Cap 2.- Llegada

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¨Señorita, hemos llegado, despierta¨ Me susurró la dulce voz de la azafata. En ese momento abrí mis ojos sin ubicarme muy bien, tras un par de minutos me di cuenta de que estaba en Pripyat, mi destino. Recogí mi maleta y bajé del avión, un extraño olor inundó mis fosas nasales, si no leí mal este fue el lugar más afectado tras el accidente de Chernobyl.

Alcé la vista al frente y un señor vestido de traje y sombrero, el cual escondía su cara me esperaba, se acercó y simplemente me dijo que le siguiera, le obedecí no muy convencida y en unos minutos llegamos a una casa en cuyo interior el polvo, los objetos rotos y la maleza le daban cierto aire siniestro.

-Me llamo Daniel- dijo el extraño mientras se retiraba el sombrero y dejaba a la vista su vistoso rostro. Tenía grandes ojos oscuros, cabello mediano castaño y una gran nariz aguileña

-¿Qué hacemos aquí?

-No te lo puedo decir hasta que bajemos- su respuesta me dejó algo confundida y desorientada. De la nada empezó a rebuscar entre la maleza del cuarto principal y al rato suspiró y abrió una especie de puerta que dirigía a un sótano.- Ven, sé que de momento estás asustada pero, créeme, merecerá la pena.

Algo dudosa me acerqué y para mi sorpresa, sólo era un pequeño espacio que parecía un ascensor; Daniel se metió en el interior y me hizo un gesto para repetir su acto. Al estar dentro simplemente bajó una palanca. Exacto. Era un ascensor. Las luces se encendieron y un rápido movimiento hacia abajo hizo que perdiera el equilibrio y me cayera, no me levanté hasta que sentí que la máquina se había parado y el misterioso hombre abrió la verja, dirigiéndome una sonrisa tranquilizadora.

Un paso. Otro. Seguí a Daniel en la oscuridad hasta que me llevó al centro de todo. Apenas llegábamos mi mente dejó de pensar que estaba despierta y empezaba a confundir la realidad con otro de mis sueños. No. Esto no era un sueño.

Pude contemplar un enorme espacio totalmente inusual, en una parte había una especie de laguna de aguas verdosas que se encontraban iluminadas por luciérnagas que revoloteaban dándole luz al lugar, rodeado de coloridas plantas, altas, bajas, con flores, sin flores, árboles, arbustos, y más. En otro lado un árbol con una estética similar, enorme con grandes y resistentes ramas que al igual que el charquito mencionado anteriormente, se veía iluminado por pequeños seres voladores. También llamaron mi atención los tres edificios que se encontraban cerca de un bosque, los tres aparentemente grandes y de madera con ventanas mal puestas y escasez de puertas. Ahora que lo pienso…. ¿Y la luz? Me di cuenta de que estábamos bajo una espesa capa de tierra pero aun así todo se veía claro. Miré el techo y no habían huecos por los que pudiera pasar la luz, en vez de lámparas enormes hongos luminosos se encontraban en la pared, me intenté acercar a uno para verlo mas de cerca y la luz que desprendía se volvió insoportable, definitivamente ayudaba de lejos, sólo eso.

Cuando terminé de analizar el terreno me di cuenta de que alguien se encontraba bajo el árbol central, una mujer de largos cabellos plateados y ojos azulados, aparentemente cansada. Vestía con una túnica blanquecina y un cinturón dorado, me acerqué para observarla mejor y cuando cruzó su mirada con la mía un escalofrío recorrió mi cuerpo.

¨Bienvenidos a Eek, mis queridos alumnos¨

Eso fue lo único que dijo antes de chascar los dedos, en ese momento otros 11 jóvenes de mi edad aparecieron junto a mí, igual de sorprendidos que yo. Exactamente otras 5 chicas y 6 chicos.

-Supongo que ya sabéis donde estamos, esto, queridos- al parecer le gusta esa expresión,- es una escuela de magia en la cual aprenderéis a manejar vuestros poderes internos para beneficiar al resto del mundo. No me andaré con rodeos, no va a ser fácil, no tardaréis poco en completar la misión, por lo que he acomodado esos edificios de allí para vosotros. El de en medio es la escuela y los de los lados son los dormitorios y aseos, uno para chicas y otro para chicos. Dicho esto, os dejo hablar con vuestros compañeros y si me necesitáis, estoy en la escuela, mi nombre es Aruma.

Nada más decir esto se dio la vuelta y se dirigió al lugar mencionado anteriormente.

Giré mi cabeza buscando a las otras chicas y localicé a una. Me llamó la atención por el pañuelo que llevaba en la cabeza, la preciosa tonalidad canela de su piel y sus ojos azules claros, casi blancos, me devolvió la mirada y me sonrió, lo cual me impulsó a acercarme

-Emmm…. Hola, soy Yarah- le dije algo dudosa

-Hola, mi nombre es Nadia, encantada- me tendió la mano para estrecharla, lo cual obviamente acepté,- ¿Tú de dónde eres?

-Bolivia, ¿Y tú?

-Marruecos

Uno de los chicos se nos acercó en ese momento, era alto, con ojos rosados y achinados con el cabello a modo de melena, algo extrañado nos preguntó:

-Soy Min Ho, de Corea, ¿No os preguntáis lo mismo que yo?- en ese momento los ojos se me abrieron como platos.

¿Por qué hablamos todos el mismo idioma?


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Hola!!
Espero que os esté gustando, siento subirlo tan tarde pero últimamente estoy algo ocupada
Os quiero!♥️

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