Parte I: Capítulo VIII

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Estaban a un día de que inicie la fiesta para anunciar la boda de Valerie Druwalls y Sebastian Thomsay. Nervios afloraron dentro de la muchacha, quien con esperanza aún pensaba en la posibilidad de no casarse.
El rey Nicholas no tardó en ponerse al tanto de la travesura que Valerie había cometido, e intentó saber de quien se trataba el joven que la había ayudado. Por más que Valerie no se lo dijera, el rey sacó sus propias conclusiones y optó por no invitar a la familia Werthude al banquete.
Valerie intentó disculparse con su padre y le dijo que Oliver no tenía la culpa, incluso le aseguró que sería una deshonra no invitar a los tres reinos restantes. Su padre se negó y alegó que el reinado de Werthude estaba por caer en la ruina.

-¿Y qué hay de Sebastian?-. Preguntó Valerie preocupada-. He oído que no quiere casarse conmigo.

-No sé que hiciste jovencita, su padre me contactó y me puso al tanto del terror que su hijo tenía por desposarte-. Respondió su padre enfurecido-. De igual manera no es algo que ustedes decidan, ya encontrarán la forma de coexistir.

El rey Nicholas prosiguió su rumbo.

-Que tú y mamá hayan coexistido no significa que nosotros dos podamos.

Ante las palabras de su hija el rey se detuvo, dio la vuelta y Valerie notó su triste mirada.

-Valerie sabes que estas cosas no debes hablarles conmigo, lo único que tienes que hacer es cumplir con tu deber-. Su padre le dio un abrazo y se apartó-. Aunque no te guste Sebastian podrás soportarlo, sé que eres fuerte, hija. Solo cumple con sus caprichos y con el poder de tus encantos lo podrás aconsejar correctamente.

-No lo comprendes, padre.

Valerie se fue corriendo a su habitación y comenzó a llorar silenciosamente hasta dormirse.

Valerie no se percató de que había dormido unas cuantas horas; El día en el que anunciarían su boda había llegado.
Luego de una larga preparación, discusiones sin sentido con Olga y reproches de sus padres, Valerie finalmente estuvo lista.

-Ya eres toda una princesa-. Dijo su madre alegre.

-De princesa mucho no tiene-. Opuso Olga en voz baja. Solo Valerie la escuchó.

Todo era como hace tres años; Gente bailando y bebiendo al compás de la música, lujosos decorativos y felicidad en los rostros de la gente. Sin embargo a Valerie le afligía que el reino Werthude no hubiese asistido a la ceremonia.

-Te ves muy bien-. Dijo Charlie acercándose-. Quién pensaría que estuvieras a punto de ser la mujer de un futuro rey.

-No me lo recuerdes, apenas puedo mantenerme en pie con estos zapatos.

Charlie comenzó a reir, seguido de una invitación a bailar. Valerie aceptó complacida.

-¿Está bien que la prometida del rey baile con su guardia antes que con él?-. Valerie esbozó una sonrisa.

-Pues tienes razón, no está del todo correcto. ¿Pero tu desde cuando haces las cosas bien?

Siguieron bailando, Charlie tenía un talento innato, no obstante a Valerie le seguía siendo complicado seguir el ritmo. En aquella ocasión recordó q Oliver, quien la había invitado hace unos años atrás.

-Él estará bien-. Dijo Charlie sonriendo-. Estamos hablando de Oliver.

-¿Cómo supiste?-. Preguntó Valerie sorprendida.

-Bueno si te soy sincero él y tú siempre piensan el uno por el otro, y tu triste repentina cara me demuestra lo decepcionada que estás al estar bailando conmigo y no con él.

El Bosque De Los SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora