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Las semanas pasaron y nadie sabía nada de Soyeon, había desaparecido por completo. Jungkook solucionó lo de la foto alegando que todo había sido un experimento social.
Jin estaba cada vez más triste. Era un sentimiento profundo, arraigado, algo importante faltaba en su vida y no encontraba la manera de remediarlo. Se imaginaba miles de escenarios en los que se enfrentaba a Soyi, algunos acababan bien y otros mal, le daba morbo imaginarlo.
Jeon salía a menudo, había conocido a un chico con el que se sentía a gusto, alguien ajeno a todo lo que había en su vida, alguien que él consideraba normal. El pelinegro se alegraba por él pero sentía celos, no quería perderle. Namu iba de vez en cuando con Hwasa y jugaban a juegos de mesa, a veces se reunían todos los amigos para cenar y ver películas. El equipo A estaba haciendo todo lo posible por evitar que Jin se sintiese solo o abandonado, pero de hecho, lo hacía. No era culpa de nadie, Jin simplemente la echaba de menos. Echaba de menos poder hablar con ella, jugar, molestarla, que le contase sus problemas. ¿Tan mal estaba todo como para que no cogiese el teléfono y ninguna de sus amigas supiese nada de ella?
La culpa lo estaba consumiendo pero no se lo diría a nadie, no le entendían realmente. Siempre de una manera o de otra justificaban su comportamiento, pero él sabía que no había justificación.
Visitó al psiquiatra un par de veces y se sentía a gusto hablando con él, parecía que era el único capaz de entender mínimamente el nido que había en su cabeza. Un nido que no podía deshacer. Era más fuerte que él.

- Vamos a hacer una fiesta, ¿Vas a venir?
- No lo sé, no estoy para fiestas
- Vamos, hyung, te lo pasarás bien
- ¿Quienes van a ir?
- Pues todos nuestros contactos, será divertido
- ¿Va a ir solar?
- Le he dicho a Hwasa que ni de coña la invite pero no tengo ni idea
- Namu... No sé si es buena idea
- Piénsalo, los chicos estarán aquí, el equipo A al completo, recuerda que Yoongi vuelve mañana
- Cierto, maldito hijo de puta, se ha pasado más de un mes de vacaciones
- Se lo merece, él y Eunha trabajan mucho
- Está bien, iré

Jin accedió para sorpresa y satisfacción de su mejor amigo.
No es que quisiera ir en realidad a la fiesta y estar con sus amigos, él lo quería era aprovechar la oportunidad para beber sin control y que nadie le estuviese dando la brasa con mezclas pastillas y alcohol. Hacía más de dos semanas que no probaba ni gota. Koo llegó de la universidad al mediodía, como de costumbre, estaba hambriento y fue a la cocina a ver si había algo que devorar. Vacía. La nevera estaba vacía.

- Hyung, ¿No has hecho la compra?
- Mierda, la compra

Jin se frotó la cara con una mano y se sintió avergonzado, se le había olvidado por completo.

- Vamos a pedir algo y luego hago la compra para una semana
- Está bien, pide lo que quieras, voy a darme una ducha
- Pido pollo y algo más

Se puso a trastear con el móvil y decidió meterse un momento en Instagram. Una foto. Soyeon. Eunha. Spa.

- ¿Qué cojones hace Soyeon en Las Maldivas? Pero, ¿Qué?

Jin marcó el teléfono de su amigo, no sabía la hora que sería en ese momento pero le daba igual, estaba iracundo.
Tras bastantes tonos al final Yoongi contestó al teléfono.

- Hmmm?
- Me cago en tu puta estampa, tío, ¿Por qué no me habías dicho que Soyi está con vosotros?
- No grites, joder, que estoy durmiendo
- ¿Tú sabes lo mal que lo he pasado, lo mal que lo ha pasado Kooki? Tú... Tú eres un cabrón
- Solo soy un tío que no quiere que su novia le corte las pelotas. No dije nada porque tú eres capaz de traer tu asqueroso culo hasta aquí y ella no quiere verte
- ¿Vuelve mañana? Dime al menos eso
- Bufff, maldita sea Jin... No, ella se va a quedar aquí creo, no lo tiene decidido todavía

Jin colgó y Yoongi maldijo a su amigo y rezó para que no hiciera una locura.
Pidió la comida y Jungkook volvió al salón vestido con el pijama.

Un Castillo de Naipes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora