Parte 5

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Satoru Gojo

Mi acción provocó que Nanami se incomodara conmigo, me preguntaba por qué quise proteger a la hija de una maldición, si la misión era asesinarla. Como instructor había decidido que lo mejor sería que asistiera al Colegio Técnico de Magia Metropolitana de Tokio, por un tema de vigilarla. Hori ingresaría como estudiante de primer año.  

Había decidido que era importante mandar  a Hori al médico para saber realmente sobre su especie, ya que nuestro conocimiento sobre híbridos era el mínimo, y con el resultado decidir el entrenamiento más adecuado para Hori. Creo que me preocupo demasiado por ella. 

Habían transcurrido alrededor de cinco días desde que Hori había llegado a la academia, el saber que era hija Sukuna puso su situación en peligro, costó pero logré convencer a Nanami que no la asesinase, aceptó guardar el secreto, después de todo no es tan gruñón como quiere hacernos creer.

Pero ahora, hacíamos todo lo posible para que Sukuna no se enterase, pero realmente era inútil el intento que hacíamos. Había evitado que Hori conociera a sus compañeros todos estos días, hasta que Yuuji expresó lo preocupado que se sentía porque los últimos días sentía a Sukuna más inquieto de lo normal e incluso más agresivo y temía no poder con él cuando tenga de nuevo ese episodio. Y por supuesto que yo sabía el motivo de su inquietud, sentía a su hija cerca y no la veía. Quien lo diría, el rey de las maldiciones, aquel que disfruta inmensamente del sufrimiento de los demás no tiene control de la situación y enloquece en saber que siente a su hija cerca pero no la ve.

— No quiero que la veas.—murmuré mientras veías a los demás estudiante discutir sobre quien tuvo las respuestas malas en la primera prueba escrita. Estábamos en un área verde del colegio.

— ¿A quién? —preguntó de repente Yuuji a mi lado, lo cual hizo que me sobresaltar por un momento. Lo miré algo nervioso, ¿que podría sucede si Sukuna supiese que tengoa a su hija?

— Oh, pues. A la estudiante nueva. —dije sin importancia.

Yuuji frunzo el ceño confundido, probablemente no sabía que había una chica nueva.

— ¿¡Qué!? ¿Por qué no nos dijiste? —preguntó. —Sabes que hace falta ver chicas lindas acá... Nobara es linda pero me da miedo. —exageró sus gestos de asustado.

Solté una carcajada, los jóvenes siempre tan creativos.

—Pronto la van a conocer, a Hori. —y sin cuidado, mencioné su nombre.

Al segundo de decirlo me asusté en mi interior ¿Sukuna escuchó? ¿Sabrá que su hija se llama Hori? Nervioso froté  mi nuca, y estaba buscando la manera de alejarme de Yuuji.

— ¿...Hori? ¿Hori qué? —preguntó nuevamente, a lo que maldecí. 

— Sabes Yuuji-san, no lo recuerdo, apenas lo sepa te digo. Hori es una chica tranquila.

Nos quedamos en silencio mirando a los chicos, pero de repente observo como entre los árboles viene una chica corriendo desesperada, a lo que me alarmo, no era cualquiera chica, era Ryomen Hori.

—¡Satoru-sensei! —escuché como gritó Hori, y a su paso alarmaba a Yuuji, Megumi y Nobara.

Cada vez se acercaba a mi, y quería evitar que Yuuji le hablara o se le ocurriera ayudarle, típico de él. Así que me apuré y corrí hacia ella para evitar que se acercara a mis otros estudiantes. Al estar conmigo noto como su tono de piel era más pálido y me hace preocuparme. —¿Qué ocurrió, Hori? —pregunté de inmediato.

Mientras trataba de calmar su respiración acomoda su cabello, dio una mirada a los demás chicos y noté que sintió vergüenza, puse ambas manos sobre sus hombros para ayudarle a calmarse. —¿Me dirás? —pregunté con sutileza, a lo que ella asintió.

— Estaba empezando el entrenamiento, me alejé un poco de la zona y... —sus ojos se pusieron llorosos. — ¡Mahito! ¡Mahito quería atraparme de nuevo! ¿Qué haré? 

Sentía su incertidumbre. la situación no me estaba gustando, Mahito se volvió una maldición molesta, y Sukuna estaba escuchando todo. Di una mirada hacia Yuuji, y su mirada era otra, era de Sukuna, siempre que aparecía se burlaba de la situación pero esta vez fue diferente.

— ¿...Yuuji? —preguntó Nobara con miedo.

Miré nuevamente a Hori, quien estaba prestando atención a Yuuji. Y yo solo sentía que lo peor podía suceder.

— ¡Hey! ¡Satoru! ¿Podrías darle un mensaje a Mahito? Dile que si vuelve a poner un dedo encima de mi hija... soy capaz de todo. —habló molesto Sukuna.

¿Tan sencillo Yuuji perdió el control del cuerpo al sentir cerca a Hori? 


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Hori   ホリ| Satoru Gojo 五条悟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora