Los últimos retoques

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Un nuevo día comenzaba, los primeros rayos del Sol empezaban a iluminar el panorama. Hoy era el día en el que nuestros héroes volvían a sus clases. Las vacaciones están bien, pero nadie podía negar que las ansias por volver eran demasiadas

Dormitorios (Cerca de las 7:00 am)

Izuku: ¿Huh? (El pecoso fue despertado por su alarma, la cual interrumpió inmediatamente) Bien... hora de levantarse.

El peliverde se levantó de la cama y se dirigió a su baño directamente. El chico se hecho un poco de agua fría en el rostro para despertarse por completo, después tomó su cepillo de dientes y empezó a lavarse los dientes.

Izuku: (Pensando): Que hambre tengo... Creo que me haré unos huevos revueltos (Mientras su estómago rugía)

El peliverde acabó de cepillarse los dientes y poniéndose sus tenis, bajó a la cocina para prepararse algo de comer. Era temprano, por lo que no esperaba encontrarse con nadie. Sin embargo, cuando llegó, se encontró a cierta azabache en la barra de la cocina leyendo un libro y disfrutando de la tranquilidad de la mañana.

Izuku: Buenos días, Yaoyorozu-san. Veo que te gusta madrugar (Dijo el peliverde acercándose a la cocina)

Yaoyorozu: ¿Midoriya-san? (Algo sorprendida) Buenos días, podría decir lo mismo de ti, Midoriya-san. (Dijo la azabache con una sonrisa) Creí que era la única en levantarse tan temprano

Izuku: Es una costumbre que tengo, en casa me levantaba a esta hora para hacer algo de ejercicio matutino (Mientras tomaba asiento a un lado de la chica)

Yaoyorozu: Oh ya veo. Pero, Midoriya-san, ¿irás a entrenar vestido así? (Viendo que el peliverde estaba en pijama)

Izuku: No, claro que no (Riendo un poco) A decir verdad tengo algo de hambre, así que vine a la cocina a hacerme el desayuno. (El peliverde se paró y se dirigió a la cocina) ¿Ya desayunaste, Yaoyorozu-san? Estaba pensando en hacer unos huevos revueltos, puedo hacer más de una ración (Dijo el peliverde de forma amable)

Yaoyorozu: Yo ya comí un poco de cereal, Midoriya-san, pero aun así, muchas gracias por la invitación.

Izuku: Está bien. (Dijo el peliverde con una sonrisa)

El pecoso se dirigió hacia la nevera y empezó a sacar todos los ingredientes necesarios para hacer su platillo: Unos huevos, algo de tocino y unas cuantas rebanadas de jamón. El chico prendió la estufa y en una sartén empezó a freír algo de tocino, el aroma que desprendía era tan rico que la azabache no pudo resistir.

Yaoyorozu: M-midoriya-san, ahora que lo pienso... (El estómago de la azabache rugió)

Izuku: ¿Quieres un poco? (La chica solo asintió con algo de pena) Bien (Dijo el chico soltando una pequeña risa)

El chico acabó de freír el tocino y en otro sartén, a fuego medio, empezó a preparar los huevos revueltos. Rápidamente, en una tabla de cortar, empezó a picar en las rebanadas de jamón que acompañarían al huevo. El chico puso los ingredientes en el sartén y dejo que se cocieran, después de unos minutos todo estaba listo.

Izuku: Aquí tienes, Yaoyorozu-san (Mientras le daba su plato a la chica, huevos revueltos, un par de rebanadas de pan integral y unas tiras de tocino)

Yaoyorozu: Muchas gracias, Midoriya-san. Bueno, probémoslo (La chica tomo un tenedor y probó un poco de los huevos revueltos) ¡Que rico! (A la azabache le brillaron los ojos) ¡Esto está súper bueno, Midoriya-san! (Mientras seguía comiendo)

Izuku: Me alegra que te haya gustado, Yaoyorozu-san (Dijo el peliverde con una sonrisa) Pero no son nada comparados a los que hace mi madre, esos sí que son deliciosos (Mientras se servía en un plato y se sentaba a un lado de su amiga)

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