Libre al fin (AU)

277 17 0
                                    

Este capítulo es un universo alternativo situado en la antigua Grecia. Ya me disculpo si algo está mal y fuera de la época pero no soy nada buen en historia 😅.

Calypso
¿Dónde está? No había venido por casi dos meses y me empezaba a preocupar enserio. ¿Y si...? ¡No! El prometió que la próxima vez que volviera nos escaparíamos y empezaríamos una vida juntos. Estaba durmiendo cuando un ruido me despertó, abrí los ojos y lo ví. Me levanté corriendo y lo abraze, el me devolvió el abrazo y así nos que por un buen rato.
- ¿Tienes hambre? No hay nadie en casa así que puedo traerte algo de la cocina, Leo.
El asintio algo apenado pero a mí no me importo.

En poco tiempo el ya se había comido todo lo que le lleve y me estaba contando sobre las maravillosas espadas que estaba creando en la forja y las trampas que había diseñado y como había arreglado varias carretas. Me encantaba verlo hablar de herramientas y proyectos, se emocionaba y sus ojos brillaban con orgullo. El paro de hablar supongo que noto que lo estaba mirando así que me giré rápidamente pero era demasiado tarde. El se inclino hacia mi y beso mi frente.
- ¿Cuando nos vamos, Leo?
- Pues...logré conseguir un lugar más grande, podemos mudarnos cuando quieras.
- ¿Enserio? Esto es asombroso, Leo. Al fin podré salir de aquí.
- ¿Estás segura de que quieres hacer esto? Sabes que no tengo mucho dinero...mph
Lo callé con un beso. No hacíamos eso muy seguido por nuestro miedo a que nos descubrieran pero llevaba dos meses sin verlo, necesitaba hacerlo.
- Sabes que eso no me importa.
- Pero el bebé lo necesitara.
- Estaremos bien, estaremos juntos. Aparte si mi papá se entera te matara o a mi y a nuestro hijo, si nos vamos podremos estar juntos y comenzar nuestra familia.
- ¿Te han dicho que eres maravillosa?
- Pues creo que me lo dijiste varias veces las últimas veces que estuviste aquí.
- Claro que te lo dije. Te veías hermosa en ese vestido blanco...
- Leo. Quiero irme en este momento.
- ¿Que?
- Sí. Quiero salir de este lugar, tengo mis cosas empacadas solo debemos salir por la ventana.
El me miró sorprendido pero luego sonrió.
- Entonces debemos irnos, Solecito. El lugar está algo lejos y por las noches las calles no son exactamente seguras.

Leo y yo recorrimos las calles de la ciudad tomados de la mano. Al fin Leo se detuvo en una pequeña casita con un jardín pequeño pero lleno de plantas de todo tipo.
- Es aquí...no es mucho y en comparación con tu casa es muy pequeña...
- Es perfecto. Me encanta.
- ¿Enserio?
- Si. Vamos.
Dentro había dos habitaciones , una pequeña cocina y una mesa con dos sillas. Eso era todo. Pero a mí no me importo, todo era perfecto.

Esa noche me quedé dormida en los brazos de Leo. Por primera vez, en ese pequeño lugar de cuatro paredes me sentía más libre que en la mansión de mi padre.

Caleo One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora