Y la leyenda cuenta que Ryomen Sukuna, el gran demonio, el rey de las maldiciones, cayó bajo los encantos de una mujer humana de ojos color zafiro, y en su búsqueda por mantener a la madre de su hija a salvo... perdió a quienes eran las mujeres de...
Estaba en el instituto, en la oficina de Nanami terminando de planear lo que serían algunos entrenamientos de los estudiantes primer ingreso, este año teníamos un reto nuevo y ese era entrenar a Itadori para su búsqueda de los dedos de Sukuna.
Ya había anochecido y las ganas de cenar ramen inundaban mi vista, de pronto veo que a Nanami lo llaman por teléfono y cambia su semblante lo cual me hace fruncir el ceño. Y siento como mi celular timbra, era mi superior.
— Satoru, de carácter urgente debes ir a la calle 33 del vecindario Kay. Una maldición con cuerpo humano esta haciendo un escándalo.
Me hizo extrañarme pero no me alarmó, como si fuese cualquiera otro día, Nanami y yo nos dirigíamos a la ubicación exacta, íbamos él y yo ya que era de noche y de esa manera evitar que los estudiantes estuvieran en peligro.
Cuando llegamos al sitio, todo sucedió muy rápido, había una mujer adulta mayor en los regazos de una chica más joven, y Nanami fue más veloz y decidió llevarlas a ambas al médico del colegio ya que no eran heridas normales las de ambas, por lo que a mi quedó combatir con Mahito quien ya antes había luchado con Nanami, realmente no sé como sucedió pero Mahito huyó como si de un rata se tratase.
Me sentía preocupado por la mujer mayor, tal vez la abuela o la mamá de aquella chica, y ella... bueno, estaba destrozada a menudo gritaba "¡Salven a Madre Anna por favor!"
...
Cuando llegué me encuentro en mi oficina a Nanami y a la chica de cabello negro, podía notar su rostro hinchado de llorar y su nariz colorada, me dio pena. Cuando ella me notó vi como sus grandes ojos brillaban, sé que quería saber sobre Mahito.
— Lo siento, él escapó, pero haremos lo posible para atraparlo, no te preocupes. ¿Cómo está tu madre? —pregunté con curiosidad.
Su rostro cambió de estar enfadada a ver como sentía picor en sus ojos por las lágrimas que venían.
— Afortunadamente, madre Anna esta viva. —me volteó a ver sonriendo.
Por un momento, sentí algo que nunca había sentido, sus ojos eran violetas... Su mirada me causó que mis mejillas se colorearan, pero no entendía porqué, digo... la conocí hace una hora.
La chica se puso de pie, y realizó una reverencia en forma de agradecimiento.—Gracias a ambos por salvarnos.
Sentí un vuelco en mi estómago. ¿Por qué sentía que había encontrado algo? Esa sensación que tienes cuando encuentras algo que no buscabas.
¿Cómo se llama?
¿Serendipia?
¿Esta chica era mi serendipia?
La observaba hablar con Nanami sobre lo mucho que estaba asustada cuando llegó Mahito, y yo me empezaba a cuestionar "¿Por qué no estuve a tiempo para ayudar esta completa desconocida?"
Observaba su vestimenta, una pijama normal, tenía un cabello realmente largo, color negro, tan oscuro como la noche, y unos ojos violetas fascinantes. Me sentía nervioso. —¿Puedo saber tu nombre?
Y era una necesidad saber de ella, necesitaba saber sobre ella.
La chica me mira con ambas mejillas coloreadas, y muestra un gesto tímido.— Soy Hori, Ryomen Hori...
Ryomen
Ryomen Suukuna...
Sentí un escalofríos en mi interior, y de inmediato volteé a ver a Nanami que se observaba igual de impresionado que yo. Vi como Nanami extendía su mano hacia mi escritorio lentamente.
Me alarmé.
— ¡No saques tu arma! — vociferé sin pensarlo en lo que corría hacia Hori, y ella... solo estaba mirando confundida. No sabía que había hecho pero Nanami apuntaba el arma hacia mi y Hori se encontraba a mis espaldas.
Tensión...
¿Qué carajo hice?
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