Jin metió a Soyeon en el coche, sentándola en el asiento del copiloto; le abrochó el cinturón mientras la joven forcejeaba con él. El pelinegro cerró la puerta con fuerza y rodeó la parte delantera del BMW para meterse dentro del coche. La joven, demasiado borracha, intenta en vano desabrochar el cinturón.
- Estate quieta de una vez, joder
- No, quiero bajarmeJin aceleró y salieron de allí en dirección a casa de Soyi.
La joven no paraba de insultarlo y escupir frases incoherentes que estaban poniéndole al pelinegro la cabeza como un bombo. El ambiente en el vehículo era demasiado tenso, Jin se sentía extremadamente incómodo con los exabruptos de la que era su mejor amiga.
Llegaron al apartamento y Jin bajó del coche para sacar a la joven.- ¡Suéltame! Puedo sola
La joven salió a duras penas del coche pero tropezó con el bordillo y Jin tuvo que agarrarla para que no se cayese.
Soyeon le empujó y le dijo que se marchase. Abrió su pequeño bolso y sacó la tarjeta con la que se abre la puerta del portal. Jin la siguió.
Se montaron en el ascensor y la joven apoyó la cabeza contra una de las paredes.
El ascensor se abrió en la sexta planta y Jin salió primero para abrir la puerta con el código que, seguramente, la joven en esos momentos no era capaz de recordar. La puerta se abrió y la joven apartó a Jin para que le dejara pasar.- ¿Por qué no te das una ducha?
- Quiero meterme en la cama
- Es mejor que te des una ducha, te despabilará y yo me quedaré más tranquilo
- Tu tranquilidad me importa una mierdaEl pelinegro ladeó la cabeza, analizando la situación. Sabía que Soyeon era terca como una mula pero no la iba a dejar en ese estado. Se acercó a ella como un depredador a su preso y se la puso de nuevo sobre el hombro.
- ¿Qué haces? Bájame
- No grites, es muy tardeLa joven comenzó a pegarle a la altura del culo y Jin hizo lo propio dándole una nalgada que resonó por toda la estancia.
- Te has pasado
- Pues deja de actuar como una niña pequeñaFue al baño y ahí la puso en el suelo y pese a las quejas de las joven, Jin comenzó a desnudarla.
Estaba roja de la vergüenza mientras observaba cómo el que era su mejor amigo le quitaba la tela con cuidado, sin ninguna intención más allá de cuidar de ella.
Cuando la joven estuvo completamente desnuda, Jin la guió a la ducha y la metió en ella, abrió el grifo y comenzó a ducharla.- Para, Jin, prefiero un baño
- ¿Quieres tomar un baño ahora?
- Sí...Jin la ayudó a salir y le dio una toalla mientras maldecía por lo caprichosa que era. Puso el tapón en la bañera y abrió el grifo del agua caliente. En diez minutos el baño estaba preparado. La joven se metió y hundió su cuerpo en el agua. El pelinegro se arrodilló en el suelo y cogió la esponja que había en una repisa para comenzar a frotarle la espalda con cariño.
- Jin...
- Dime
- Lo siento...Jin negó con la cabeza.
- Al único a quien se le puede reprochar algo es a mí
- Pero me fui en el peor momento
- Lo necesitabas, no tiene importanciaLa joven le miró y comenzó a llorar.
- Tendría que haber estado a tu lado - dijo sollozando mientras se tapaba la cara con las manos.
- Hey, no me conviertas en la víctima de todo esto, deja de hacer eso - contestó Jin mientras le acariciaba el hombro.
- Es que...
- Sshhh calla y disfruta del bañoLa joven terminó de llorar y le pidió que se metiera en la bañera con ella. El pelinegro la miró durante unos momentos y se puso de pie para desvestirse.
Soyeon le miraba, admirando cada trozo de piel, le deseaba en ese momento más que en cualquier otro. En ese momento Jin no era más que el hombre porque el que seguía sintiendo un profundo amor.
Jin terminó de quitarse toda la ropa y se metió como pudo en la bañera, haciendo que Soyeon se tumbase apoyando su espalda en el pecho del pelinegro.
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Un Castillo de Naipes
FanficJin, un joven adulto con graves trastornos mentales, intenta llevar una vida normal. Sus amigos le ayudarán en este largo camino hacia la felicidad.