A la mañana siguiente como era de esperar, Volkov no había llegado.
Greco se dirigió a la armería para coger un chaleco antibalas y prepararse para ir a un robo en curso que había en la gasolinera.
Justo después entró Leonidas y le avisó de que el intendente le estaba esperando en su despacho para hablar con él.—Encárgate tú del robo de la gasolinera, no estropees esta oportunidad de demostrar lo que vales.— dijo Greco sabiendo que Leonidas la fastidiaría.
Greco se acabó de poner en chaleco y subió al piso de arriba donde estaba Conway. Abrió la puerta, entró y seguidamente Conway empezó a chillarle.
—¿¡No te enseñaron modales de pequeño?! ¡¿Porque coño no tocas a la puesta antes de entrar?!— gritó Conway molesto.
—Tranquilícese Conway, no es para tanto.—
—Sal y vuelve a entrar como Conway manda—
Greco lo miró con asco pero conteniéndose de chillar a su superior, hizo lo que le pidió.
Greco salió, cerro la puerta y entonces tocó la puerta con desgana y preguntó con tono burlesco: ¿puedo pasar?—Si, adelante— contestó Conway con aires de superioridad.
—Le gusta demasiado tocarme los cojones.— susurró.
—¿Como dice comisario?—
—Nada, nada— suspiró— ¿Que quería?—
—Ah, si, quería que me contases el porque Volkov no ha venido, últimamente tanto él como Horacio están muy dispersos.—
—Digamos que es porque son los reyes del drama.—
—¿Tu también has visto como se miran no? ¿Sabes si tienen algo entre ellos?— dijo Conway en tono curioso.
—Claro, y se que ambos se gustan, pero no quieren decírselo al otro.—
—En ese caso, déjamelo a mí, yo me ocupo— contestó el intendente con una sonrisa en la cara, le hacía ilusión pensar en que en un futuro, su buen amigo Volkov por fin se echara novio o novia. Sobretodo porque se notaba a leguas que era bisexual, aunque tiraba más para chicos que para chicas.
Volkov nunca se atrevió a contárselo pero era una de esas cosas que al cabo del tiempo los dos ya lo daban por obvio aunque nunca lo llegara a admitir del todo.
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Greco ya había salido del despacho y había ido de nuevo a su inicial destino, el atraco.
No lo sorprendió para nada que Lonidas no hubiera acabado aún con el atraco, y minutos más tarde de llegar él, ya había podido atrapar en una persecución a los dos atracadores.
—Esto demuestra tu incompetencia Leonidas, no solo has tardado demasiado negociando, sino que además te has vuelto a estampar con la moto.— dijo Greco regañando al oficial.
—Ha sido sin querer zeñor Greco.—
—Sin querer tu puta madre.—
—No se enfade anda, que antes ya me ha gritado el zupehh, sois muy tiquismiquis.— contestó el oficial haciéndose el chulito para luego dejar a Greco con la palabra en la boca.
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¿Te imaginas?
FanfictionMientras sigue con su vida, Horacio tiene que enfrentarse a su vergüenza para poder declararse a Volkov y quién sabe si puede que algo mas. Eso si, Volkov es indeciso con sus sentimientos hacia Horacio, a causa de que él también tiene que lidiar co...