♤ Capítulo 6◇

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- También veo y siento cosas. – Miró a Thai. – Soy igual que tu...

Miramos con asombro a Danny, era evidente que no mentía, ¿Cómo iba a saber del don que Thai tenía? 

- Debemos salir de aquí lo antes posible. - Habló Moonie. - Nuestras vidas están en riesgo...

- Shhhh - Todos callamos. - Miren. - Elizabeth señaló a la puerta del baño, una enfermera sangraba, tenía sus manos en el estomago, al parecer estaba herida. Todo estaba en silencio. - ¿Deberíamos ir? - Negué con la cabeza. No era conveniente meternos en los asuntos de este hospital, al parecer los demás pacientes no hacían nada, todos mirábamos la escena atónitos, uno que otro paciente reía, otros estaban en otro mundo, los demás no hacíamos nada.

La enfermera se percató que todos estábamos mirándola, vi enojo en su mirada, ella sabía que la dejaríamos morir. Una chica de cabello rizado y negro pasó caminando lentamente, cruzamos miradas, era muy parecida a mi, la diferencia era que ella tenía los ojos azules, yo verdes, ella tenía el cabello pintado de negro y morado, yo lo tenía color castaño claro. La extraña siguió su camino y se paró al frente de la enfermera, la empujó, ella cayó al piso. 

- ¡Déjame vivir! - Suplicaba la mujer entre lágrimas, la chica la miraba con una sonrisa malévola, se notaba la maldad en sus ojos. - ¡Carlotta! ¡Por favor!

- Patética. - Escupió la extraña, ella se estaba divirtiendo con la situación. - Cuando me hacías la vida imposible, te pedí llorando que me dejabas en paz. ¿Recuerdas? - Habló entre dientes. - ¿Por qué debería tener piedad? - Alguien más salió del baño, un hombre con todo el cuerpo y cara tatuados, el tomó con brusquedad a la enfermera y la encerró. Un olor a gasolina invadió mis fosas nasales. No había ningún médico a la vista.

- ¡Vayan a sus habitaciones! - Vociferó el hombre, era un paciente, todos seguimos su orden. Una vez en mi cuarto, no pude evitar salir a ver qué estaba pasando.

- ¿Qué haces, Bianca? - Susurró Moonie. - ¡No seas imbécil! - Estaba asomada en la puerta, intentando no ser vista. La puerta del baño había sido abierta.

- ¡Hey! - Me llamó Carlotta, tratando de no demostrar miedo, caminé en dirección a ella, no lo pensé dos veces. Estaba asustada, esa chica me causaba terror. - ¿Qué hacías?

- ¿Qué crees que hacía? - Pregunté sin apartar la mirada, la veía fijamente a los ojos, por dentro estaba muerta del miedo, esa chica me asustaba, era como una copia de mi. - ¿Qué le harán? - Señalé a la enfermera con un gesto, la estaban amarrando a unos palos, ella no dejaba de luchar.

- Le haremos el mismo daño que ha hecho, que nos ha hecho - Respondió. - Yo soy el puto karma de ella, su peor pesadilla, me ha jodido a mi, a muchas personas, pacientes, niños... - Tomó aire. -  No tendremos piedad, no me pidas que la tenga ¿oíste? 

- No diré nada, yo sé que aquí suceden cosas extrañas. - Hablé en voz baja. - Sólo quiero escapar de aquí... - Mis ojos se humedecieron. - Haré lo necesario para salir de este lugar, no soporto un día más aquí.

- Te entiendo...

- Pero dime, ¿Qué harás cuando se enteren de que fuiste tu?

- Que pesimista eres. - Rio. - Llevamos meses planeando esto. - Los gritos de la mujer sonaban de fondo.

- Hay cámaras...

- No en este momento. Mira. - Señaló una de las cámaras tapadas con un pedazo de papel. - La del pasillo y la del baño están así, no tenemos mucho tiempo, alguien se dará cuenta de que algo anda mal, ve a tu habitación.

- Está bien. - Me di vuelta y me dirigí hacía mi habitación.

- ¡Espera! - Dijo Carlotta. - Ninguna palabra de esto, a nadie.

- ¿Qué gano yo guardando silencio? ¡Soy cómplice de un crimen! ¡De un asesinato! - Grité. - Siento algo de culpa...

- Te ayudaré a escapar, escaparemos juntas. Seremos nosotras y el equipo. - La notaba ansiosa.

- ¿Hablas enserio? - Cuestioné.

- Haremos lo posible. Te ayudaré, si tu me ayudas a mi. - Me hablaba con seriedad.

- ¿Qué necesitas que haga? - Pregunté, no sabía en qué me estaba metiendo.

- Debemos acabar con el manicomio desde adentro. Esto es sólo el comienzo, y necesitamos a gente de confianza. - Susurró, asegurándose de que nadie más nos escuchara. - Únete a mi equipo. - Asentí, no muy convencida. - Nos llevaremos las vidas necesarias para escapar, así como ellos las han tomado para sus planes. ¿Estás de acuerdo?

- Si, sólo asegúrate de que no se enteren de quién hizo esto. - Dije mirando a la enfermera. - Yo no vi nada, nadie vio nada. 

- Me sorprende tu frialdad. - Habló Carlotta de manera sarcástica. - Ve a dormir, aprovecha los pocos días de paz que quedan en éste lugar.

- Suerte. - Fue lo único que dije antes de darme vuelta y volver a mi habitación.


- ¿Qué paso? - Preguntaron mis amigas al mismo tiempo. No lo dudé, ellas eran de confianza, le conté detalladamente todo lo que había pasado, no dejé escapar ningún detalle. Thai y yo nos asomamos en la puerta, solo se oían golpes, nuevamente se habían encerrado en el baño. 

Miré hacia el corredor, el papel que estaba al frente de la cámara se estaba despegando, mi amiga y yo cruzamos miradas.

- ¿Por qué tienes esa cara? - Cuestionó Moonie. - ¿Qué pasa?

- El papel...

- ¡Mierda! ¡Se despegó! - Gritó Thai.

- ¿Qué papel?

- ¡El cubría la cámara! - Corrí hacía la puerta, en un punto ciego. - ¡Carlotta! ¡Carlotta! - Grité. La manija de la puerta se movió. - ¡No! ¡No salgas!

- ¿Qué putas pasa? - Contestó desde el baño. 

- ¡El papel se cayó! ¡Si sales te verán! - Avisé, en ese momento escuchamos pasos en el corredor. - ¡Hay alguien más aquí!

- ¡Ve a tu cama, y finge que no sabes nada!

Los pasos se acercaban más, estaba a unos cuatro metros del baño, obviamente yo vería primero a la persona que descubriría todo...




Manicomio maledetto Puoi scappare?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora