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Cuando Namjoon me llamó, explicando lo que había pasado, entre en crisis, dejé tirado todo el trabajo y me apresure al hospital. Hoseok seguía durmiendo de forma pacífica, mientras le suministraban suero, odié  verlo en ese estado. Hoseok siempre había sido una persona demasiado brillante y alegre.

—¿Qué es lo que tiene exactamente?— pregunte a Namjoon, pero el hombre negó, se veía cansado también.

—No quisieron decirme, sólo se lo informaran a un familiar, su madre llegara pronto; sin embargo, escuche a una enfermera decir que eran principios de anemia. Es muy probable,  se ve más delgado. Estoy muy apenado, creo que le di demasiado trabajo,  pesar de que apenas estaba adaptándose a la materia. Lo sobrevalore.

—No te preocupes, Hoseok siempre ha sido muy dedicado y responsable, aunque nunca había llegado a estos extremos. Y no lo sobrevaloraste; hasta ahora, han ganado todos los casos que le has dado, incluso ganaron este, y fue porque Hoseok avanzó lo suficiente.  Cuida de él, iré a ver si me dicen algo.

Salí de la habitación y caminé hasta recepción, pero al igual, que Namjoon, sólo recibí respuestas evasivas. Puede ver a la madre de Hosoek caminar hasta donde estaba, ella me miró con desprecio.

—Vete, no tienes nada que ver aquí —me dijo tan pronto como la tuve enfrente. Sobre mi relación con Hoseok, sólo ella, Chaeyoung y su pareja sabían, era obvio que la familia de Hosoek no me tenían en un buen estima. Pero yo  no iba a irme, hasta saber que estaba bien.

—Estoy aquí, porque estoy preocupado por su hijo, no me iré.

—No lo entiendes, todo esto es tu culpa, la única persona que le hace daño a Hoseok eres tú. Si de verdad te preocupas por él, aprovecha lo que paso y despídelo, él es demasiado orgulloso para renunciar por si mismo. Seguirá ahí, torturándose hasta que no pueda más.

—No voy a despedir a Hoseok, eso sería humillante para él —mencioné molesto y con los puños apretados—. Hoseok se ira cuando él quiera irse, no cuando usted me lo pida.

—¿Eres feliz?, mirando a mi hijo ser infeliz por ti, viéndolo en ese estado, deja de ser tan egoísta y si él no puede dejarte ir, déjalo ir tú. No lo detengas a tu lado. Ese puesto en el área penal, algo por lo que Hoseok tanto ha luchado, si nunca se lo hubieran ofrecido, él 1ya habría buscado algo  mejor en otros despachos.

—Nuestro despacho penal es el mejor de la ciudad.

—Exactamente, un puesto que  no podía rechazar. Deja de hacerte el inocente conmigo. Siempre te aprovechaste de su amor, desde la universidad, lo llevaste directo a la firma de tu padre y le ofreciste un trabajo, impidiendo que buscará y  conociera otros lugares. Nunca dije nada porque él era feliz, pero ahora ya no lo es, así que no me voy a quedar callada. 

—Me pregunto que pensaría Hoseok, si se entera que su propia madre lo subestima como profesional, y cree que tiene un puesto por mí y no por su propio valor —dije, apreté aún más los puños. Hablaría con Hoseok más tarde, me di la vuelta y regrese a la habitación de Hoseok para despedirme de Namjoon, también tenía trabajo que realizar y no podía seguir perdiendo el tiempo. 

Cuando Hoseok salió del hospital, le di tres días libres para que pudiera descansar. Él por supuesto se negó, pero Namjoon le advirtió que le quitaría casos, si lo veía en la oficina, por lo que acepto a regañadientes.

No pensé que estaría en la boda, al menos eso esperaba, verlo sería una jodida tortura, pero ahí estaba; haciendo su entrada triunfal, vistiendo un traje rojo, con un maquillaje ligero y el cabello peinado hacia atrás que dejaba apreciar su frente y estaba usando lentes.

Era un atuendo llamativo, parecía que lo había escogido, para nada más y nada menos, que vengarse de mí. Fue jodidamente tentador. 

Se sentó a lado de Namjoon y su familia. Fue difícil para mí volver a verlo. Cuando la música empezó a sonar, dando inicio a la marcha nupcial, de repente el traje blanco que estaba usando me empezó a asfixiar. 

Nayeon se veía preciosa con el vestido, largo y blanco, su cabello era más corto que de costumbre. Ella era el sueño de cualquier hombre,  menos el mío. Sonreí a los invitados mientras caminaba por la alfombra roja de la mano de su padre.

No había a donde huir, mis ojos  buscaron a Hoseok, sus preciosos ojos almendrados estaban clavados en mi. No pude desviar la mirada de ellos, incluso cuando Nayeon se detuvo a mi lado.

Para llamar mi atención, tuvo que tomar mi mano. Finalmente la mire y le sonreí, tratando de ser cálido.

—No te amo —susurre para mi mismo, porque al parecer ella no logro escucharme y nadie más lo hizo.

El resto de la ceremonia estuve vagando entre las palabras del sacerdote y mis recuerdos con Hoseok. 

De vez en cuando trataba de encontrarme con su mirada, podría sentirla en mi, pero  no podía verlo. Cuando finalmente acabó y firmé, no pude besarla como debía, sólo fue un choque de labios sin sentido y sin sentimientos. 

Cuando volví a buscar a Hoseok, el seguía en el mismo lugar, cruzado de brazos y de piernas, terriblemente serio, ¿No sabía quién estaba sufriendo más con esta boda?, si él o yo.

Quise creer que ambos la estábamos pasando mal. El resto del día fueron presentaciones y felicitaciones estúpidas. La mesa de los regalos estaba repleta y .os invitados iban de un lado a otro. La comida fue deliciosa y el vino exquisito.

Nayeon y yo bailamos varias veces. Yo trataba de sonreír todo el tiempo. Tenia que fingir que esto iba a salir bien, y que por la noche, yo iba a poder tener una erección por ella. 

Cuando Nayeon admitió que estaba demasiado cansada para seguir bailando, se sentó en la mesa principal a lado de sus padres. Yo salí de la pista de baile y me alejé de todas las personas en busca de aire. Si me moría esa noche, sería lo mejor para mi, porque saber que  nunca más iba poder estar con Hoseok seria morir poco a poco todos los días.

Miré a Hoseok, alejado de todas las personas y bebiendo vino solo, estaba de espaldas, pero ese traje rojo era inconfundible. Camine hasta él y cuando sintió la presencia de alguien más volteó.

Pude ver claramente sus ojos empapados de lágrimas y la imagen fue desgarradora. Me apresure hasta él y lo apreté contra mi cuerpo. Aferrándome a su espalda me negué a soltarlo, mientras dejaba pequeños besos en su cara, en sus mejillas, en su preciosa nariz, en su frente y finalmente en los labios.

En ese momento, Hoseok respondió sin titubear, siendo tan vulnerable como nunca. La música seguía sonando con fuerza, Nayeon debía seguir con sus padres y los invitados bailando. Hoseok y y yo  nos encerramos en un cubículo de baño. No hizo falta palabras y el único sonido fue el roce de nuestros cuerpos mientras se volvían uno. 

Quedate con ella /JungHope [COMPLETO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora