✨ Capítulo 30 ✨

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Alharik:

-No sé por dónde empezar- suspiro, no creí que me costase tanto -bien, cuando me mudé con mis padres a esta ciudad tenía alrededor de cuatro o cinco años, era un crío. Nuestros vecinos eran los Parker y ahí fue donde los conocí, pero no tenía la misma relación con Nathan que tengo ahora, me caía bien pero no compartía mucho con él. Khali... Khalani y yo éramos inseparables- alzo la vista un poco incómodo para ver a mi oyente pero me arrepiento y la vuelvo a fijar en el suelo -yo no he cambiado mucho en mi carácter de mala leche pero ella era la única que lograba calar en mí ¿Si sabes? Era tan cómodo estar con ella que no tenía que preocuparme por mantener mis muros arriba; con ella no existían tales.

-¿Qué os pasó, por qué dejaron de llevarse?- tenía que preguntar Scott

De repente la boca se me seca y parece estar pegada, las palabras no quieren salir.
Esta es la parte que menos me gusta de la historia.

-Yo me alejé de ella.- simplifico

-Ya pero ¿Por qué?- me anima a continuar con fastidio

-Al creer tomé caminos que no llevaban nada bueno ¡Y mira que ahora lo sé! no quería arrastrarla a eso conmigo y tampoco quería que ella me viera de esa forma, no quería que se decepcionara de mí. Es obvio que ya lo está pero me gusta creer que todavía hay alguien que cree en mí, que para alguien soy bueno, alguien que vale la pena, alguien que no está jodido.
Lo que me llevó a distanciarme por completo fue cuando...cuando no estuve para ella cuando más me necesitaba, no tuve cara para verla después; yo le había fallado y le jure nunca hacerlo.

Termino cansado luego de hablar, no le he contado todo los detalles ni nada a fondo, eso la haré jamás pero si lo esencial.

-¡Estoy rayadisimo tío! pero da igual, ¿En qué momento empezaste a verla con otros ojos distintos a lo fraternal?

- Pues.... Creo que nunca la vi como amiga, era muy chico para saber distinguir en ese entonce.- confieso.

Es la pura verdad, nunca me había puesto a pensar en eso. Creci con ella y para mí quererla era algo natural, era muy pequeño para diferenciar entre un sentimiento u otro, nunca tuve con quién comparar; ella era mi única "amiga" pasaba del resto pero ahora que lo cavilo bien; me doy cuenta que siempre la quise como..como...como algo más que una amiga. Admitirlo a estas alturas me parece algo tonto pero qué le voy a hacer.

Realmente no entiendo cómo acabamos siendo tan unidos, joder, ni siquiera sé cómo le caí bien; era un niño amargado que no miraba más allá de sus narices y sus rollos.

-¿No crees que sería mejor dejarla estar?- me pregunta con tranquilidad. -Creo que sería en vano que te hayas mantenido apartado todo este tiempo.

-Sí, pero no comprendo esta repentina necesidad de acercarme y la idea de estar con ella me tienen rayada la cabeza.- me pasó la mano por la cara con fastidio.

-Bueno, ya sabes lo que opino pero también sé que eres un cabezota.- se ríe y ambos nos ponemos de pie.

Al terminar de hablar con Scott, me tomo un par de copas y me voy a mi casa.

Ya es tarde por lo que voy directo a la cama, con pereza me saco los zapatos y me desvisto.
Caigo rendido ante el sueño y me sumerjo en las imágenes que produce mi subconsciente: una linda chica de ojos turquesa y melena rizada.

Al día siguiente me dirijo a mi salón para recibir la primera clase.
Voy algo absorto de lo que dice el maestro; desde que nos orientó las actividades me he colocado mis audífonos. He escuchado que hay personas que no pueden estudiar mientras haya música pero a mí se me da mejor con ella, así también evito que me hablen y me interrumpan, no es que sea un antisocial pero cuando se trata de mis estudios no me gusta que me joroben.

INQUEBRANTABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora