Capítulo 12> El equipo de salvamento: Ocho y Cinco.

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CINCO

Allison empezó y yendo de uno en uno, les hacía sufrir enfermedades triviales o dolores leves, incluyendo fracturas pequeñas en ciertas partes del cuerpo.

Annie estaba tensa, a mí no me importaba tanto.

—Encima de soso el tío es un tsundere en potencia. —susurró mientras me miraba.

—¿Cómo dices, Ocho?

Desde que nos enfadamos la llamo por su número. Sólo lo hacía Vanya, pero cuando lo dice ella es con cariño. Cuando lo digo yo no. Al menos no tanto.

—Lo que digo es que, como la mansión es tan grande, deberíamos dividirnos por zonas.

—Tch, está bien. —bufé.

—Vamos niños, ya pueden ir a esconderse. Cuanto antes encuentren a todos antes pasará la prueba. —dijo Mamá al lado de Pogo.

—Cinco, ven un momento. —me llamó Allison.

—¿Qué quieres? —pregunté con desdén.

De pronto dejé de ver, todo era negro, y cuando volví a abrir los ojos...

¿¡LA MANSIÓN SE ESTÁ DERRUMBANDO!?

Tócate las narices con el mono y sus pruebas raras. Va a matarnos a todos con la bromita.

—¿Cinco? —dijo Annie acercándose.

—¿¡Cómo estás tan jodidamente calmada cuando se te va a caer una mansión del porte de dos campos de fútbol encima!? —exclamé mientras corría hacia el pasillo.

—Y-Yo... intento pensar que si me pongo nerviosa tardaremos más en encontrarlos. —dijo cuando me alcanzó.

—Tienes razón. Vamos, pero olvídate de dividirnos, no pienso separarme de ti.

Estábamos en el pasillo de las habitaciones. Todo estaba aparentemente bien, pero el suelo temblaba bajo mis pies.

—¡¿Hay alguien aquí?! —preguntó Annie.

—¡Estoy aquí! ¡En la habitación de Vanya! ¡Creo que Allison me ha torcido el tobillo!

—¡No te preocupes Diego, vamos ahora!

Fuimos al trote, porque cuanto más rápido fuésemos menos les dolería a ellos.

—Súbete a mi espalda Diego.

—Annie, ¿estás segura?

—Puedes estar tranquilo hermanito. —dijo sonriéndole dulcemente.

¿Por qué a mí no me sonríe así?

—Vamos Cinco, tú nos guías. —me dijo Ocho decidida.

—B-Bien vamos, de vuelta con Allison y los demás.

De pronto aparecimos justo en frente de Pogo y Annie se derrumbó en el suelo, tratando de que Diego no sufriera ningún daño.

—Vamos... aún... nos quedan... los demás. —jadeó con cansancio.

Ella, viendo que yo estaba en shock porque joder, acababa de usar su poder a lo bestia, me cogió de la mano e iba tirando de mí.

[...]

Ya habíamos librado a Klaus, que estaba en la puerta del baño, y a Luther, que estaba en las escaleras del entrenamiento de velocidad. Solo nos queda...

—¡Estoy aquí!

—¡¿Ben?! ¡¿Dónde estás?! —exclamé.

—¡En la despensa!

—¿Puedes caminar? —preguntó Annie.

—¡Sí! ¡Pero la puerta está atascada!

—Vamos. —dijo ella tirando de mi mano.

Rompió parte de su chaqueta, se lo ató a la mano y rompió el pomo de la puerta de tres golpes. Ben salió corriendo de allí con ella pisándole los talones.

Iba a seguirles, pero de pronto la pared se derrumbó, haciéndome caer y atascando mi brazo.

—¡Cinco!

—¡No puedo teletransportarme! ¿Qué hago ahora?

—¡No lo sé! ¡Coge un palo o algo!

—¿Tú ves un palo aquí? ¡¿Y para qué querría yo un palo, imbécil?!

—¡El listo eres tú, joder! —dijo mientras pequeñas lágrimas salían de sus ojos.

Ver a Annie llorar no es algo común. Solo la vi llorar aquella vez, hace dos meses, en mi habitación. Y desde entonces nunca más.

Pero ahora, estando en una misión suicida, cansada, preocupada e incluso asustada, es cuando tiene que ponerse a llorar.

Y de nuevo es por mi culpa.

—¡Mierda! —sollozó.

—Annie...

—Déjalo. Vuelvo en un segundo.

Y en un segundo, ni más ni menos, trajo lo que parecía un palo del patio trasero.

¿Había bajado tres pisos y olvidando la oportunidad de salvarse, ha vuelto a por mí?

Eso me hace sentir peor. Bien Cinco, tenías que joder a alguien tan bueno.

—¡AGH! —dijo tratando de mover las piedras con sus manos.

—¿Para qué es el palo?

—Palanca. —murmuró.

Clavó el palo cerca de mi brazo, y empezó a moverlo arriba y abajo.

—Creo que ya puedo salir.

—¡Pues vamos! ¿A qué esperas?

Me levanté y me sacudí la camisa, sorprendiéndome al sentirla abrazándome.

—Vete a la mierda en bote, Cinco. Estaba jodidamente preocupada.

Eso me hizo sonrojar. No solo había repetido lo que yo dije hacía tiempo, sino que había admitido que yo le importaba.

—Todo está bien, puedes estar tranquila. —dije apoyando mi barbilla en su coronilla.

Su cabello olía a flores, a humo. Olía de puta madre. Podría haberme pasado toda la vida ahí, apoyado en su coronilla, con su cabeza entre mi cuello y mi hombro, sintiendo su respiración en la nuca.

Pero el edificio seguía derrumbándose. Mira que hay que ser inoportuno, paredes de mierda.

—Vamos. Ya seguiremos luego. —dijo sonriéndome.

¿Dije antes que envidiaba a Diego porque Annie le sonreía "dulcemente?"

Jódete hermano, ella sonríe por y para mí.

Corrimos, uno al lado del otro, volviendo hasta la sala de entrenamiento, donde caímos al suelo nada más llegar.

Ella se durmió. Y cuando supe que estaba a salvo, me dormí. En el suelo de la sala de entrenamiento, frente a Pogo y Allison.

Por ahora no me importa un carajo.

Como alguien saque el tema...

[...]
HooooLanDa :D
bien cinquito pronto se irá a tomar por culito :) JAJAJA no es por joder, es seguir con la trama.

Planeo cosas interesantes UwU

Desde España a la 1:32 (33) de la madrugada te deseo un feliz día.

Y me despido con esta frase que dijo mi amika hoy por llamada:

"¡¿Cómo es posible que no sigas a tu futuro marido por instagram?!"

Se te quiere Pat JAJAJAJA

Ea buenas noches y sueñen conmigo 😳♥️
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Cinco ¿Qué fue lo que pasó? ~Cinco Hargreeves y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora