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La noche se hacía más larga de lo habitual. Jungkook lloraba y abrazaba desconsoladamente a Jin, tenía la horrible sensación de que en cualquier momento desaparecería. La idea de perder a la persona más importante de su vida le estaba destruyendo, pero como Jin se enterase de lo que había hecho... El remordimiento se lo estaba comiendo por dentro.
No podía creer que había sido capaz de hacer algo así, pero lo había hecho con la intención de que su hyung se diera cuenta de la realidad, de que viese en lo que se había convertido: un monstruo.

- H-hyung... ¿Qué va a pasar ahora?

El pelinegro estaba recostado en el sofá con el joven Jeon abrazándole con fuerza. Le acarició el pelo de manera fraternal y le dio un beso cariñoso en la frente, dejando ver que había vuelto en sí hacía rato.

- No lo sé, no sé qué voy a hacer...
- ¿Y con la foto?
- Koo, ahora mismo lo que menos me importante es esa foto

Jungkook no dijo nada más, una lágrima comenzó a rodar incontrolada y salvaje por su mejilla. En su fuero interno sentía pánico, tenía pavor de lo que Jin sería capaz de hacer. Pensó en hablar con Namu, sabría qué hacer.
La noche terminó y con ello llegaron los primeros rayos de luz. Jin no había pegado ojo en toda la noche, pensando y pensando. Una gran parte de él se daba asco, miedo, rabia... Una pequeña parte intentaba consolarse diciendo que ella así lo había pedido, pero la realidad era que Soyeon no sabía realmente lo que Jin hacía, lo que necesitaba para alcanzar paz, una paz que jamás llega sin una pelea a muerte en su interior.
El timbre sonó y el joven Jeon fue a abrir la puerta arrastrando los pies, estaba cansado, apagado, sin ganas de nada y con un terror que lo invadía.
Para su sorpresa se trataba de Namjoon.
Había ido a visitarlos para ver cómo estaba el ambiente después de que Taehyung se lo hubiese contado todo. Llevaba en sus manos varias bolsas de papel con el desayuno.

- ¿Dónde está? - preguntó susurrando
- En el salón, pero tranquilo, parece estable... Más o menos

Namjoon fue al salón y le pidió a Jungkook que preparase lo que había traído en las bolsas.

- Cierra la puerta de la cocina, no quiero que escuches lo que le voy a decir
- ¿Qué vas a hacer? Está muy jodido, no le hagas más daño
- Tengo que hacerlo, Koo, si queremos que salga a flote primero hay que hundirle todo lo posible en el fango, ¿Lo entiendes?

El más joven asintió y le pidió por favor que aunque fuese necesario no le hiciese demasiado daño.

- Hola
- Jin tenemos que hablar seriamente de lo que ha pasado
- Sé lo que ha pasado, la he jodido pero bien
- Sí, la has jodido

Su mejor amigo se sentó en el sofá. Lo llevaba pensando durante todo el camino, no tendría miramientos, si Jin no aceptaba ir a terapia no sería indulgente, intentaría arrancar esa raíz como fuese.

- Vengo en calidad de tu mejor amigo, la persona que te quiere y que siempre ha estado contigo en las buenas y en las malas
- Y te lo agradezco
- No, lo que te ruego es que veas a un profesional, a alguien especializado en estos temas
- Estoy bien
- Para haber estudiado psicología eres bastante inepto
- Estudiar psicología no te convierte en psicólogo, así que no me vengas con gilipolleces, ¿Qué quieres?
- Vengo a enseñarte lo que le has hecho a Soyeon, Taehyung le hizo las fotos en plena confianza
- No quiero verlas
- ¿No, por qué, eres consciente de lo que le hiciste?
- DÉJAME EN PAZ, MALDITA SEA

El pelinegro se levantó del sofá mientras se pasaba las manos por el pelo de manera impulsiva.

- NO PUEDE NI SENTARSE, POR EL AMOR DE DIOS
- ¡ELLA LO PIDIÓ!
- ¿ELLA LO PIDIÓ, ELLA PIDIÓ NO PODER MOVERSE DEL DOLOR, ELLA PIDIÓ QUE SIGUIERAS AÚN CUANDO TE DIJESE QUE PARASES? MIRA LAS PUTAS FOTOS
- NO PIENSO VER UNA MIERDA, NAMJOON, NO TE ACERQUES A MÍ

Un Castillo de Naipes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora