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Las clases le tenían harto. Jin estaba sentado delante del ordenador pensando en qué narices quería hacer con su vida. El joven había decidido entrar en la escuela de Arte dramático pero cada día le gustaba menos la idea. Hacía unos días había estado hablando con varios colegas de clase y se hallaban en la misma situación.
Jin apretó su cabeza con las manos en un acto de desesperación. Tenía ya 28 años y no había parado de estudiar unas cosas tras otras sin decidir qué camino debía seguir: psicología, arquitectura y cocina. Era un chico con mucho potencial pero con tendencia a la frustración prematura.
El móvil vibró y con pesadumbrez miró la pantalla, era Soyeon.
<Jin, te necesito>
El joven contestó a su amiga ya sabiendo que le daría risa su respuesta.
<¿Qué pasa?>
<El chico que me follé el otro día me ha hablado, todavía no le he contestado, no sé qué decirle>
<El número al que intenta contactar está fuera de servicio>
<¿Qué dices, Jin?>
<Copia y pega, ya no te volverá a hablar>
Efectivamente el plan del chico funcionó y Soyeon no recibió más mensajes. Jin tenía el poder de saber cómo cortar algo sin si quiera haber comenzado nada. Se levantó de la silla y fue directo a la cocina a preparar ramen, no tenía ganas de hacer nada más elaborado pues todavía seguía frustrado y de mal humor.
Su amiga le había hecho reír con el tema del gilipollas ese pero su humor no había cambiado ni un ápice.
El teléfono comenzó a vibrar de nuevo, era una notificación. Lo que él no sabía era que esa simple notificación de Instagram le iba a cambiar la vida en cero coma un segundos.
Una foto.
Una foto bastante comprometida de él cogiendo por el cuello a Solar.
- Me cago en mi puta madre.
No sabía quién había colgado esa foto pues el perfil era anónimo, pero comprendió lo que estaba pasando cuando su teléfono comenzó a vibrar como loco.
- Me van a lapidar, ¿Quién cojones ha subido esta mierda?
Jungkook, el compañero de piso y amigo de siempre de Jin, salió de su habitación corriendo como un rayo.
- ¡HYUNG!
- EN LA COCINA
El joven de 21 años fue a la cocina para pedirle explicaciones a su amigo.
- ¿Qué mierda es esta, hyung?
- No sé cómo demonios ha aparecido esa foto
- ¿En qué estabas pensando?
- Íbamos a follar, no hagas tanto drama que bastante tengo ya. Las redes están ardiendo, ¿Has leído todo lo que dicen de mí?
- Lo he leído y estoy flipando, ¿Quién ha hecho esa foto?
- No lo sé, tengo que hablar con Solar.
- La gente se piensa que la estabas maltratando...

Jungkook se echó las manos a la cabeza y comenzó a maldecir en voz baja.

- ¿Cómo puedo aclarar esto?
- Creo que aunque lo intentes, poca gente va a creerte. Esto es mejor que lo haga ella.
- Sí, voy a llamarla.

Jin marcó el número de Solar y tras varias tonos ésta respondió.

- ¿POR QUÉ COJONES HAY UNA FOTO NUESTRA EN INTERNET?
- Hola a ti también, iba a preguntarte lo mismo.
- No tengo ni idea pero ponle solución, no quiero que mi carrera se vea afectada por esta mierda
- ¿Cómo pretendes que lo solucione? A mí ya me han tachado de maltratador, Joon me está defendiendo a capa y espada. Haz una publicación y di la verdad, me van a sacar a la palestra por el amor de Dios, Solar.
- ¿Te crees el ombligo del mundo? ¡Mi carrera, Jin, mi carrera!
- No seas ridícula, ¿En serio te preocupa más una carrera que ni ha comenzado a que a mí me tachen de maltratador?
- De ti la gente se olvidará pero mis inicios estarán manchados ya con esta mierda.
- ¿Te estás oyendo? ¿Tú eres subnormal o qué cojones te pasa?
- No me hables así, Jin, recuerda que ahora mismo te tengo cogido por los huevos.
- Pero tú... Me estás dejando helado, no me esperaba esto de ti.
- Yo tampoco me esperaba muchas cosas, Jin y aún así han pasado... Adiós

El joven se quedó con la palabra en la boca. Le estaba empezando a dar dolor de cabeza así que decidió estirarse en el sofá y relajarse unos minutos antes de comenzar a pensar en soluciones. Jungkook se sentó a su lado, en silencio. Estaba realmente preocupado por Jin.
El teléfono comenzó a vibrar de nuevo. Era su padre, la última persona con la que está esperaba hablar en esos momentos.

Un Castillo de Naipes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora