{Shawn Mendes One Shots II}^

Roommates: San Valentin 💖

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  Shawn's Point of View.

Tengo años sin celebrar San Valentín y estoy completamente aterrado. Siempre he sido detallista y sé que las flores nunca fallan pero Sierra merece más que un ramo de flores que en tres días perecerá. Necesita algo tan extraordinario como ella pero no tengo idea de que podría funcionar.

He consultado en todos los sitios de internet sobre consejos de mujeres, le he preguntado a mi madre y mi hermana hasta he recurrido con algunas de mis colegas pero nada me parece suficiente a pesar de haberme dado buenas ideas.

No quiero darle bolsos, no quiero darle zapatos o maquillaje. Quiero darle una velada espectacular, una que no le sea fácil olvidar.

—Entonces, ¿Que vas a darle de San Valentín a Sierra, galán?.—Miro a Mark de reojo y sonrío mientras sigo llenando un par de expedientes clínicos.

—Tengo todo listo. He pedido el día así que le prepararé la cena y un buen baño de burbujas con velas y vino. He pensado en prepararle comida japonesa y...

—Uhm, la vieja confiable. Me agrada.—Me codea y ríe con gracia.

—¿Que quieres decir?.—Oh demonios. ¿Mi idea no es original?

—He hecho ese ritual en cada San Valentín por los últimos siete años, lo único que he cambiado es la chica.—Dice de manera descarada.—Añade a la ecuación un bonito ramo de rosas con un masaje y la tendrás a tus pies.

—¿Que puedo hacer? No quiero caer en lo habitual.

—Si esa idea te parece muy común puedes darle algo que la haga realmente feliz. Algo que sepas que podrá llevar en su corazón por años.

—Ya sé que puedo darle.—Espero que le guste.

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—Tengo que ir al súper. ¿Necesitas que traiga algo para ti?.—Pongo como excusa mientras tomo las llaves de mi auto y del apartamento.

—Oh, te acompaño quiero ver si...

—¡No!... perdón, no puedo llevarte cariño. Tengo que pasar al hospital por un expediente y no quiero hacerte esperar.—Me mira desconcertada pero solo levanta los hombros dándole poca importancia al asunto.

—Bien, iré a visitar a Gigi. ¿Salimos esta noche?.—Asiento y me permito besarle antes de irme. Si saldremos... de la cocina hacia la terraza y de vuelta a nuestra habitación.

He recorrido al menos media ciudad yendo de refugio en refugio para encontrar el que será el regalo perfecto para mi novia pero nada. Creo que debería rendirme y conformarme con la cena y las flores. Vaya primer día de San Valentín juntos.

He llamado a la florería y encargo un bonito ramo de rosas, compro todo lo que creo necesitar para la gran cena y derrotado comienzo a conducir directo a casa hasta que en una pequeña esquina lo veo. Perritos en adopción. Bingo.

—Hola, ¿Quieres adoptar un perrito? Mi mamá no me deja tenerlos a todos en casa.—La pequeña niña que está detrás de una gran caja de cartón me mira esperanzada y sonríe enormemente en cuanto asiento.

—Puedes elegir al que quieras.—Comenta el padre de la pequeña.

—¿Puedes ayudarme a elegir uno, pequeña? Será un regalo para mi novia.—La pequeña me sonríe y asiente encantada para finalmente darme toda una cátedra de aquellos perritos y cuál podría ser el más adecuado para nosotros.

Bien, tengo el regalo perfecto.

Después de un viaje express a Petco en donde surto a aquel pequeño perrito de platos para comida, croquetas, una cómoda camita y un par de tapetes desechables para dejarle en la vieja habitación de Sierra durante la espera finalmente volvemos a casa y me dedico a mi tarea.

Esta será una noche muy especial.

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Las flores han llegado, he encendido un par de velas en la terraza y mi intento de sushi espera servido en dos largos platos sobre la mesa. El vino se encuentra en el congelador y le dado un pequeño vistazo a aquel cachorrito solo para darme cuenta que duerme un poco.

Sierra llega a casa cerca de las ocho. Se le ve contentísima con la cena que le he preparado y no para de decirme lo bonito que ha sentido al encontrarse esta sorpresa. Y todavía falta la sorpresa mayor.

—Gracias por esto. Me gustó muchísimo.—Sierra sonríe y se toma el tiempo de besar mis labios con detenimiento antes de arrojarme suavemente sobre el sofá y posarse sobre mi regazo.—También te tengo un regalo, debo ir por él.

Suspiro encantado al pensar qué tal vez su supuesto regalo podría consistir en el inicio de una velada llena de amor pero inmediatamente entró en pánico al ver que se dirige a su antigua habitación.

Ya no puedo detenerla.

—¡Oh por dios!.—El grito de Sierra, más que demostrar emoción muestra cierto terror. Oh no.

—Sierra...

—¿Cómo una criatura tan pequeñita como tú pudiste hacer esto?.—En los brazos de mi novia ya se encuentra aquel cachorro mientras ambos ven hacia el suelo con cierta impresión.

En el suelo hay una caja alargada con la envoltura de corazones completamente mordisqueada dejando ver el regalo dentro de este.

—Feliz San Valentín, cariño.—Sonrío apenado y levanto del suelo el que creo es mi regalo.

—Ya no hay tanta sorpresa, ¿Cierto?.—Ríe y permite que termine de desenvolver mi regalo. Es un estetoscopio con mi nombre grabado.—Feliz San Valentín, Shawn.

—Me encanta, muchísimas gracias.—Quiero besarle pero de inmediato escucho un ligero gruñido por parte de aquella pequeña criatura.

La conoce por dos minutos y ya no quiere devolverme a mi chica.

—Espérame en la cama, cielo. Pondré a dormir a Krabby Patty y te daré la segunda parte de tu regalo.—Me guiña pero yo solo puedo pensar en cómo ha pensado en un nombre tan rápido.

Al final de la noche, antes de que pudiésemos llegar a culminar nuestro amor aquel pequeño cachorro hace de las suyas y termina durmiendo en los brazos de mi novia.

Vivir con Krabby Patty será toda una aventura.

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