Carta desde la cama

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No estoy triste tengo las emociones en pausa, y aveces lloro para suavizar un poco el corazón que se deshidrata.
me he quedado callada,se me acabaron las letras cálidas, las palabras efusivas, no estoy distraída, estoy emotiva.

Me levanto medio mareada dudando de mi existencia, me acuesto dudosa con las manos frías  y entrelazadas preguntándome si todo estará bien a las 2:25 a las 3:40 y las 5:20 am.

También me pregunto porque estiro las manos y no encuentro las suyas  o porque no veo la tinta de su piel  antes de dormir, porque no veo sus grandes ojos seguir las líneas del grueso libro que dejo sin concluir, tenia tanto miedo que no lo terminara y sucedió.

— descubrí que el peor miedo  es  el que se te incrusta en  el vientre detrás de las costillas
en las viseras,
sobre todo el miedo que se siente cuando se pierde la esperanza.
La fe en  un ser omnipotente que hace suceder cosas inexplicables,  y pensamos que nunca van a culminar a dejar de ser,
pero esto definitivamente no siempre  es así, todo tiene su razón y yo solo espero que esta pena cese.

Ya no volvere pasear  a su lado cerca de la  11 ni ver tus voluptuosos labios pronunciando mi nombre, 
me duelen varias cosas en la vida, 
lo que no puede ser ...
Así como el silencio que emiten las cartas  que escribi  en su ausencia.!

Vámonos de aquí Where stories live. Discover now