29. Factores equivocados

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Reeven y yo no hemos dicho palabra desde anoche

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Reeven y yo no hemos dicho palabra desde anoche.

Nuestra conversación no finalizó en nada en concreto y en vez de aclarar dudas en mi cabeza no hizo más que sembrar más de las que ya había.

Mis padres nunca me golpearon, eran hirientes y me causaron la prosopagsonia.

Pero a Reeven si.

Juego con mis manos mientras me debato mentalmente entre preguntar o esperar a que el quiera decirme algo. No me gustan las emociónes que rodean este lugar, creo que nunca había reparado en ello los días que estuve encerrada. Paso mi dedo indice por el borde de la tasa mientras espero a que Reeven termine su extraña discusión con los hombre de batas rojas y gesto adulador en el rostro. Nunca había probado el té con leche, pero puedo decir que me gusta mucho y no se si Reeven me lo a dado para mantenerme distraída o me ve como una niña pequeña a la que cree que tiene que consentir.

Es jueves y debería estar llenando estantes y quejandome mantalmente por la detestable actitud de mi jefa.

Quería ir con Kirby, pero Reeven me dio un argumento lo suficientemente convincente como para no hacerlo.

No quiero volver a sentir como mi cuerpo se rompe.

Pero tampoco quería dejar ir a mi hermana sola a la escuela mientras esperaba como una infante como Reeven se daba un baño—debería ser ilegal tener pecas por todos lados.

Me po go de pie con la tasa en las manos y cierro los ojos tratando de escuchar algo. Algo dentro de mi se siente bien al saber que requiero su ayuda he intento escuchar a través de la puerta.

Excelencia—dice alguien que está rodeado de enojo, es un aroma agrio que hace que la nariz me empieza a escoser por un momento—necesitamos una audiencia con el eclipse.

Es como si algo bloqueara mi cabeza y automáticamente pienso en las mordidas de Reeven y la bufanda con su aroma que rodea a mi cuello.

¿Eclipse? Me separó de la pared en donde mantenía apoyada mi cabeza y vuelvo hacia la mesa para dejar la tasa y llevar mis manos hacia la bufanda de Reeven, las manos me tiemblan.

¿Esta mal hacerlo? Definitivamente.

¿Si no fisgo eo un poco Reeven me dirá algo? Definitivamente no.

Quito La bufanda de mi cuello con lentitud casi tan lento que probablemente si Kirby me viera hacerlo me golpearia en la cabeza por colmarle la paciencia.

En cuanto deja de rodear mi cuello, es como si algo me golpeara en la cabeza con fuerza recordándome lo estúpida que soy por no escuchar a Reeven. Las uñas se me encarnan en las palmas y trato de volver a tomar la bufanda pero solo consigo caer al suelo, estoy mareada. Hay demasiadas emociones en un solo lugar y quiero llorar y si es posible arrancarme la piel cuando dentro de mi la sensación de algo rasgado para salir se hace presente.

¿Es esta una señal? ¿Acaso simplemente tengo que confiar en él?
¿Debo esperar a que quiera decirme todo?

La cabeza me pulsa, es como si mi corazón se hubiera trasladado al centro de mi cráneo porque puedo sentirlo bombear con dureza.

«Es la idea más estúpida que he tenido en mi vida.»

Escucho ajetreo en la habitación y alguien hablarme mientras me retuerso en el suelo, pero todas las emociones en el ambiente hacen que suelte un gruñido desde lo más interno de mi. Quien me ofrece su ayuda intenta ponerme una mano en el hombro pero por reflejo mi puño va directamente a su rostro con tanta fuerza que termino haciéndolo chocar con uno de los muebles que están afuera de la habitación.

Escucho como chilla y la puerta es golpeada con fuerza abriéndose de par en par dejándome ver a un Reeven totalmente cabreado.

Siento miedo.

Su dominio sobre todos es tal que jadeo de manera involuntaria y el rostro deja de dolerme. Reeven se inclina hacia mí y cuando va a atraerme hacia él, mi cuerpo se pone alerta y busco la manera de darle golpe.

—Lo siento bonita—dice mientras sostiene mi mano sin ejercer fuerza alguna y no se si es su tono de voz imponente o la sorpresa que me causa pero el aire vuelve a mi—pero si alguien va a golpear al otro voy a hacer yo.

Sus ojos están teñidos en rojo y cuando nota que me he calmado me gruñe y hace que me incline hacia él. En cuanto me toma en sus brazos busco abrazarlo.

—Así que si te pongo sobre mis rodillas y te azotó hasta que no puedas sentarte no me culpes—murmura para mi.

—Eclipse... —es interrumpido por un gruñido de Reeven—excelencia—Reeven estira su brazo y toma la bufanda para ponerla alrededor de mi cuello.

—Rev.

Su mirada se posa en mi y creo que nunca habia reparado realmente en lo aterrador que puede llegar hacer. Es como si fuera otra persona.

—Ahora no Qirck—sentencia con dureza—tú y yo vamos a tener una clase de educación sobre lo que le ocurre a las pequeñas chicas fisgonas.

Esas palabras son suficientes para que me calle.

—Les dije que ella no estaba bien—el espacio se llena de su dominio y me siento diminuta—les dije que me dejaran salir—sisea—pero parece que mi paciencia está a su limite. Así que Sebastián, pequeño hijo de puta ¿Porque no te conviertes en él primero en calmar mi enojo?

Soy una verdadera inútil.

Sin corregir.
👽🔫

Wenassssss

Ya se, ya se ¿A que horas nos va a contar lo que pasa?

Bueno. Después de la escena sin respeto que se viene las voy a complacer (si me sale) soy terrible escribiendo de manera érotica 🤥

En fin.

Díganme si les gustó.

Si no.

Y bañense.

Besos 💋🦄💜💙

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