Capítulo 1: Ojos turquesas

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Narra Shikadai 

La semana comenzaba y debía levantarme para ir a entrenar con mi equipo. Los exámenes chunin estaban cada vez más cerca, entonces los entrenamientos eran más duros. Todo eso era un fastidio, así que decidí seguir durmiendo. Todo estaba en silencio hasta que mi madre me llamó fuerte para despertarme.

-Shikadai, ¡llegarás tarde al entrenamiento! ¡Despierta ya de una vez!- me llamó Temari, mi madre, con un tono de voz fuerte e intimidante, pero eso ya era algo normal para mí.

-Bueno, bueno, ya voy.- respondí levantándome. 

Una vez que me puse de pie, me cambié y bajé a desayunar.

Me senté en la mesa con mi madre. El silencio reinaba allí, hasta que mi madre me dijo algo.

-Shikadai, en unas semanas son los exámenes chunin, así que debes esforzarte y dar lo mejor de ti, no abandones nada solo  porque te parezca "un fastidio".- dijo ella levantándose de la mesa.

-Claro...- respondí tomando un sorbo de té.

-Ahora debes ir a entrenar, llegarás tarde.- me dijo ella dándome la mochila en la mano.

-Si, gracias mamá. ¡Nos vemos!- le dije saliendo de la casa.

 Llegué a dónde Moegi sensei se encontraba. Inojin y Chouchou estaban con ella. Ambos me saludaron, así que devolví el gesto saludando a los dos. El entrenamiento comenzó. A penas había pasado una hora desde que comenzamos y ya sentía que no podía más. Los entrenamientos de Moegi sensei eran realmente mortales, o por lo menos, eso parecían. Tuvimos un pequeño descanso y me senté a hablar con Inojin y Chouchou.

-Oigan, ¿Qué les parece sí cuando acabamos, vamos a comer algo?- preguntó Chouchou abriendo una bolsa de papitas.

-¿Estás comiendo y ya piensas en más comida? Tu apetito es de acero, Chou.- dijo Inojin riendo.

-Mi apetito es un don.- decía ella comiendo las papas. 

Los tres soltamos una risa.

-¿Quieren una?- dijo Chouchou acercando la bolsa a nosotros.

-Claro que sí, los entrenamientos de Moegi sensei son mortales.- dije yo tomando una papa de la bolsa.

Nos quedamos hablando un rato más. Volvimos al entrenamiento y cuando acabó volvimos a nuestras casas.

Las semanas se hacían cortas, los días se pasaban en un suspiro. Los exámenes se acercaban cada vez más y eso me tenía impaciente. 

Finalmente, el día llegó. Me levanté y apurado, me fui a cambiar. Tenía que darme prisa así que tomé una tostada de la cocina y mi mochila, y partí rumbo hacia los exámenes. Allí me reuní con Inojin y Chouchou. Miraba a mis al rededores y había muchos ninjas muy interesantes y con habilidades únicas, al parecer. 

En un momento giré mi mirada. Ahí vi a un equipo proveniente de Suna, la aldea natal de mi madre. Los tres llamaban un poco la atención. Uno llevaba un abrigo negro y el otro una máscara. La que menos llamaba la atención era la chica de su equipo. Pero alto ahí, dije menos porque para los otros era irrelevante, pero cuando la vi, no pude sacarle los ojos de encima. Usaba capucha, así que no podía verla bien, pero llegué a ver algo de su rostro. Tenía una mirada fría,  se notaba que era de un fuerte carácter a simple vista, y su sonrisa era bastante tétrica.  A pesar de eso, tenía un par de bellos ojos color turquesa, y a mí (secretamente) me gustaban las sonrisas tétricas, así que me pareció algo "linda" por así decirlo. Me quedé viéndola con una cara de bobo sin justificación. Una cara de la que ahora me arrepiento. 

Me robaste el corazón || ShikaYodo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora