¿Te imaginas?

Cap. 6 Dudas

Estuvo toda la noche dándole vueltas a lo que le dijo en ese parking al lado de comisaría.
¿Y si era verdad que realmente le gustaba a Volkov? Su cabeza intentaba aferrarse a cualquier cosa que le pudiera dar una mínima esperanza sobre un futuro al lado de Volkov. Seguía sin perder completamente la esperanza y probablemente nunca lo haría.

Él seguiría intentando luchar por él, para que al menos tuvieran una buena relación. Que no se sintieran incómodos al estar patrullando juntos, eso era básicamente lo que ahora mismo tenía en mente. Si no lo podía tener como novio, que al menos lo tuviese como un buen amigo, y si pasaba algo más, pues bienvenido sería.

Al día siguiente llegó muy impaciente y nervioso a comisaría. Pero para su sorpresa, no pasó nada de lo que esperaba.
Volkov estaba como si no hubiese pasado nada el día anterior y además le trataba de la misma forma de siempre, incluso podría decir que mejor.

Cuando llegó Conway se dispuso a asignar compañeros. Conway se fijó en su compañero Viktor, parecía distraído y ausente. Pero en cambio, también notó que el oficial con una cresta no desviaba su mirada de Volkov.
Empezaba a sospechar y a preguntarse qué habría pasado.

Una vez hechas las parejas, a Horacio le tocó con Greco y aunque preferiría estar con otra persona que ya sabemos, no le desagradaba la idea. Durante todo el tiempo de patrulla estuvieron hablando de la vida y de repente surgió el tema Volkacio. Se sorprendió al saber que Greco veía a Horacio y Volkov como una buena pareja y que pegarían. Así que hablando sobre eso, acabaron discutiendo sobre cómo debería haberse declarado.
Según Greco tendría que haber ir tirando piedrecitas para allanar el terreno. Ahí se dio cuenta de los grandes errores que había cometido: soltar todo eso de golpe en un sitio no demasiado tranquilo y privado.

-A ver, te voy a decir esto con todo el respeto del mundo, ¿de acuerdo?- dijo Greco

Horacio asintió

-¿¡cómo coño se te ocurre decirle eso de golpe, en qué mente cabe?! ¿No has ligado nunca o que? Se ha de ir despacio y si tienes suerte las cosas van surgiendo poco a poco.

-Eso me lo tendría que haber dicho alguien antes.- el agente agachó la cabeza y cada vez estaba más triste.

Siguieron con la ruta el resto del día e intentó no volver a sacar ese tema, le incomodaba y le ponía muy sad.

Al acabar ya era de noche y en comisaría decidió esperar a que llegase Volkov para intentar quedar un día con él y tomar un par de cervezas o lo que quisiera.
Apenas tuvo que esperar 20 minutos que se le pasaban eternos, no paraba de pensar en cómo se lo pediría, prácticamente se volvía a repetir la escena del día anterior lo único que ahora contaba con un 0,1% más de experiencia.
De repente la puerta se abrió, esperaba con ansias que ese fuera Volkov y al ver que no era él su expresión se volvió más triste, se estaba haciendo tarde y mañana tenía que volver a madrugar para cubrir unas horas que le faltaban.
Pero eso sí, al fijarse vio que quien entraba era Torrente, el actual compañero por lo que pudo deducir que llegaría en breves.

La puerta se volvió a abrir, esta vez le dió la sensación de que con más firmeza, lo que solo podía significar una cosa.
Efectivamente, estaba en lo cierto. Volkov se abrió paso entre las dos puertas, y cuando estaba cerca del vestidor, ya se comenzó a quitar la camiseta para cambiarla por una de limpia.
Horacio estaba cerca de las sillas donde la gente solía esperar a que la aprendiesen (cosa que pocas veces pasaba porque la mayoría de los picoletos que se deberían ocupar de eso preferían salir a patrullar y hacer códigos 1 o 3). Siguió hasta dentro del vestidor al comisario mientras este se cambiaba.
Comenzó a decirle cosas tipo que si algún día quería quedar... Se estaba explicando muy mal y daba muchos rodeos, Por suerte para él, Volkov le entendió.

-¿Que si quiero que vayamos a tomar algo a algún bar? Claro, pero mejor que sea en mi casa que si no me equivoco tengo alguna que otra botella de Vodka entre otras cosas.- dijo con una risilla burlona a causa de que Horacio no hubiese podido explicarse.

-Gracias, me hace mucha ilusión que haya aceptado.- estaba prácticamente sonriendo de oreja a oreja y se había quedado pasmado, no se lo esperaba en absoluto ya que tenía la esperanza de que como mucho le conteste a la pregunta.