Marc:
Esto es agotador, las 12:30 de el medio día y aun me quedan dos horas de clase, bueno, al menos la última hora es tutoría.
Cierto, hoy debía empezar a buscar trabajo para ayudar a mama con el pago del alquiler, sé que ella no me lo ha pedido ni nada por el estilo, pero nunca está de mas que te ayuden ¿No?
Tomé mi pequeña libreta en la cual estaba escribiendo una pequeña novela, aun que había hojas en las que también tenía escritos pequeños textos o poemas, pero mas que nada la utilizaba para escribir mi novela.
Desde niño había querido ser escritor, me apasionaba el mundo de la literatura. Hoy podías ser un hombre enamorado y al día siguiente ser el superhéroe que salvaba a todo un planeta, me gustaba tanto leer que empecé a escribir pequeñas novelas en algunas de mis libretas.
<< El viento pasaba como un suspiro entre el breve espacio entre sus rostros, la tensión se podía notar en el ambiente, hasta que él decidió acabar con ella y la besó.
Había sido un beso gentil y fugaz, pero lleno de sentimientos y sensaciones>>No, yo no era un gran escritor ni nada por el estilo, pero al menos hacía lo que me gustaba, que ya es mas de lo que muchas personas podrían decir a día de hoy.
Miré al rededor echando un vistazo por el aula y nada nuevo, "los simios", como yo los llamaba, de mi clase, estaban haciendo lo de todos los días, hacer apuestas entre ellos, echar pulsos y ligar con aquellas que ellos definían como "las mas buenas de la clase", lo cual no entendía, se que sonará superficial decir esto, pero es la verdad, serán muy "bonitas" pero no he visto cosa mas estúpida en el mundo, de verdad.
De repente un avión de papel aterrizó en mi mesa e inmediatamente lo rompí.
- ¡EY!- y aquí venía el que hasta ahora yo había calificado como el idiota mayor del reino en las dos semanas que llevaba aquí- ¿Quien te ha dado permiso para...
- Stevenson Lohan vuelva a su sitio inmediatamente- le ordenó la profesora, salvándome así el pescuezo.
Stevenson Lohan, 16 años, es el lerdo mas lerdo de todo el aula, a veces hasta dudo de que sepa atarse los cordones; es realmente molesto y tiene por afición incordiar a todo aquel que a sus ojos sea mas débil que él, ¿Conclusión? Un idiota como otro cualquiera, o eso se pensaría de no ser porque este idiota era el sobrino del jefe de estudios de esta maldita institución, por lo cual era en cierta forma intocable.
La hora pasó rápido y salí de allí tan rápido como pude, de camino a mi casa había varios locales en los que miré a ver si necesitaban personal, pero en todos y cada uno de ellos me dijeron que no contrataba sin experiencia laboral.
"¿¡Como quieres que tenga experiencia laboral si no me das trabajo!?"
En fin..., solo me quedaba hacer lo que hacía todas las tardes, ir a la biblioteca a estudiar.
Caminé unas pocas calles mas hacía delante y entré a la biblioteca.
- Hola Marc- me saludó la recepcionista.
- Hola Olga- respondí con una tímida sonrisa.
Que penoso, que venga tanto a la biblioteca que ya hasta la recepcionista se sabe mi nombre.
Seguí caminando recto hacia el final del pasillo hasta llegar a la biblioteca, cuando entré inconscientemente sonreí, aquí podría estar tranquilo y feliz sin tener que estar pendiente nada mas que de mi libro.
Y así pensé que pasaría mi tiempo en la biblioteca, pero al final acabé pegado al ordenador buscando trabajo de lo que fuera, mientras me pagaran cualquiera estaría bien.
- Perdona- llamó mi atención la voz de una mujer.
Cuando me di la vuelta pude ver a una mujer de unos cuarenta y tantos años mirándome con una sonrisa y un ápice de interés por mi en su mirada.
- He estado viendo que estabas buscando ofertas de trabajo.- mencionó señalando la pantalla del ordenador- Si quieres puedes mandar tu curriculum aquí- me dijo sonriendo amablemente- hay una bacante para ayudante del bibliotecario.- en cuanto dijo eso me sentí inmensamente feliz de tan solo imaginar que podría trabajar en mi lugar favorito- Solo si quieres, claro.
- Me encantaría- respondí con timidez aun que por dentro estaba saltando corriendo y gritando de la felicidad.
- Me alegro, espero poder leer pronto tu curriculum- ahí fue cuando mi barbilla casi toca el suelo.
¿¡ESA MUJER ERA LA BIBLIOTECARIA!?
Cierto es que yo siempre venía, pero la mayoría de las veces que venía había un chico poco mayor que yo atendiendo.
A lo mejor ese chico era el anterior ayudante...
Wow, es genial, voy a tener la oportunidad de entrar a trabajar al sitio de mis sueños.
Eran ya las 19:30, ya llevaba aquí cinco horas, así que decidí que ya era hora de ir volviendo a casa.
La bibliotecaria me habia dado un formulario que debía rellenar y entregar a mas tardar mañana.
Ese puesto será mio.
Caminé toda la calle cuesta arriba hasta llegar al edificio en el cual vivía, por fuera cualquiera pensaría que es un barrio de mala muerte, pero a mi madre la encantaba redecorar y plantar flores así que nuestra casa era mas bonita por dentro de lo que se veía por fuera, además, como vivíamos en un ático en la azotea mi madre tenía su propio huerto lleno de flores.
- Ya llegué- dije abriendo la puerta y entrando dentro de casa.
- Hola hijo- me saludó mi madre- ¿Que tal el día?
Mi madre era una mujer de cuarenta años con el pelo azabache y los ojos marrones, era muy hermosa, y siempre la decían que parecía mas joven de lo que en realidad era. Mi madre era alta y delgada y su piel es pálida como la nieve, lo cual hacía resaltar aun mas las pecas sobre sus mejillas. Es una persona sencilla, amable y gentil, pero al igual que todo el mundo ella también tiene sus limites, aun que dentro de ello es muy paciente, pero cuando se enfadaba realmente la temía.
- Me ha ido genial- dije tirando la mochila sobre el sofá- puede que consiga trabajo en la biblioteca- mientras decía eso buscaba la autorización que mi madre debía firmar para que me contrataran- si firmas claro- la pedí con la mejor de mis sonrisas.
- Está bien, está bien, firmaré- dijo con una tierna sonrisa- se ve que de verdad te alegra- en cuanto firmó me puse a dar saltos de alegría por todo el piso con la autorización en la mano.
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LA BIBLIOTECA (+18)
RandomTodos alguna vez hemos soñado algo, algo que hemos deseado que se hiciese realidad. Marc es un adolescente de 16 años que vive en una situación familiar cuanto menos compleja.Debido al trabajo de su madre apenas la ve y de su padre no sabe nada a pa...