Silencio

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¿Oh Dohwan?, ¿un...hombre?

No era para nada una sorpresa el que hombres le escribieran, ya que, suelen ser chicos que lo ven caminar por la universidad o incluso en fiestas en las que el anfitrión y gran colaborador es el tan conocido Kim Taehyung. Pero, el joven no reconoce el nombre, para él es extraño que esta carta se haya colado entre las demás, no recuerda haber tomado ninguna con ese aspecto desde la cabina, siendo él, el único que puede manejar el acceso a esta, ni siquiera Hoseok quien lo impulsó a tal labor y le ayudó a difundir el proyecto tenía permiso, ya que, él considera que es de suma importancia mantener la confidencialidad de quienes participan.

Aún atraído al perfume tan pregnante, lo acerca ligero a su rostro, quería pensar que si olfateaba un poco más de este, podría tener una idea de como el emisor luciría. Un fuerte aroma a rosas con un toque de vainilla se podía calar en su sentido, le resultaba extraña la mezcla y muy dulce al venir de un hombre, no era por parecer sexista, pero no siempre son hombres que reconocen estar atraídos por su mismo sexo los que escriben, siempre intentan ocultarse al no destacar su caligrafía, hacerla difusa y hasta de mal aspecto, y con suma deducción, podría hasta afirmar que evitan usar sus perfumes al momento de exponer lo que piensan en el papel, por miedo a que alguien los reconozca, solo les importa que el mensaje llegue a Kim, a veces asumiendo que no tendrán una respuesta. En su cabeza pudo suponer que quizás el contenido de la carta pretende ser de tipo subido de tono, para crear cierto impacto, ya que por más dulce que este parecía, tenía detalles en él que elevaba la temperatura. Podía sentir un componente más que no podía identificar, le resultaba llamativo y hasta adictivo, ya que de un momento a otro no podía dejar de inhalar la dulce y confusa fragancia que podía percibir, había caído embobado.

Logró escuchar un estruendoso golpe frente a él, levantando su mirada y quitando la carta de su rostro, pudo ver los ojos que entre lagrimas lo miraban con tristeza, era la chica de la que cuidaba no cometer paso en falso, y no decepcionar. Rápido dedujo la situación, podía claramente adivinar lo que Siyeon pensaba y en lo que haría a continuación.

—Siyeon...no es lo que piensas, yo...

—Entra —la chica secó sus lagrimas y con un cambio de expresión alarmante, le pidió que ingresara a su hogar, donde al segundo le ayudó a quitarse esas prendas empapadas y botines sucios con barro, el joven la miraba confundido, ya que no creía lo que estaba viendo. El acto de la desesperación, de los celos injustificados y de la ira a la calma, ¿no le tocaría experimentarlo?— me iré cuando la lluvia cese, deberías ir a tomarte una ducha caliente.

—Siyeon.

—Jeon, haz lo que te digo, por favor.

Respetó su tan oculto malestar y siguió con las órdenes, al llegar al baño y desvestirse por completo recordó la carta que había guardado anteriormente en su camisa al ver a la joven, posicionó su toalla cubriendo la mitad de su cuerpo y se dirigió a buscarlo, seguramente podría evitar que la joven terminara por leerla.

Al ver que la joven cruzaba el umbral de su habitación, la ignoró y caminó hacia la ropa que estaba tirada en la entrada, para su suerte la carta seguía ahí aunque un poco en mal estado por la ya humedad que la cubría.

La tomó y viendo a la joven de lejos que aún se encontraba en su habitación, se relajó y finalmente con la carta en el lavabo, siguió con lo que estaba planeado, tomar una ducha. Al fin, se dio el lujo de respirar y pensar.

Siyeon, había reaccionado contraria a cómo él lo esperaba, aún cuando su personalidad era ciertamente explosiva, verla tan pasiva y silenciosa, le hacían preguntarse si realmente esta había malinterpretado la situación o si sus lagrimas se debían a otra razón, si es que debió haberla abrazado en lugar de intentar arreglar algo que aún no se daba. Ahora lo sentía, no sabía si salir y besarla, o pedirle que escuchara. Tan inmerso en lo que debió o no debió hacer, vuelve a pensar en la carta, en lo que esta llevaría escrito, en que si debe entregarla, u ocultarla, lo cual, la última opción, parece totalmente seductora, ya que, podría evitar que a quien desea, deseara a otro. Era un pensamiento egoísta y estúpido, él podía estar con quien quisiese y hasta incluso, estar con alguien ahora mismo, esta carta sería insignificante para alguien como él. Quizás le estaba dando muchas vueltas al asunto, era una simple carta, una muy llamativa como para ignorarla. Pronto tomaría una decisión.

—¿Hoseok no ha llegado? —preguntó el joven al salir del baño con el repuesto de pijama que se encontraba en el lugar, tratando de secar su cabellera al acercarse a su habitación donde la muchacha, aún un tanto callada y distante le da como respuesta el movimiento de su cabeza en negación— que extraño, por lo general llega antes que yo.

La joven ahora un poco sonrojada, evita mirarle directamente a la cara, y él lo nota, parece que quiere reaccionar, adelantarse y hablar, pero no es lo suyo, no lo siente, no encuentra el cómo enfrentar lo que esa extraña sensación se convirtió en incomodidad.

—Iré por algo caliente, no te vayas a resfriar —mencionó al fin, rompiendo el silencio que se había formado en el ambiente, permitiendo al joven sentirse más libre de preguntar.

—Siyeon, espera...¿te encuentras bien?

—Sí, ¿por qué preguntas?

—Lo sabes, tus lagrimas, y este horrible rechazo entre nosotros, no sé qué debo hacer para arrancarte las palabras.

—No sé de qué hablas, estoy bien, iré por al... —el joven la detuvo del brazo antes de que pudiera avanzar, sabía que no era así, ella estaba oprimiendo su pecho y se notaba en ese tono tan inestable de hablar, opuesta a su postura y expresión.

—Siyeon...háblame.

—¿Qué dices?, eso estoy haciendo. Sabes, mejor será que me vaya —le soltó el brazo, pero aún así, comenzó a seguirle el paso, vio como tomaba sus cosas y observaba todo alrededor, en especial la carta que ahora se encontraba en el escritorio, notó como su nariz se arrugaba y como su expresión ahora mirando al piso se ocultaba entre su cabello.

—¿Qué se supone que haga ahora?

—Jeon, hablamos mañana.

Al dejarlo ahí, de pie totalmente desconcertado, nuevamente en un agujero de preguntas; Jungkook, se apoya desganado en la pared mientras desordena su cabello aún húmedo en frustración. Sabía que si se esforzaba un poco habría podido llegar al real conflicto, habría descubierto el porqué de la expresión de Siyeon, y su actuar poco normal. Aunque siendo totalmente sincero consigo mismo, ni siquiera él sabe cómo reaccionar cuando se presenta una situación como aquella, no sabe moverse, ni qué decir, mucho menos mostrar afecto. Debido a la ausencia de sus padres en su adolescencia y su fallecimiento, cree nunca haber podido desarrollar lo que es el real cariño y preocupación, solo actúa con lo que él cree es correcto, y quiere como lo que conoce del amor a través de lo que ve y lee. Ni siquiera sabe si realmente lo que siente por Taehyung es real atracción o son sus hormonas y deseo sexual lo que se evidencia. De todos modos, le teme al experimentarlo, cree que se volvería una persona débil y que su único consuelo y medio de aprendizaje son las experiencias de las personas con las que comparte, las que escriben esas cartas y las que lejanamente le muestran la mala cara de una relación.

Ahora cansado, cayó en cuenta de que Siyeon no habría tomado todas sus cosas del lugar, en el piso de la entrada, notó como su ID se encontraba en el sitio. Seguramente en el ajetreo, se habrá caído y con la obvia reacción de la joven, ni siquiera se dio cuenta. En cuanto lo toma, su expresión cambia rotundamente, se queda sin aire.

NOMBRE: Oh Sihyun
EDAD: 21
RESIDENCIA: Daegu, KR

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ighhh, qué estará pasando por aquí 👀, atentxs a los próximos capítulos 🤍

Cartas a Dionisio [Taekook/ VKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora