-¿Sabes algo de Jayden?-pregunto curioso a Jesús con la esperanza de obtener alguna respuesta.
-Que va tío, llevo sin tener noticias sobre él desde la última vez que lo vimos. ¿Ocurre algo?-pregunta extrañado.
-Lleva sin aparecer dos semanas y unos tíos han ido a hablar con mis padres, está metido en una gorda si ni siquiera aparece para pedir dinero.
Conozco a Jesús desde hace mucho, pero mentí a Brina al decirle que le conocí en la universidad. A ser sinceros le conozco desde que tengo uso de razón. Cuando éramos pequeños vivía a unas manzanas de mí y solíamos jugar juntos en el vecindario. A los quince comenzó a meterse en el mismo mundo en el que Jayden está metido, pero a diferencia de él, Jesús supo cuando salir y por eso, gracias a él, tengo muchos contactos a los que acudir cuando Jayden está en apuros.
Hablamos sobre todo lo que está pasando y él toma cartas en el asunto llamando a unos colegas que podrían darnos alguna respuesta. Hablar con Jesús me tranquiliza un poco y decido quedarme a entrenar, ya que con toda esta movida no he tenido tiempo ni para entrenar en el campo.
Después de estar un rato corriendo diviso una silueta a lo alto del ring y tras unos segundo me doy cuenta de que se trata de Brina. Me acerco hacia ella y tras hablar un rato se despide y yo vuelvo a el entrenamiento.
Minutos más tarde se acerca Jesús a decirme que ha conseguido contactar con un tal Joshua, el cual es miembro de la banda a la que pertenecía Jesús y a la que actualmente pertenece Jayden. Jesús marca el número de Joshua y me pasa el móvil una vez comienza a sonar el tono de llamada.
-¿Jesús?-suena una voz ronca al otro lado de la línea.
-No, soy Aiden, el hermano de Jayden.
-Ah, tu hermano está metido en problemas colega, le busca la poli.
-¿Estás de coña?-digo empezando a notar como el calor sube por mi cuerpo, cada vez estoy más furioso.
Estoy acostumbrado a que Jayden se meta en problemas, pero nunca ha ido más haya de un juego entre bandas de la ciudad. Que esté metido en problemas policiales es algo mucho más serio que en estos momentos no me veo capaz de arreglar.
-No. Él no ha hecho nada pero solo tiene diecinueve años, es un crio manipulable. Unos tipos de la banda del norte le metieron en una movida y ahora por equivocación la policía de la ciudad no hace nada más que buscarle.
-¿Y sabes donde está?
-Le presté mi furgoneta y se fue hacia las afueras, no me dijo exactamente a donde.
-Mierda-maldigo en voz baja.
-Lo bueno es que la policía no sabe a quien busca. Tu hermano usó otro nombre al hablar con los tíos de esa banda y ahora mismo lo único que tienen es una descripción sobre él y los símbolos que tiene tatuados en los brazos. Yo en su lugar estaría más preocupado por los matones del norte, como lo encuentre se las tendrá que ver con ellos y por lo que he oído son muy peligrosos.
Le doy las gracias a Joshua y cuelgo. Ahora mismo tengo una mezcla de sentimientos muy extraños en el cuerpo, siento tranquilidad por tener respuestas pero a la vez la ira no deja de correr por mis venas. Decido no contar nada de esto a papa y a mama, no se merecen estar en este estado de incertidumbre. Jayden y yo nunca nos hemos llevado bien, tampoco me afecta del todo lo que le pase porque a veces me pesa más el sentimiento de ira que el de tristeza, pero me preocupa el daño que les provoca a mis padres y ver a mi madre sufrir me duele más que nada, si no fuera por eso hubiera dejado de preocuparme por Jayden desde hace mucho tiempo.
Termino de entrenar y para cuando me doy cuenta Jesús se encuentra cerrando las puertas del gimnasio. Le vuelvo a dar las gracias por todo lo que ha hecho por mí y le prometo que en unos días volveré para contarle todas las novedades que tuviese sobre el tema, por muy pocas que sean.
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Drogas y otros vicios
Novela JuvenilLo que parecía un año común de universidad para Aiden y Brina acabará convirtiéndose en lo que nadie se esperaba. Aiden tendrá que lidiar con los problemas con las drogas de su hermano pero ¿podrá compaginar este oscuro mundo con su vida cotidiana y...