Vl

1.2K 16 2
                                    

“-Lucía: Hola… No sé qué decir, no es porque no te quiera decir nada jaja, me has pillado totalmente de sorpresa.”

“-Gonzalo: Me imagino jaja, no te preocupes, verás es que quería pedirte un favor, ¿podríamos quedar mañana por la mañana? Es domingo, los domingos no trabajas, ¿verdad?”

“-Lucía: No, la verdad es que no, ¿cómo lo sabes? Bueno, mejor, ¿cómo conseguiste mi correo? Mmm… ¿mañana? ¿qué clase de favor? ¡Eres una caja de sorpresas, hijo!”

Dios mío, no podía creérmelo, estaba hablando con aquel chico tan genial, y encima quería quedar mañana conmigo, esto se tenía que tratar de un sueño, pero por más que me pellizcaba, no me despertaba... Seguí hablando con él hasta que él se fue a dormir, fueron varias horas intensas.

Las mejores horas del mundo, al principio estaba muy nerviosa, pero al hablar más con él, me sentía tan agusto… Me contó que era escritor, y trabajaba en una locutora de radio. Extraño que nunca le hubiera oído, aquella locutora era una de mis favoritas.

No paraba de darlo vueltas una y otra, y otra vez… Sólo quería esperar a que llegara mañana, no sé de qué se trataba aquel favor, pero me había dejado muy intrigada.

Al día siguiente, me desperté antes de que sonara el despertador de mi corazón. No había pegado ojo en toda la noche. Tardé tres horas en pensar qué ponerme… Hasta que al final decidí ponerme algo informal, unos vaqueros, un jersey, una chupa de cuero, y mis converse tan queridas.

Desayuné lo más rápido que pude, y salí de casa, sin ni si quiera darme cuenta de si mi padrastro había dormido en la cama, o encima de la mesa de la cocina. En fin, qué personaje.

Hacía fresco, aún podía notar la niebla de por la mañana. Pasé por varias calles, todas iguales, Madrid a veces me sorprende. Hasta que al fin llegué, a la puerta del Sol, dónde había quedado con él.

Y allí a lo lejos, podía divisarle, tan guapo como ayer, estaba apoyado en una de las farolas, mirando al móvil. “¡Mierda!” pensé, seguro que estaba mirando la hora, habíamos quedado hace 15 minutos.

De camino, hasta dónde él estaba, no sabía si darle dos besos, saludarle con la mano, o simplemente decir “hola”, pero al final no opté por ninguna, él se acercaba rápidamente y sonriendo hacía mí. “Hooolaa”, decidí que fuera él, el que eligiera cómo saludarnos, a si que, se acercó a mí, y me dio dos besos, y le contesté con el mismo saludo.

Por varios segundos pasé vergüenza, era tan guapo, y me miraba con esos ojos verdes tan bonitos, no eran como cualquier ojo verde, esos eran  bonitos, y me gustaban de verdad, no podía parar de mirarles y sonreír. A la vez que él me sonreía a mí y me decía cosas que a veces ni escuchaba de lo embobada que estaba.

Hasta que al fin, me dijo cuál era el motivo por el que quería quedar conmigo.. 

Mi color favorito es verte. [COMPLETADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora