♤ Capítulo 3◇

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- ¿Qué hacen ustedes aquí?

Mis compañeras y yo gritamos, gracias a eso, captamos la atención de las demás enfermeras. Moonie y Thai corrieron, yo, sin embargo, me quedé paralizada. El mismo doctor que vi cuando se llevaron a la otra chica me miró. Era un hombre calvo, alto, de ojos oscuros, alto y delgado, de unos 55 o 60 años, era viejo. Usaba su bata blanca impecable, sus zapatos siempre lucían como si fueran nuevos, él transmitía seriedad, elegancia, sin embargo, había algo que me hacía temerle.

- ¡Bianca! ¡Bianca! - Oí a Thai. - ¡Vamos! -

No pude apartar la mirada de ese doctor, él sonrió de manera maliciosa, y caminando en dirección a mí, le hizo una seña a una de las enfermeras para que me agarrara, no pude evitar gritar y tratar de zafarme. Él empezó a acercarse, en su bata pude leer: "Dr. Aaron Keene"

- ¿Qué haces aquí? - Cuestionó, no pude responderle, tenía miedo. De sus bolsillos sacó una jeringa y la empezó a llenar con algo, la enfermera me seguía inmovilizando. - ¿Qué haces aquí? – Insistió

- ¡No me vaya a inyectar nada! ¡Se lo ruego! – Supliqué, él volvió a sonreír. - ¡Por favor!

- No has respondido mi pregunta, Bianca. – Se acercó más a mí. Aparté la cara haciendo una mueca de disgusto.

- Me dieron curiosidad los gritos, eso fue todo. – Contesté, él asintió. - ¡Le juro sólo fue curiosidad! ¡Nunca había estado en un lugar así! – Empezó a reír.

- Esta será tu primera y última advertencia, ¿me oyes? – Fruncí el ceño, sin embargo, afirmé con un gesto. – No te metas en lo que no te conviene niña, a menos que quieras salir de aquí a una morgue...

- ¿Me está amenazando? – Interrumpí

- No, claro que no. ¿Por qué lo haría? – Dijo de manera sarcástica. – El que tiene el control en este lugar soy yo. – Se empezó a inyectar en su muñeca el liquido de la jeringa, no pude evitar abrir los ojos y mirarlo con terror. – No te conviene meterte conmigo, estúpida de mierda. – Él se rio fuerte, sus carcajadas sonaban en todo el lugar, traté de zafarme de la enfermera, pero ella no me dejó. – Llévatela, Roselyn.

La enfermera me haló del brazo y me llevó prácticamente arrastrada hacía mi habitación, las lagrimas empezaron a salir de mis ojos, mis manos temblaban, no quería que me pasara lo mismo que a la otra chica. Llegamos, Moonie y Thai me estaban esperando, vi preocupación en sus rostros cuando me vieron llorar. Roselyn me tiró en la cama, en ese momento otra enfermera entró a la habitación, en sus manos tenía unos inmovilizadores, entre las dos me agarraron y empezaron a amarrarme, mis amigas gritaron para que me soltaran, me estaban tratando como si fuera un animal, luego de unos segundos de forcejeo decidí no pelear más, dejé que las enfermeras hicieran su trabajo y se fueran. Realmente no me podía mover, mis muñecas y mis tobillos estaban atados a mi cama.

- ¿Qué paso? – Preguntó Moonie. – Perdónanos por dejarte sola...

- No me digas eso, el miedo me paralizó. Quiero hablar con mi mamá, quiero que me saquen de aquí. Aquí todos están locos, no sé cuánto tiempo estaré sin poderme mover. – Hablé entre sollozos. – Sáquenme de aquí...

- Debemos escapar. – Susurró Thai. – En este lugar hay una energía muy oscura, hay muchas almas en pena, las siento, las veo, las escucho. Ellas buscan ayuda, pero, no puedo hacer nada ahora. Debemos tener cuidado, también hay demonios, demonios muy poderosos.

- ¿Cómo haremos para escapar? – Las enfermeras entraron y se llevaron a la otra chica que estaba en el cuarto, no sabía el nombre de ella, igualmente me asustaba que le pasara algo. Nadie dijo nada, no podía pelear porque quería que zafaran rápido.


8:24 p.m.

En unos minutos nos darían la comida y yo seguía atada a la cama, no pude evitar dormirme unas horas, cuando desperté sólo estábamos mis amigas y yo en el cuarto, aún había una cama vacía. La enfermera Fer entró por la puerta con las bandejas en donde estaban los medicamentos, me miró y sin pensarlo dos veces, dejó la comida en la cama de Thai y me desató.

- ¡Muchas gracias! – Dije con una sonrisa

- No me agradezcas, dime por qué te amarraron. – Habló mientras nos entregaba la cena a cada una, la comida era un asco, pero prefería comer eso a no comer nada.

- No me creerás, sólo soy una paciente...

- Claro que te creeré. – Interrumpió. – Aquí pasan cosas extrañas. – Se dirigió a la puerta para asegurarse que nadie nos espiara. – Estén alertas, nadie nos puede escuchar. – Asentimos. – Leí los reportes de ustedes tres, a ti. – Señaló Thai. – Te diagnosticaron esquizofrenia paranoide. A ti. – Se dirigió a Moonie. – En tu historia médica dice que eres una psicópata, seduces a tus victimas para luego asesinarlas. Finalmente, a ti, Bianca, te diagnosticaron depresión crónica y trastorno de ansiedad generalizada. – Tomó aire. – Antes de continuar con esta conversación, quiero saber, si lo que dicen sus diagnósticos en cierto...

- Si. – Respondió Moonie. – Me tienen aquí porque he matado a 6 hombres, dos de ellos fueron mis parejas, los demás los maté por diversión. – Todas guardamos silencio. - ¿Y saben qué? No me arrepiento, porque ellos no aportaban a este mundo.

- Esta bien... - Dijo Fer. - ¿Y ustedes dos?

- Yo estoy aquí porque mi familia cree que estoy loca. – Habló Thai. - Piensan que miento cuando digo que puedo sentir cosas, cosas que no todo el mundo ve.

- Yo estoy aquí por repetidos intentos de suicidio. – Susurré. – Me parece una exageración estar acá, muchas personas en el mundo tratan de matarse todo el tiempo.

- ¿Ahora si me responderás por qué te amarraron? – Me preguntó la enfermera Fer. Yo le conté todo lo que había pasado, no dejé pasar ningún detalle. Todas me escucharon atentamente. – Si te creo, Bianca. He visto cosas extrañas aquí.

- ¿Qué has visto?

- Fui a la morgue, y vi varios cuerpos, todos presentaban signos de violencia, de cortaduras y golpes. Sin embargo, la doctora Roselyn entró, y me gritó que me fuera, me advirtió que jamás volviera a entrar...

- ¿Ella no era enfermera? ¡Pensé que era una enfermera! – Hablé. - ¿Ella por qué usa ese uniforme?

- No lo sé aún. Ella sólo usa la bata para dirigirse a los pacientes más pequeños...


Un disparo...

Otro disparo...

Gritos...

- No se vayan a mover de acá...

Manicomio maledetto Puoi scappare?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora