Sonreír

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¿Cuántas coincidencias crees que se han necesitado que ocurrieran para que te encuentres dónde estás ahora mismo? Decenas, cientos, tal vez miles o cientos de miles de ellas. Tan solo piénsalo. Deja que te ayude. El simple hecho que seas tú el que haya encontrado y empezado a leer este texto de entre todo el mundo es prácticamente un milagro, probabilísticamente hablando. Una en siete mil millones... ¿Lo ves? Una "pequeña" coincidencia. O, ¿acaso es algo más?... 

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*Favor de leer las notas al final del capítulo* 

Faltaban menos de 24 horas para que llegara otoño, el clima empezaba a volverse más fresco y atrás quedaban los días de intenso sol. Pronto las hojas de los árboles empezarían a pintarse con ese bello color bermellón. En los últimos días, los estudiantes de la clase A habían estado arreglando los detalles de la que sería su presentación en el festival Cultural.

—¡Bien, ahora hacemos un "Windmill"!

—¡Vamos por Dios! ¡Mina, eso es imposible de hacer! –Dijo Sero que estaba empapado en sudor-

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—¡Vamos por Dios! ¡Mina, eso es imposible de hacer! –Dijo Sero que estaba empapado en sudor-.

—¡Ashido, trata de ser más suave con nosotros, vas a provocar que nos quedemos sin columna vertebral! –Añadió Hagakure-.

—Vamos, chicos... -Deteniendo su danza-. Si este paso es para novatos, si siguen con esa mentalidad nunca aprenderemos la coreografía –Cruzada de brazos-.

—S-si esto es para novatos no quiero ver los pasos de experto... -Dijo Kirishima que sentía que le faltaba el aire-.

—¡Corte, Midoriya, ¿qué fue eso?! –Exclamó Aoyama mientras se acercaba al peliverde-.

—¿H-Hice algo malo?

—No lo sé, tú dime –Cruzando los brazos-. Dijimos que aquí tenías que arrodillarte y esperar que Iida entrara a escena. ¿Por qué seguiste con tus líneas si Iida no había llegado? –Molesto-.

—L-Lo siento, Aoyama-kun. Creí que era mi turno. Prometo que no volverá a pasar –Haciendo una reverencia en señal de disculpa-.

—Bien, espero que sea así. Tomémonos un descanso de 15 minutos –Retirándose del "set"-.

—Aoyama sí que se lo toma en serio –Se acercó la azabache-.

——Esto es duro... -Suspiro el peliverde-. Sabía que tenía que no tenía madera para ser actor...

—Oye, no digas eso. Hay un papel que nadie puede hacer mejor que tú –La chica tenía las manos detrás de la espalda y al mostrarlas se vio que tenía un disfraz de árbol-.

—No te voy a preguntar de donde obtuviste un traje como ese, pero no fue gracioso –Dijo el peliverde mientras retirándose fingiendo indignación-.

Creando un nuevo mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora