365 otoños durante ti.

61

Capítulo 61. Un romance difícil de olvidar.

"No vayas por la vida regalando poesía"
Me decían, y yo a usted le regalé más que un poema. Y es que era inevitable no hacerlo, dejaba de lado total advertencia, pues cuando miraba el cuaderno, me era imposible no querer plasmarlo en uno que otro verso.

No me culpe, dos amantes dichosos no tienen ni fin, ni muerte. Nacen y mueren muchas veces antes de conocerse. No me culpe por no haber sido lo suficientemente fuerte, usted tampoco fue tan valiente.

Sin embargo, aún me asusta un poco decir su nombre en voz alta. Porque a veces río, corazón. A veces sonrío y me acuerdo de usted. Y pienso que le gustaría saberlo, que lo echará de menos, uno siempre sabe lo que quiere, aunque a veces no pueda quererlo.

Es esa especie de felicidad dolorosa, ese ser y no ser, ese tener y no tener, querer y no deber.

Podría escribir los versos más tristes esta noche, pero me haría falta escribir otro libro.
Usted y yo hemos creado caminos y créame cuando le digo, que lo que hemos vivido, no se olvida ni reinventando destinos.
Piénseme en voz baja, se lo pido. No se le vaya a escapar nuestro secreto en suspiros.

Si me ama, hágalo callado. Míreme de lejos y nunca diga mi nombre con todo y apellidos. Si me ama, permanezca escondido, no me mire, no me sonría, pero demuéstreme su cariño.

Si me ama, hágalo bien, pero nunca fugazmente. Lea mis poemas bajamente, guárdelos en su alma o puede que, también, en su mente. Escuche mis canciones, lea mis poemas, sus poemas y recuérdeme.

Si me ama, nunca lo confiese. Susurre te amo una noche donde el amor no esté ausente, si me ama, demuéstreme hasta donde su amor ha podido dominar mi mente.

Si mi recuerdo aún puede habitar, dígamelo, no lo quiero dejar. Si me ama, dígalo una vez más. He sobrevivido unos días, pero la poesía aún permanecerá y le juro, caballero, que esté romance no será fácil de olvidar.