Me robaste el corazón || ShikaYodo ✓

Capítulo 3: Sorpresa imprevista

Narra Yodo

Cuando los exámenes acabaron, fuimos al hotel donde nos hospedamos durante los exámenes. Comenzamos a empacar todo cuando el Kazekage-sama nos dijo que nos quedaríamos un tiempo más en Konoha. Algo como una semana, tal vez dos. Seguramente quería visitar al Hokage-sama, un amigo de su infancia, y pasar tiempo con su familia. Casualmente, el hijo de Temari-sama o sea, su sobrino, era Shikadai Nara. No sabía si el mundo me amaba o me odiaba, de hecho, ni siquiera sabía sí esas noticias eran buenas o malas.

-¿Qué me dicen? Será divertido cambiar de ambiente.- dijo Kankuro-san.

-Además, sirve para mejorar las relaciones con Konoha. Si hacen amigos aquí, podremos llevarnos cada vez mejor y sostener la unión de las aldeas.- agregó el Kazekage-sama.

-No parece una mala idea. Yo estoy de acuerdo. ¿Qué dicen, Shinki, Araya?- comenté para tener al menos una excusa para arreglar mis sentimientos.

-No suena mal, me sumo. Solo faltas tú, Shinki.- dijo Araya intentando convencer a Shinki.

-Está bien, supongo que puedo quedarme un tiempo más.- dijo Shinki con ignorancia

-Genial chicos, desempaquen todo y disfruten de Konoha.- dijo Kankuro-san en tono de broma.

Como estuvimos hablando, las horas pasaron y ya era de noche. Nos fuimos a dormir. Araya estaba prácticamente desmayado, a Shinki le costó un poco dormirse, pero un rato después eran puros ronquidos. La única que quedaba era yo. 

Las malditas preguntas que recorrían mi mente no me dejaban descansar. ¿Por qué él? ¿Por qué me pasa esto? ¿Por qué me sigo preguntando esto si ni siquiera me importa? ¿Qué era lo que ese chico me generaba? Todas esas preguntas no me dejaban dormir. No me gustaba pensar en ello ya que creía que el amor era algo pesado y cursi, no me gustaba hacerme esas preguntas y no encontrarles una respuesta, de verdad que me enojaba y me perdía. Esos dramas son para niñitas y no me interesan. Soy madura, el romance y el amor no me interesan. Si eso llegara a atraparme... no tendría ni idea de que hacer. No sabría si correr, llorar, quedarme así, ignorar mis sentimientos o simplemente aceptar todo lo que sentía. Las preguntas me mataban y me dejaban destrozada mentalmente, así que finalmente logré dormir.

Me desperté normalmente. Me sentía algo extraña, pero era obvio porque ayer no dormí muy bien que digamos. Me senté en la cama y luego lancé un largo y pesado suspiro. Me levanté de mi cama en dirección al cuarto de baño. Vi las camas de Araya y Shinki. Ambos estaban durmiendo como... ¿Bebes? Llegué al baño. Tomé una cálida y relajadora ducha. Salí envuelta en mi toalla. Me puse la ropa de siempre, peiné mi cabello y luego me dirigí a mi cama otra vez. Opté por escuchar un poco de música, así que me puse mis audífonos y escuché mis bandas favoritas un rato. Tenía un poco de hambre, bajé hacia la cocina para ver si había alguien ahí. y cuando llegué, efectivamente, había alguien ahí... o no solo una persona, ya todos estaban desayunando, yo era la única que faltaba.

-Yodo, por fin bajas. ¿Dormiste bien? Pareces cansada.- preguntó Araya un poco preocupado al verme cuando bajaba las escaleras.

-Estoy bien, solo me costó dormirme anoche.- dije sentándome en la mesa.

-Es que la noticia de anoche fue un poco repentina, ustedes querían ir a casa, lo siento.- dijo Gaara-sama sentándose en la mesa.

-No, está bien. Será genial quedarse aquí un tiempo y recorrer Konoha.- dijo Araya intentando que el Kazekage no cargara con la culpa.

Yo no dije nada. Solo escuchaba mi música y comía. De repente me levanté. Tenía ganas de salir, así que me fui con la excusa de que quería tomar aire freso y visitar Konoha.