𓂃el helado.

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En un caluroso día de verano México y Chile estaban sentados junto a una poza de agua.

—¡Sería estupendo tener ahora unos helados bien fríos y dulces! —dijo México.

—Que buena idea —elogió Chile—. Espera aquí mismo, México. Volveré enseguida.

Chile fue a la tienda. Compró dos grandes barquillos de helado.

El de sudamericano lamió uno de los barquillos.

—A México le gusta el de chocolate —dijo Chile— igual que a mí.

El chileno volvió por el mismo camino que anteriormente había usado para llegar. Pero en el trayecto notó como una gran gota blanda de helado empezaba a escurrir por su brazo.

—Este helado se está derritiendo con el sol —mencionó preocupado.

No le quedó de otra que caminar de prisa. Muchas gotas de helado derretido volaron por el aire. Muchas de ellas caían encima de Chile, especialmente sobre su ropa y cara.

—¡Tengo que volver corriendo hasta donde está México! —exclamó.

El helado cada vez se derretía más y más. Chorreaba por la chaqueta de Chile. Salpicaba sus pantalones y sus pies.

—¿Donde está el sendero? —preguntó asustado— ¡No veo nada!

México seguía sentado junto a la poza de agua esperando a Chile. Y mientras jugaba con sus manos aburrido, un chico pasó corriendo.

—¡Acabo de ver algo terrible! —gritó Venezuela— ¡Era grande y café!

—¡Algo cubierto de ramas y hojas avanza hacia aquí! —gritó Perú.

—¡Ahí viene una cosa con cuernos! —exclamó el uruguayo— ¡Sálvate! ¡Huye!

—¿Qué podrá ser? —se preguntó México.

El mexicano se escondió detrás de un árbol. Vio acercarse a la cosa. Era grande y café. Estaba cubierta de ramas y hojas. Tenía dos cuernos.

—¡Mex! —gritó la cosa— ¿Dónde estás?

—¡Vaya! —dijo México— Pero si esa cosa es Chile.

Chile en un tropiezo se cayó a la poza. El pobre se hundió hasta el fondo y luego apareció otra vez.

—¡Que desastre! —dijo el de estrella— El agua se ha llevado todo nuestro helado bien frío y dulce.

—No importa —dijo su amigo—. Ya sé lo que podemos hacer.

Chile y México por la misma ruta volvieron corriendo a la tienda. Se sentaron a la sombra de un árbol muy grande y se comieron sus barquillos de helado de chocolate juntos.

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𝐔𝐍 𝐀𝐍̃𝐎 𝐄𝐍𝐓𝐄𝐑𝐎 ── mexchi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora