Te llevaron de regreso a la habitación en la que te quedaste antes; los soldados te tiraron al suelo y cerraron la puerta después de que se fueron. Estabas emocionalmente desgarrada, la situación era demasiado para ti, no solo habías lidiado con el hecho de que sufriste de Amnesia durante mucho tiempo, sino también con el verdadero rostro de Reiner. Te acurrucaste en tu postura favorita abrazando tus rodillas y escondiendo tu rostro en ellas mientras lidiabas con el dolor arqueado de tu pecho.
Las horas pasaron lentamente y se volvió de noche. Finalmente escuchaste la cerradura de la puerta abriéndose y levantaste la cara, la ira se apoderó de ti en el momento en que pusiste los ojos en la persona en la que más confiabas. Saltaste y corriste hacia él agarrándolo del cuello y empujándolo al suelo.
—¿CÓMO PUDISTE? ¡HE CONFIADO TANTO EN TI! —le gritaste, las lágrimas empezaron a fluir por tus ojos mientras lo sacudías con ira y frustración—. ¡Pensé que realmente te agradaba! ¡Siempre estuviste ahí para mí, me salvaste tantas veces arriesgando tu propia vida! ¿Por qué? ¿Por qué me mentiste? ¿Pensaste que haría las cosas más fáciles si ... ¿como pudiste? —tu agarré se aflojó ligeramente—. ¿Fue tu amabilidad solo un acto para ponerme a prueba si estaba mintiendo sobre mi paradero? ¿Realmente te preocupaste por mí alguna vez? —tus lágrimas no paraban de caer—. ¿Fue real algo de lo que me dijiste? La promesa que me hiciste ... que nos fuéramos juntos y comenzáramos una nueva vida en algún lugar donde nadie nos conozca ... ¿Eso también fue una mentira? —le dolía el corazón dolorosamente al verte llorar, creías lo que le dijo al juez tan fácilmente sin siquiera cuestionarlo. Pero se alegró en algún momento, al menos su acto fue creíble y logró salvarte de un castigo mayor. Sus manos empujaron tus hombros hacia abajo y te inmovilizó contra el suelo sosteniendo tus muñecas con fuerza a cada lado.
—Perdóname ... por hacerte llorar y por odiarme, puedo entender cuánto te duele el corazón. Pero no tuve más remedio que hacer que me odies, si le hubiera contado la historia de otra manera al juez. no hubiera podido salvarte. Y mírate, me lo hiciste tan fácil, creíste cada palabra que dije sin dudarlo en absoluto ... —Tus ojos se abrieron, Reiner soltó sus muñecas y se sostuvo apoyando las manos contra el suelo mientras se inclinaba a tu nivel y colocaba su cabeza junto a la tuya para que estuviera al nivel de tu oreja—. Lo que le dije al juez fue solo lo que él quería escuchar, pero contigo siempre fui honesto acerca de las cosas que dije. Nunca me hice amigo de ti porque me enteré de tu existencia; me hice amigo de ti porque yo también quería. Paso tiempo contigo, me reí contigo y te salvé de situaciones críticas porque mi corazón lo quería. Es cierto que mantuve mis ojos en ti porque sabía de tu identidad pero nunca dejé que cambiara mi opinión sobre ti. Además, nunca le dije a Berthold o Annie sobre ti, sobre quién eres en realidad. Mantuve esto en secreto porque nadie necesitaba saberlo más que yo. Todo lo que te prometí, cuando escaparemos aquí juntos, fue real. Nunca habrá nada que podría cambiar lo que siento por ti —Tu corazón latía fuerte contra tu pecho y escucharlo te inundó. Reiner levantó la cabeza e hizo contacto visual contigo, su mano agarró suavemente tu rostro y acarició tu mejilla roja—. Sé cuánto te lastimé, todo lo que hago es causarte dolor. Perdóname por ser tan cobarde que no puede protegerte adecuadamente ... —sacudiste la cabeza.
—No, para nada, lo estás haciendo muy bien. Siempre me siento a gusto cuando sé que estás cerca de mí, porque pase lo que pase sé que vendrás por mí —le diste una pequeña sonrisa, su mundo eras tu, te amaba porque expresabas tu felicidad y eso era todo lo que quería, que fueras feliz. Levantaste la mano y la colocaste sobre la de él que todavía estaba agarrandó tu cara, era tan cálida y cómoda, que acariciaste tu rostro con ella cerrando ligeramente los ojos. Reiner te observó de cerca, disfrutaba estar tan cerca de ti y sabía cuánto tú también. Se dio cuenta de lo loco que estaba tu corazón saltando en tu pecho, sabía que sería mejor si se alejaba de ti pero no podía o mejor decía no quería. Su respiración se volvió irregular, tenerte debajo de él y escuchar los latidos de tu corazón lo volvía loco. Millones de pensamientos daban vueltas por su mente, permitiendo que su pulso y la temperatura de su cuerpo aumentaran dramáticamente.
—Yo ... debería irme ahora, antes de que los demás vengan a buscarme —abriste los ojos ligeramente y conectaste con sus ojos, asientes con una débil sonrisa.
—Está bien, no quiero causarte ningún problema —se odió a sí mismo por arruinar este momento perfecto y lentamente quitó la mano de su rostro, ambos se levantaron y él te dio la espalda mientras caminaba hacia la puerta. Miraste su espalda con tristeza pero también respetaste sus acciones. Reiner agarró la perilla de la puerta—. Gracias por venir y decirme la verdad, lamento haber dudado de ti, estaba tan destrozada por mis propios sentimientos que no pude ver a través de tu acto ... —te disculpaste.
—Yo soy el que debería disculparse, después de todo fui yo quien te hizo creer que te estaba usando —tarareó.
—Buenas noches, y gracias por todo, me salvaste de nuevo ...—tu mano comenzó a temblar.
—Probablemente no será la última vez, todavía tenemos nuestras vidas por delante, buenas noches ___, que duermas bien —abrió la puerta y lo viste salir hasta que el sonido de la cerradura resonó en tu oído. Comenzaste a temblar después de eso en todo tu cuerpo incapaz de controlarste. De repente, la puerta se abrió de nuevo y Reiner regresó a la habitación cerrando la puerta detrás de él.
—¡A la mierda! —Murmuró en voz baja mientras agarrabá suavemente tu rostro con ambas manos y golpeaba sus labios contra los tuyos.
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El mundo que ella vió [Reiner y tú]
FanfictionHistoria corta. Traducción del fanfic de Neko-Chan (The world the girl saw) Dejar los votos de la historia a ella, solo traduzco para que podamos disfrutar los hispanohablantes.