Te beso cada línea dibujada, pero no borro la tinta, tu cuerpo que enmarca la ruta
Me hace No me perder los puntos cardinales, este a oeste de tus caderas yo los memoricé,
Te beso el cabello, la frente
hasta la lamer la punta de tus pálidos pies,
Por las mañanas, gélidos talones me recuerdan el invierno.
Por las noches cálido es tu cuerpo bajo las sábanas cómo verano ardiente,
Isituado en curva del Golfo.
Tus pupilas conteniendo el color de las hojas caídas cuando empieza otoño,
Morderte el delgado cuello y acabar besando tu punzante clavícula eso si es cosa de dioses
Cómo la nieve del norte del país, Blanco sin color, decadente apariencia, solemnes formas van enmarcando tu apenas formado ser, No hay conciencia de lo que no estás haciendo bien.
Yo pretendo que no soy de ti
pero si lo soy de la medula, hasta la voluntad mientras, el sereno en tus largas pestañas en la madrugada, se reflejan las pequeñas esferas, puntos de colores reflejado emulala niebla en las sierra.
Las luces vislumbran y te veo rodeado en ellas, como el mirador quebrada de Acapulco, que sublime es tu cuerpo, tu incomparable esencia mexicana, deslumbrante ser.