lo recibió calmando un poco sus temblores y sacando otro suspiros de sus agrietados labios, al entrar por completo se dio cuenta que el lugar no era tan grande, el olor seguía siendo delicioso y a pasos cortos se acero al mostrador de este aspirando la combinación de olores "Café y Chocolate".

Tomó un menú y observo la variedad de bebidas y postres que ofrecían, le dolió la cartera al ver los precios, pero por suerte tenía lo suficiente para llenar su vacío estómago, espero un rato en el mostrador decidiendo lo que quería pedir, había muchas cosas que se le antojaban y tenía tiempo que no se daba el placer de comer.

Una amable chica castaña le tomó la orden con gran carisma, pagó con la tarjeta y se fue a sentar a un pequeño cubículo a lado de una ventana, afuera todo estaba quieto, no había mucho movimiento y los árboles se mantenían en su lugar, sus colores opacos, y la simple luz de la luna alumbrando la calle desierta, un escenario gris y triste que lo hacía sentir peor, y sin quererlo su mente viajo hasta ese momento donde su mundo perfecto se vino abajo, sus labios se apretaron y sus ojos volvieron a derramar lágrimas las cuales trataba de quitar con la manga de su suéter sin éxito algo, no había sollozos, ni emitía ruido alguno, nadie se daba cuenta de que estaba ahí, solo.

Los minutos pasaron y el frío que sentía cada vez se iba reduciendo relajando así su estresado cuerpo, agradeció a la misma chica que lo recibió con un pequeño "gracias formado en un murmullo" y vio frente a él un frappuccino de oreo y un cheese cake de moras el cual no recordaba haber pedido, estaba confundido y algo perdido, pero sus ojos no dejaban de salir aquellas gotas saladas y él no se daba cuenta. 

-Sí es un poco gris el ambiente, pero no creo que sea motivo para llorar- tras una pequeña risita quien había hablado se sentó frente a él -¿No te molesta verdad?
Pregunto a lo cual él solo negó, su voz era dulce al igual que las cosas que había ordenado, su vista viajo de la ventana a las cosas y de las cosas al chico de pelo castaño y ojos bicolor, una curiosa combinación, él sólo atinó a sonreírle mientras secaba sus lágrimas.

-¿Es tuyo?
Pregunto con referencia al pastel enfrente de ellos, al mismo tiempo que lo apuntaba, mientras relajaba su voz y se tranquilizaba, el otro asintió sin quitar esa dulce sonrisa que surcaba en su rostro.

-¿Gustas un poco? 
Le acerco el plato al ojinegro el cual lo miraba extrañado, cosa que notó y alejó de nueva cuenta el plato -¿No quieres? su sonrisa se convirtió en una mueca que mostraba confusión. 

Sorbió de su popote un poco de aquel liquido frío mientras le seguía mirando a los ojos del contrario, unos ojos que sin duda le llamaban la atención -Eres extraño- Soltó sin pensar hasta que reacciono -DIGO es extraño que te acerques a un extraño así sin más- corrigió sus palabras lo cual consiguió otra risita que se le hizo tierna, sonrió más por ese pensamiento sin dejar de ver aquellos ojos bicolor con un gran brillo en él 

-Es que... 
¿Ya hora que excusa ponía? Ni el mismo sabía porque se había acercado al castaño en primer lugar, el no era de hacer eso con los clientes -Tomando en cuenta que es el gerente y dueño del lugar- --Lo vi decaído y... eh... -Un imperceptible tono rojo se posó en sus mejillas, estaba tratando de no quedar mal, mientras que su parte Mike lo veía con una ceja levantada tratando de comprender al contrario -Cómo no me gusta que mis clientes estén así decidí hacerle compañía -¿De donde carajos había sacado eso? Ni si quiera convive con la gente que trabaja para él, suele ser muy reservado 

-Oh bueno, gracias... Supongo 
Soltó una risa nasal mientras le sonreía con sinceridad al chico de sudadera roja que se había parado tras finalizar su oración -Eh... Tu pastel 

-¿Ah? 
Salió de sus pensamientos viendo al castaño que miraba el chesse cake con hambre -Oh te lo puedes quedar, ya sabes cortesía de la casa -Con la misma sonrisa sincera Mike le agradeció con un asentimiento de cabeza. 

-Soy Mike un gusto 
Le extendió la mano 

-Soy Raptor un placer

Le estrecho la mano para pasar a retirarse con un gran tono de rojizo en sus mejillas, dejando al otro chico picando aquel pastel con notoria hambre. 

Si, aquellos ojos bicolor lo habían cautivado, suspiro para seguir comiendo, luego iría al departamento que sus padres le habían comprado, no regresaría a casa, todo había terminado con el ojiazul.












𝐂𝐚𝐟𝐞́ 𝐃𝐞 𝐌𝐞𝐝𝐢𝐚𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞 | 𝐌𝐢𝐤𝐞𝐫𝐚𝐩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora