Capítulo 8.

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"Nadie puede sanarme como tú"

...

- ¿Qué haces aquí? –cuestionó Petra sin poder moverse de la entrada, teniendo la mirada tensa y fija en él.

Kenny hizo una burlona sonrisa.

- ¿No me dejaras pasar?

- Preferiría no cometer ese mismo error dos veces. –contestó Petra casi sin pensarlo, estando seria y siendo completamente cuidadosa con sus palabras.

Ella se mostró decidida a pesar de que no estaba para nada a gusto con la situación. Tragó saliva con dificultad sin dejar de mirarlo, queriendo demostrar que no tenía miedo.

El azabache le sostuvo la mirada y luego se adentró, golpeándole el hombro a la joven.

Ella bufó molesta, debatiéndose si insistirle a que se vaya o si debía terminar yéndose ella de su propio apartamento.

- ¿Te estas mudando?

Petra hizo una mueca de disgusto al oírlo, no iba a fingir que tenían una relación "familiar" normal. No estaba dispuesta a darle el gusto o nada semejante.

- Quiero que te vayas. –insistió Petra de brazos cruzados.

Kenny suspiró.

- ¿Llamaras a mi hijo? –cuestionó elevando el tono de voz.

- ¿A qué viene eso? –Petra dió un paso hacia atrás, sin darse cuenta, y sonó asustada. No quería demostrarlo pero le era imposible, estaba tensa y nerviosa. Bufó molesta y empezó a perder la poca paciencia que le quedaba- ¿Qué quieres Kenny?

El hombre la miró y se sentó en el sillón, estando pensativo.

- Intente justificar lo que te hice, mismo lo que sucedió con Levi. –mencionó secamente, desviando la mirada sin poder verla a los ojos- Culpaba al alcohol, pero me justificaba... Que al ser mi hijo estaba justificado pero...

- Yo no era tu hija. –añadió Petra con molestia, alzando la voz.

- Deje de tomar alcohol desde ese día, pero hoy he recaído nuevamente.

Petra tenía el entrecejo fruncido y sus pulsaciones estaban aceleradas. No sabía si creerle o si no, seguía en la lucha interna que quería salir de ahí y no verlo nunca más.

- ¿A qué viene esto? –preguntó Petra seria- ¿Por qué...?

- Hoy le he pegado a Mikasa. –dijo Kenny como escupiendo las palabras, de manera rápida como si así tuvieran menos impacto o doliera menos simplemente decirlas- No tengo muchas justificaciones... Kuchel se ha enojado conmigo y tiene toda la razón, pero ella no sabe todo lo que hecho.

La joven Ral se apretaba con fuerza el brazo, delatando su incomodidad.

De hecho, había soltado un pequeño quejido de asombro al escuchar el nombre de su cuñada.

- Buscaré ayuda profesional. –dijo Kenny con repulsión, cerrando los ojos con pesar, como si no creyera para nada en eso- Mi mujer ha decidido acompañarme, cree que no estoy tan roto después de todo.

Petra suspiró.

- Levi lo pensaba también... Creo que no ha dicho nada porque sabía que a Kuchel nunca le harías nada.

Kenny pasó ambas manos por su rostro, cansado y abatido.

- ¿Por eso nunca le has dicho a mi hijo?

Petra ladeó el rostro, entristecida e incómoda de tener esa conversación.

- No tengo a mis padres conmigo, no quería ser el motivo por el cual Levi cortara la relación... Si él pudo perdonarte, asumí que podía hacerlo.

Solo tú [Eremika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora